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España

Oxfam: el gasto sanitario anual de Andalucía solucionaría el problema de vacunas en los países pobres

Intermón Oxfam habla en su último informe sobre desigualdad de 'apartheid sanitario' por la falta de vacunas en los países en vías de desarrollo, pero omite la falta de infraestructuras sanitarias, enfermeras y el escepticismo hacia las vacunas

Vacunación contra la covid en la República Democrática del Congo / Europa Press.

Intermón Oxfam se sube al carro de retorcer el lenguaje histórico para hablar de una realidad presente. En su último informe, 'Las desigualdades matan', no escatima en ataques a "los ricos", a Elon Musk y a los fabricantes de las vacunas contra el coronavirus, especialmente Pfizer y Moderna, a los que responsabiliza de protagonizar un "apartheid letal de vacunas". Según esta organización, "una inyección económica que podría tener un coste inferior a 10.000 millones de dólares podrían acabar con el actual monopolio en el suministro de las vacunas y permitirían a los países de renta media y baja producir suficientes vacunas para proteger a toda la población". Es decir, que la organización considera que con una inversión similar al gasto sanitario anual de Andalucía, el problema de las vacunas en los países pobres sería historia.

Para justificar esta cifra, Oxfam cita una fuente indirecta, el informe The Great Vaccine Robbery, elaborado por dos altos cargos de la asociación, Anna Marriott y Alex Maitland. Sin embargo, el cálculo al que hacen referencia ha sido elaborado por ingenieros del Imperial College de Londres para Public Citizen. Estos ingenieros elaboraron un sistema computacional para calcular cuántos recursos serían necesarios para producir 8.000 millones de vacunas, las necesarias para vacunar con doble dosis al 80% de la población (la de aquellos países de renta media y baja).

Los cálculos se realizaron para las vacunas de Pfizer, Moderna y CureVac. Según el modelo, lo más barato habría sido apostar por la vacuna alemana CureVac, lo que supondría una inversión de 4.380 millones de dólares. Sin embargo, el desarrollo de esta vacuna ha fracasado, y no ha sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) por no llegar al mínimo de eficacia exigido.

La siguiente vacuna en coste es Pfizer. Los ingenieros británicos creen que con 9.430 millones de dólares pueden producirse todas las vacunas que hacen falta en el mundo. Hacer esta misma producción con Moderna resultaría, finalmente, mucho más caro, necesitándose una inversión de 22.830 millones de dólares.

Oxfam se agarra al modelo diseñado por estos ingenieros, según el cual para producir 8.000 millones de vacunas de Pfizer hacen falta poco más de 9.000 millones de dólares, menos de lo que una sola comunidad autónoma como Andalucía se gasta en sanidad al año. Los ingenieros del Imperial College consideran que para alcanzar esta producción de 8.000 millones de vacunas harían falta solo 5 instalaciones, 17 líneas de producción y 1.836 profesionales.

Con estas cifras, la organización lanza duros ataques a la industria farmacéutica: "Cuando un puñado de poderosas empresas son capaces de monopolizar la producción de vacunas y tratamientos médicos vitales en plena pandemia mundial, se genera un apartheid letal de vacunas que pone en peligro tanto a las personas no vacunadas como a las que sí lo están, ya que aumenta el riesgo de que surjan nuevas variantes que puedan reducir la eficacia de las vacunas".

"Millones de personas aún estarían vivas si hubieran recibido una vacuna, pero se les negó esa oportunidad; mientras, las grandes empresas farmacéuticas continúan conservando el monopolio de estas tecnologías. Este apartheid de las vacunas se está cobrando vidas y está alimentando las desigualdades en todo el mundo", continúa la organización.

Se dedican, además, menciones directas al CEO de Moderna, Stéphane Bancel, y al de BioNTech, Uğur Şahin: "Los monopolios de Pfizer, BioNTech y Moderna han convertido en milmillonarias a cinco personas durante la pandemia, y han generado más de 1000 dólares de beneficio por segundo para sus empresas; sin embargo, menos del 1 % de sus vacunas han llegado a las personas de países de renta baja".

