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Opinión

LA POLAROID

El arcángel Pedro

Lo que más le gusta a Sánchez del futuro es anunciarlo. Las buenas nuevas están reservadas para él

El arcángel Pedro
El arcángel Pedro EFE/VP

Sin bocadillo y con mascarilla. Así vuelve el público a los estadios. Ocurrirá en Valencia y Baleares: las únicas dos comunidades que aún conservan el toque de queda tras el fin del Estado de Alarma y cuya tasa de incidencia permite a los gobiernos autonómicos tomar la decisión. Disponen ellos, pero lo anuncia el gobierno central. El viejo milagro del fútbol cual opiáceo: la normalidad está a la vuelta de la esquina. 

En el mundo real, y a falta de parlamento que legisle, el desconcierto impone su propia ley. Mientras tanto, quitando a Rufián, a Pablo Casado se le pone cara de Albert Rivera, a Pedro Sánchez la de Zapatero, un pre-jubilado se corta el pelo, la ministra de Exteriores abronca a bebedores y libertinos y el alcalde de Madrid se enzarza con la delegada de gobierno al momento de anunciar el programa de fiestas de San Isidro, ¡qué bien nos lo vamos a pasar! 

Crucifijo y agua bendita en mano, el tren de gobierno se lanza a la yugular de los madrileños por haber acudido a votar con una litrona de cerveza en la mano. Borrachos, descarriados, beodos, hijos del vicio: ¡atrás Satanás! Así van las cosas, pero a quién le importa el presente si vuelve el fútbol. El Estado de Alarma es cosa del pasado, lo dijo el presidente de Gobierno. 

Más que comparecer, el presidente anuncia medidas como si llevara la paloma del espíritu santo posada sobre su hombro...

Lo que más le gusta a Pedro Sánchez del futuro es anunciarlo. Las buenas nuevas están reservadas para él, incluso aunque no estén listas o no sean todo lo ciertas : vendrá la recuperación económica -con una propuesta de cuotas de autónomos para cortarse ya no la coleta sino las venas- y España entera estará vacunada e inmunizada en cinco, cuatro, tres, dos… 

Yo vacuno, tú confinas. Así trabaja Sánchez: él anuncia el circo y que del pan se encargue otro. Más que comparecer, el presidente anuncia medidas como si llevara la paloma del espíritu santo posada sobre su hombro. La buena nueva del Arcángel Pedro: podéis volver al fútbol, estaréis todos vacunados, lloverán peces sobre los techos de las casas … Una lista de la compra sacada del nuevo testamento. 

Acabarán por caducar las vacunas de AstraZeneca que faltan por colocar a los ciudadanos, pero habrán abierto los campos en el final de la Liga. Corre prisa, llega el futuro y queda atrás la pandemia. Ese es el plan de los que no tienen plan, la estrategia del paso firme e iluminado. De los detalles que se ocupen las autonomías y si alguno tiene dudas que consulte a los jueces, que ahora han pasado de aplicar las leyes a crearlas. 

Se está poniendo evangélico el Gobierno: ve pecadores y blasfemos por todas partes -¡Trapiello revisionista!-. Cada semana señala a los infieles e impíos, criaturas incapaces de comprender las enseñanzas del profeta Pedro, que se pasea maquillado de arcángel para anunciar el fin de un diluvio que él mismo propició. 

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