Entrenar descalzo: ventajas y problemas de hacer ejercicio sin zapatillas

Entrenar descalzo, también conocido como entrenamiento 'barefoot', es una tendencia que ha ido en aumento con el paso de los últimos años. A medida que la conciencia sobre la importancia del bienestar físico y mental sigue creciendo, el entrenamiento descalzo se ha convertido en una tendencia revolucionaria que está cambiando la forma en que las personas hacen ejercicio físico y cuidan de sí mismas.

Este tipo de entrenamiento se refiere a realizar ejercicios físicos y actividades sin usar zapatillas. La idea principal detrás de este enfoque es permitir que los pies se muevan y funcionen de manera más natural, sin las restricciones y la amortiguación proporcionada por el calzado convencional. Este enfoque ha ganado popularidad en diversos tipos de actividades físicas y deportes, y se ha integrado en programas de entrenamiento, como el 'barefoot running' (correr descalzo).

Como siempre aconsejamos, antes de iniciar cualquier actividad deportiva es bueno acudir a un profesional que nos indique cómo llevarla a cabo. En el caso de querer entrenar sin zapatillas también es aconsejable visitar antes un podólogo o consultar con nuestro entrenador personal si es bueno para nosotros y la actividad que queremos llevar a la práctica.

Ventajas de entrenar descalzo

Los expertos de KMT Studio nos hablan de algunos de los notables beneficios del entrenamiento descalzo:

-Mejora el equilibrio y la postura. Entrenar descalzo fomenta el fortalecimiento de los músculos y la estabilidad de los pies, lo que a su vez mejora la postura general y reduce el riesgo de lesiones relacionadas con la mala postura.

-Fortalecimiento de los músculos intrínsecos. Al permitir que los pies trabajen de manera natural, el entrenamiento descalzo activa y fortalece los músculos intrínsecos del pie, lo que puede ayudar a prevenir problemas como los juanetes y las fascitis plantar.

-Conexión mente-cuerpo. El entrenamiento descalzo enfatiza la importancia de estar presente en el momento y sentir la conexión entre el cuerpo y la mente, lo que puede reducir el estrés y aumentar la conciencia corporal o propiocepción.

-Mejora del rendimiento deportivo. Muchos atletas han experimentado mejoras en su rendimiento deportivo después de incorporar el entrenamiento descalzo en su rutina, ya que fortalece los músculos esenciales y mejora la técnica de movimiento.

-Sensación de libertad. Entrenar descalzo brinda una sensación de libertad y reconexión con uno mismo que muchas personas encuentran revitalizante y gratificante.

-Mejora de la circulación. La estimulación de los músculos y la circulación sanguínea en los pies mejora la circulación en todo el cuerpo.

-Reducción de lesiones. Algunas personas sugieren que entrenar descalzo puede reducir el riesgo de lesiones al fortalecer los músculos del pie y mejorar la conciencia sensorial, lo que podría ayudar a prevenir esguinces y tensiones.

-Mejora de la propiocepción. La propiocepción se refiere a la conciencia espacial y la posición del cuerpo en el espacio. Al estar descalzo, se estimulan más receptores sensoriales en los pies, lo que puede mejorar la propiocepción y la coordinación.

Posibles perjuicios

Aunque el entrenamiento descalzo puede tener beneficios, también tiene algunas desventajas y consideraciones que deben tenerse en cuenta:

-Mayor riesgo de accidentes. Entrenar descalzo puede aumentar el riesgo de lesiones en los pies, especialmente en entornos donde hay posibilidad de objetos afilados, superficies ásperas o condiciones adversas. También puede aumentar la posibilidad de sufrir contusiones, esguinces o cortaduras.

-Falta de amortiguación. La ausencia de calzado significa que los pies no cuentan con la amortiguación proporcionada por zapatillas deportivas o calzado especializado. Esto puede resultar incómodo, especialmente al realizar actividades de alto impacto como correr, saltar o levantar pesas.

-Problemas de higiene. Entrenar descalzo puede exponer los pies a la suciedad, gérmenes y otros agentes patógenos presentes en el suelo. Esto puede aumentar el riesgo de infecciones y problemas de higiene, especialmente en entornos compartidos como gimnasios.

-Falta de soporte para el arco. Al entrenar sin el soporte adecuado para el arco del pie, algunas personas pueden experimentar molestias o incluso desarrollar problemas relacionados con la pronación excesiva o la supinación.

-No es adecuado para todas las actividades. No todas las actividades son seguras o apropiadas para realizar descalzo. Actividades de alto impacto, como correr en superficies duras, pueden aumentar el riesgo de lesiones sin el soporte adecuado.

-Adaptación gradual necesaria. Cambiar abruptamente a entrenamiento descalzo sin una adaptación gradual puede provocar molestias o lesiones. Los músculos y las articulaciones necesitan tiempo para fortalecerse y adaptarse a esta forma de entrenamiento.

-Restricciones en entornos públicos. En muchos lugares, especialmente en gimnasios y centros de fitness, se requiere el uso de calzado por razones de higiene y seguridad. Esto puede limitar la práctica del entrenamiento descalzo en entornos compartidos.

Con precaución

A pesar de estas posibles ventajas, es esencial abordar el entrenamiento descalzo con precaución y hacerlo de manera gradual. No todas las actividades son adecuadas para realizarlas sin zapatillas y es importante considerar el entorno y las condiciones para evitar lesiones. Además, algunas personas pueden tener condiciones médicas que requieren un tipo específico de soporte para el pie. Como siempre, se recomienda consultar con un profesional de la salud o un entrenador antes de realizar cambios significativos en el tipo de calzado utilizado durante el entrenamiento.

Cómo entrenar descalzo 

No todos los deportes se pueden llevar a cabo sin zapatillas adecuadas. Aquí te proponemos algunas actividades en las que se podría entrenar descalzo:

• Correr descalzo. Algunas personas eligen correr descalzas o con calzado minimalista para promover una zancada más natural, mejorar la técnica de carrera y fortalecer los músculos del pie.
• Entrenamiento funcional descalzo. En el entrenamiento funcional se realizan ejercicios que imitan movimientos cotidianos. Hacer estos ejercicios sin zapatillas puede ayudar a mejorar la estabilidad, la fuerza del pie y la propiocepción.
• Yoga y pilates descalzo. Muchas clases de yoga y pilates animan a los participantes a realizar ejercicios sin ningún tipo de calzado para mejorar el contacto con el suelo, la alineación corporal y la conexión con el cuerpo.
• Entrenamiento de fuerza descalzo. Algunas personas optan por levantar pesas o hacer ejercicios de fuerza sin calzado para mejorar la activación de los músculos del pie y la estabilidad.
• Caminar descalzo. Simplemente caminar sin calzado, ya sea en interiores o en superficies naturales al aire libre, puede ser una forma sencilla de incorporar el entrenamiento barefoot en la vida diaria.