La realidad de las cifras

Aun dando por buenas las cifras del modelo ideado por los ingenieros del Imperial College, y demos por hecho que con poco más de 9.000 millones de dólares produciremos todas las vacunas que el mundo necesita, Oxfam no tiene en cuenta un factor elemental, y es que una vez producidas esas vacunas; ¿Dónde se van a almacenar? ¿Quién las va a administrar? ¿Cómo se van a repartir por territorios dispersos?

Uno de los principales problemas que están padeciendo los países pobres es su falta de infraestructuras, tanto sanitarias, como logísticas. Las vacunas de Pfizer y Moderna requieren de un sistema de almacenamiento de lo más complejo. Las dosis de Pfizer, por ejemplo, necesitan estar a menos 80 grados para conservarse, mientras que las de Moderna han de permanecer a menos 20. Además de su conservación, su traslado también es complejo, pues las carreteras de regiones como África son bastante deficitarias.

Más obstáculos a los que hay que hacer frente es a la propia disolución y administración de las vacunas. Para descongelar Pfizer, la vacuna necesaria para los planes de Oxfam, hay que trasladarla a un frigorífico (temperatura de entre 2 y 8 grados), donde puede permanecer un mes. A temperatura ambiente hay que utilizarla a las dos horas.

¿Para administrar la vacuna qué hace falta? Efectivamente, jeringuillas. Y estas brillan por su ausencia en África. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de esta realidad, que no ha tenido en cuenta Oxfam.

No nos olvidemos de una complicación más, las manos necesarias para poner las dosis, las enfermeras. Según datos del Banco Mundial, en África Subsahariana hay una enfermera por 1.000 habitantes, nueve veces menos que la Unión Europea. Por tanto, aunque África tuviera vacunas de sobra, instalaciones, carreteras y jeringuillas, no podría inmunizar al mismo ritmo que Occidente.

Y es que la infraestructura sanitaria de esta región es absolutamente deficiente, y la mayoría de países carece de una red de Atención Primaria apropiada. El gasto per cápita en sanidad de un habitante del África Subsahariana es de 83 dólares, frente a los 2.736 de España. No debemos olvidar tampoco el escepticismo de los países africanos hacia las vacunas. Médicos Sin Fronteras ha denunciado que el rechazo a las vacunas contra la covid se produce incluso entre los propios sanitarios africanos.

Liberación de patentes

Fuentes oficiales de Pfizer han señalado a Vozpópuli que "la fabricación de vacunas es una producción biológica. Es extraordinariamente compleja en cualquier circunstancia, y aún más durante una pandemia. Los pasos que conlleva una transferencia de tecnología incluyen, entre otros, los siguientes: desarrollo in situ, instalación de equipos, pruebas de ingeniería y calificación del proceso, y aprobaciones regulatorias".

Por término medio, una transferencia de tecnología de llenado/acabado, en caso de liberar la patente de la vacuna, (en la que el producto se introduce en viales/jeringas y se envasa para su entrega) "tarda entre 18 meses y tres años desde el inicio del proyecto hasta las pruebas de cualificación en las que la nueva instalación demuestra que puede llevar a cabo un proceso bien controlado y fabricar un producto de calidad".

"En julio anunciamos un acuerdo histórico con el Instituto Biovac de Sudáfrica para fabricar la vacuna Pfizer-BioNTech covid-19 en exclusiva para los 55 Estados miembros de la Unión Africana. Y, en agosto, Pfizer y BioNTech anunciaron también la firma de una carta de intenciones con Eurofarma Laboratórios SA, una empresa biofarmacéutica brasileña, para fabricar nuestra vacuna covid-19 para su distribución en América Latina", añaden.

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