Vox sobrevive a su primer 'terremoto' interno en 2022 y se pone 'medalla' en Castilla y León

Vox arrancó 2022 con el propósito de pasar del apoyo externo a tocar poder en los ejecutivos de Andalucía y Castilla y León. Habían transcurrido algo más de tres años desde que el partido liderado por Santiago Abascal irrumpiera por primera vez en las instituciones con aquellos 12 sorpresivos escaños en el Parlamento andaluz y ya tocaba llamar a las puertas de San Telmo para ser creíble como fuerza de gobierno. La formación, que se convirtió en tercera fuerza parlamentaria en las generales del 10-N, aún no había conseguido asumir tarea alguna de gestión. La holgada victoria de Díaz Ayuso truncó estos mismos deseos en Madrid, así que tenían la esperanza puesta en las plazas andaluza y castellanoleonesa. El programa sería el mismo: la Agenda España. Una suerte de hoja de ruta alternativa a la Agenda 2030 impulsada desde Moncloa.

A principios de año, las relaciones de Vox con el PP no atravesaban por su mejor momento. Sobre todo después de la moción de censura contra Pedro Sánchez que Pablo Casado aprovechó para cargar duramente contra Abascal y escenificar su ruptura. Finalmente, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, adelantó los comicios al 13-F y los anhelos de Vox se vieron cumplidos. El viento de las encuestas soplaba a su favor. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, había caldeado al sector ganadero asegurando en The Guardian que parte importante de la carne que exportaba España era de mala calidad y que había que reducir el consumo de este producto. En este contexto, la formación no dudó en incluir las quejas y reivindicaciones del sector primario en su campaña electoral. Y se lanzó a por el voto de cazadores, ganaderos y agricultores.

Los partidos de la España Vaciada se convirtieron en competencia directa a la hora de acaparar el descontento del mundo rural con PP y PSOE... Pero Vox salió airoso

Pero no fueron los únicos. Los comicios en Castilla y León contaban con una característica particular: la eclosión de un sinfín de agrupaciones electorales y partidos surgidos al calor de la despoblación. Algunos bajo el paraguas de la España Vaciada (EV), la plataforma surgida tras las revueltas de 2019, y otros al margen de ella, como fue el caso de Palencia Existe, que concurrió a las elecciones junto a Puede Palencia y con este último nombre. Los partidos de la España Vaciada se convirtieron en competencia directa a la hora de acaparar el descontento de los trabajadores del mundo rural con el llamado bipartidismo... Y Vox terminó saliendo airoso con un total de 13 escaños a pesar de haber presentado a un candidato hasta entonces desconocido: el abogado treintañero Juan García Gallardo.

Vox irrumpe en Castilla y León

Tras unas duras negociaciones con el PP, que vio impedido su objetivo de gobernar en solitario tras su experiencia fallida con Ciudadanos, Mañueco acabó pactando con los de Abascal y el joven García Gallardo se convirtió en vicepresidente. Aunque no sin polémicas. Además, Vox se hizo con tres consejerías. Por primera vez, tocaba poder en un gobierno regional.

Sin embargo, la alegría se tornó en disgusto en cuestión de meses al no poder replicar la misma fórmula en Andalucía. Vox tenía unas altas expectativas en la candidatura de Macarena Olona que, a diferencia de García Gallardo, ya era uno de los principales activos del partido. La abogada del Estado aceptó renunciar a todos los cargos y responsabilidades que había ideo asumiendo a lo largo de tres años de legislatura y se sumergió en una campaña frenética que poco tuvo que ver con la de Castilla y León.

Olona aceptó renunciar a todos las responsabilidades que había ideo asumiendo a lo largo de la legislatura y se sumergió en una campaña que poco tuvo que ver con la de Castilla y León

Su salida del Congreso dejó un enorme agujero y el partido se vio obligado a reorganizarse. La secretaría del grupo parlamentario recayó en el abogado y economista asturiano José María Figaredo y el cargo de portavoz adjunta en Inés Cañizares. Pero su baja en las Cortes no se vio compensada en las urnas. Vox logró 14 escaños en las elecciones del 19-J, tan solo dos más que en 2018, y no pudo aupar a Olona a la vicepresidencia en San Telmo.

Esta última acabó abandonando la política por motivos de salud y un mes después, ya recuperada, volvió al ruedo mediático por todo lo alto. Anunció su intención de hacer un tramo del Camino de Santiago acompañada de simpatizantes y periodistas; retomó un ciclo de conferencias en distintas universidades y concedió entrevistas varias que no sentaron del todo bien al que fuera su jefe. Aunque quiso volver a "caminar" junto a Abascal, el líder del partido acabó por rechazar la oferta.

