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Opinión

Venía a decir que Irene Montero es nuestra nueva reina Sofía

Venía a decir que Irene Montero es nuestra nueva reina Sofía

Hoy, 8 de julio, iba a escribir sobre Irene Montero, pero es mi 29 cumpleaños y no me apetece entrar en movidas. El tema era bueno, la verdad. Se me ocurrió el sábado, tras charlar con dos maravillosas periodistas: una de El Español y otra de El Mundo. Estupendas. El titular que iba a poner era: "Irene Montero es nuestra nueva reina Sofía". La frase es total. En realidad no se me ocurrió a mí: salió hablando del tema y tomando bebidas varias. Pero me dije, uy, esto es un gran titular.

Iba a comentar que tras todos los escándalos personales de Iglesias, con su ex asesora Dina Bousselham y su actual asesora Lilith Verstrynge, era raro que Montero no dijese nada, sobre todo tras saber que ambas no sólo han sido relacionadas íntimamente con su jefe, sino que ahora también están metidas en el diario afín a Podemos Última hora, en el que la primera es la directora, y la otra, redactora. No sé, es un poco raro. Pero bueno, esto también sucede en las buenas familias aristocráticas, ¿no? Todo queda en casa.

No sé cómo se estará tomando Montero todo esto. Supongo que mal: a nadie le gusta que las amiguísimas de su pareja pululen por ahí cerca. Pero no puede decir nada, al menos en público. Qué iba a decir, si es ministra y encima va de feminista supremacista y defensora (a su manera) de las mujeres. Además, ahora que el 'vice' está de mierda hasta arriba no les conviene ningún escándalo personal. Otro más, quiero decir.

Montero, Iglesias y Dina

Es sorprendente, no obstante, que una mujer como Montero, que defiende el empoderamiento de la mujer, no saque la cara ni diga: eh, aquí estoy yo, paso de este tío, no le necesito, soy mujer. Pero claro, qué iba a decir, si escaló en Podemos hasta llegar al Gobierno siendo 'la novia de'. La reina Sofía tampoco dice nada del escándalo de Corinna y el rey emérito, Juan Carlos. Y tampoco puede decir nada, la pobre mujer. Yo le tengo un gran cariño a Sofía. A Montero menos. No me gustan sus formas ni creo que ella misma crea lo que defiende.

Iglesias con Lilith en la manifestación del 8M de 2020

Pues bien, este iba a ser el tema de la columna de esta semana. También iba a ponerte vídeos como este, en el que Iglesias trata con dudoso gusto a la madre de sus tres hijos. Ella obedece y calla, como la reina Sofía

https://twitter.com/ReyMagoPop/status/1160866607859740673?ref_src=twsrc%5Etfw

Todo esto lo iba a ilustrar además con las declaraciones machistas del líder de Podemos. Recordemos que para quitarse las culpas del extrañísimo robo de la tarjeta del móvil de Dina, que él tuvo en su poder varios meses y que le devolvió completamente inservible, dijo que claro, pobrecilla, que "sólo tenía veintitantos años" y que "no quería someterla a más presión". ¿Puede ser esto más paternalista, falso y antifeminista? No lo creo.

También tenía pensado mencionar así de pasada el noviazgo de Pablo Iglesias con Tania Sánchez, que también era de Podemos, casualmente. Ojo, y esto es lo que sabemos, que habrá mucho más...

Tania Sánchez y Pablo Iglesias

En fin, iba a quedarme una buena columna, modestia aparte. Tampoco espectacular ni muy intelectual, pero sí decente, fresca. Pero bueno, como es mi cumpleaños al final he decidido que mejor no opino de nadie de Podemos, ya que como su líder ha dicho que hay que normalizar las críticas y los insultos a la prensa igual me cae la de Dios, y no estoy hoy de humor para eso.

Además, Montero me está empezando a dar lástima. Un poco sólo. No sé si aguanta porque le quiere o porque no le queda de otra. O quizá porque le conviene. Sí, será eso. El partido morado cada vez está más negro, entre unos y otros, las cosas como son. Pero, en fin, ya hablaremos de todo esto la semana que viene, que hoy me toca disfrutar con los míos.

Ah, y aprovechando que es mi aniversario y que estoy contenta, quería darte las gracias por leerme. Para mí es muy importante saber que hay alguien detrás de la pantalla, que no hablo sola, que hablo con gente, aunque sea a través de letras escritas. Es mi mayor y mejor regalo. Así que muchas gracias. El miércoles próximo prometo una columna de verdad. 

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