Política

Moncloa chantajea al PP e incluye las ayudas de la DANA en uno de los decretos que necesita aprobar

El Ejecutivo se echa en brazos de los populares después de que Puigdemont congelara las negociaciones con ellos

  • Alberto Núñez Feijóo frente a Pedro Sánchez, en el Congreso. -

El Gobierno se somete este miércoles a su primer examen legislativo del año. El Congreso de los Diputados somete a convalidación o derogación tres reales decretos procedentes del Consejo de Ministros: uno, llamado ómnibus porque recoge varios asuntos dispares, sobre medidas urgentes en materia económica, tributaria, de transportes y de Seguridad Social; otro, sobre un gravamen temporal energético, y el último para la mejora de la compatibilidad de la pensión de jubilación.

No existe certeza alguna en el Ejecutivo sobre qué votará Junts después de que Carles Puigdemont congelara las negociaciones con ellos el viernes pasado. Por eso, el Ejecutivo chantajea al PP y se echa ahora en sus brazos. Moncloa recurre retóricamente al PP, que solo ha anunciado su intención de salvar el decreto para compaginar pensión y trabajo, con un doble juego político y en busca de asestarle un golpe en una de sus principales balsas de votantes, los pensionistas, y en uno de sus barones más cuestionados, el popular Carlos Mazón.

Los socialistas, obsesionados con meterle un gol a los populares en caso de que finalmente se nieguen a salvar el decreto ómnibus —en realidad les bastaría con una abstención—, han incluido en él algunas medidas destinadas a paliar los efectos de la DANA del pasado octubre, como la suspensión de la causa de disolución por pérdidas derivadas de la DANA o la autorización de la Administración General del Estado a la Comunidad Valenciana para endeudarse a largo plazo y asignar recursos con cargo a los mecanismos adicionales de financiación con los que cubrir las necesidades de gasto extraordinario que supuso la tragedia. Pero ahí no termina la cosa.

El decreto de marras incluye ayudas al transporte público, la consolidación de la subida del salario mínimo interprofesional, así como medidas para reducir la factura de la luz y la revalorización de las pensiones. Por eso, al PSOE le gotea el colmillo. El propio ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, recordó que está en juego "el aumento de las pensiones de 12 millones de pensionistas" a los que se les sube la pensión en torno al 3% y un 9% las no contributivas. Los socialistas saben que buena parte del electorado del PP recibe una pensión y, por eso, ya tienen el argumentario preparado para reprocharles que votaron en contra. Exactamente igual que ocurre con las ayudas de la DANA.

No es casualidad que trascendiera, precisamente este martes, que Pedro Sánchez volverá a visitar esta semana Valencia, dos meses después de su última visita a Paiporta, donde fue increpado por varios manifestantes. El presidente quiere cortar de raíz las críticas del PP a su ausencia en estos meses y, además, quiere obligarles a retratarse: si no aprueban el decreto ómnibus, dejarán a los valencianos "tirados". El núcleo duro del Ejecutivo ya tiene preparado el argumentario.

En verdad, fuentes gubernamentales explican que "no hay nada" en ese decreto paraguas que impida al PP votarlo. Es más, reconocen, en un sorprendente alarde de sinceridad, que no han jugado muy sucio "colando" por la puerta de atrás otros proyectos de calado. De manera que creen que la pelota está en el tejado del PP. En cualquier caso, que esa sea la jugada política del Gobierno —sacar rédito de un previsible fracaso en el Congreso— denota el estado de la relación con Junts. Y eso que otras fuentes del Ejecutivo admiten avances con los de Puigdemont. No solo sobre los decretos de este miércoles. Estas fuentes insisten en que con Junts deben ser más prudentes y discretos que con nadie.

Moncloa dijo haber contactado con el PP, extremo que desde Génova se encargaron de desmentir: "No han establecido ninguna comunicación ni con el presidente, ni con la secretaria general, ni con el portavoz parlamentario, ni con el vicesecretario de Economía". Los populares se reservan el sentido del voto al decreto ómnibus. Pero sí quieren dejar claro que no han tenido ningún tipo de negociación. Ni antes de su aprobación en el Consejo de Ministros ni ahora que Moncloa busca su aprobación en el Congreso de los Diputados. "Entendemos que se habrán centrado en convencer a sus socios de investidura en general y a los que residen en Waterloo en particular", explican en la sede del PP. Este miércoles se resuelve la incógnita.

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