'Terremoto' interno tras las andaluzas

Salieron a la luz las desavenencias entre la alta funcionaria y algunos miembros de la cúpula como el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, y el vicepresidente de Acción Política y eurodiputado, Jorge Buxadé. El primero de ellos tampoco salió bien parado del patinazo andaluz y fue relevado en el cargo por Ignacio Garriga. Repite, eso sí, como candidato a la alcaldía de Madrid.

A pesar de la abrupta salida de Olona y del cambio en el organigrama, Vox ha seguido manteniéndose como tercera fuerza parlamentaria a tenor de las encuestas. Entre otros motivos, porque sus votantes se enmarcan dentro de los más fieles. Demoscopia aparte, el partido liderado por Santiago Abascal parece haber mejorado las relaciones con el PP desde que Feijóo está al frente de Génova y continúa ejerciendo de oposición no solo en el Congreso -donde el portavoz Iván Espinosa de los Monteros juega un rol esencial-, sino también en los juzgados y en las calles.

Varios son los recursos ante el TC presentados este 2022, entre ellos, contra el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal; la ley del 'solo sí es sí' y el decreto ley de ahorro energético

Al sinfín de iniciativas parlamentarias y solicitudes de reprobación del grueso del Consejo de Ministros, varios son los recursos de inconstitucionalidad presentados este 2022, entre ellos, los relativos al nombramiento de Dolores Delgado como fiscal; a la ley del 'solo sí es sí y al del decreto ley de ahorro y eficiencia energética. La ausencia de huelgas generales organizadas por los sindicatos tradicionales CCOO y UGT ha contrastado con las marchas promovidas por Vox y por otro de sus tentáculos: la organización sindical Solidaridad.

Además, el partido ha secundado otras muchas protestas impulsadas por distintos sectores, en especial las relacionadas con el campo y las fuerzas de seguridad. En el plano internacional, continúa tejiendo alianzas en Europa, con Giorgia Meloni como uno de sus principales referentes, y al otro lado del Atlántico, donde pretenden erigirse como un buque de contención al Grupo Puebla y al Foro de Sao Paolo, pero no parecen estar consiguiéndolo.

Moción y querella contra Sánchez

Vox termina el año con una ofensiva directa contra Pedro Sánchez y presentando algunos de sus nuevos fichajes para concurrir a las autonómicas y municipales. El propio Abascal se encuentra recabando apoyos para presentar una segunda moción de censura contra el presidente del Gobierno y, por otro lado, ha presentado una querella contra el mandatario socialista por su "ataque" al Estado de Derecho.

Responde así a las reformas del Código Penal para eliminar los delitos de sedición y malversación en favor de los independentistas y a las enmiendas sobre la renovación del Tribunal Constitucional. Y, además, remarca su propio perfil de cara a las próximas elecciones que exige adelantar. Por ahora, Alberto Núñez Feijóo no comulga con ninguna de las propuestas planteadas por la tercera fuerza parlamentaria para sacar al mandatario socialista de Moncloa, por lo que las diferencias podrían robustecer la seña de identidad de Vox en la campaña.

Vox no ceja en el empeño de encontrar un candidato "neutral" que encabece la moción contra Sánchez y, además, quieren que pague penalmente por su "golpe" contra la Constitución

Conscientes de la dificultad de que sus iniciativas prosperen, los de Abascal no cejan en el empeño de encontrar un candidato "neutral" que encabece la moción contra Sánchez y, además, quieren que pague penalmente por lo que han definido como "un golpe" contra la Constitución.

La falta de apoyos suficientes en el Congreso y la habitual reticencia a incoar diligencias contra un presidente del Ejecutivo complican sus expectativas, pero los integrantes de Vox creen que su plan sirve -como mínimo- para señalar públicamente las tropelías del presidente del Ejecutivo. También en el plano internacional. "En este momento, es probablemente la única forma de centrar el debate político nacional en lo importante durante una semana. Hay que explicar la gravedad del asalto a las instituciones a los españoles y es una manera óptima y eficaz de informar a la comunidad internacional de lo que está sucediendo. España puede hoy mirarse en en el espejo de Venezuela y otros países como Perú, donde el socio de este Gobierno ha intentado dar golpe de Estado", sostiene Abascal.