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Economía

Alerta en el ladrillo: es el sector que más rápido destruye empleo en España

Edificios en construcción.

Los sectores relacionados con el ladrillo en España están sufriendo como todos la actual crisis sobrevenida por el coronavirus...sino más.

Según los últimos datos desglosados por el Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE), la construcción anotó el pasado mes de marzo el mayor incremento intermensual e interanual del paro registrado (no se incluyen los afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) del conjunto de sectores de la economía española.

Dentro de todo lo que el SEPE considera Construcción el volumen de paro creció en 60.000 personas, hasta al menos 320.000 personas en total, un 23% más respecto a marzo del año pasado. La cifra rebasa el 9,8% interanual que subió el paro en el siguiente sector más afectado, los Servicios, si bien en este último los volúmenes absolutos son más importantes (en marzo se incorporaron 200.000 nuevos parados, un aumento intermensual del 8,9%). En la Industria el paro creció un 7,5% interanual y un 9% intermensual (reflejado en 25.000 nuevos desempleados) y en la Agricultura, un 2,6% interanual y un 4,6% intermensual (7.000 nuevos parados). 

Caída intermensual mayor que cuando pinchó la burbuja

La construcción de edificios y las actividades de construcción especializada representan 300.000 de los parados en el ladrillo. A ellos hay que añadirles los más de 20.000 dentro del mundo de las actividades inmobiliarias, habiendo sido este último el segmento cuyo paro registrado más creció en términos relativos en el último mes (alrededor del 30%).

El paro en el conjunto del ladrillo subió un 23% en marzo respecto a febrero, según refleja el SEPE, un aumento intermensual que no se vio ni siquiera tras el pinchazo de la burbuja.

Durante la crisis inmobiliaria, la mayor subida intermensual se produjo entre diciembre de 2007 y enero de 2008 y fue del 20,5%, si bien el aumento interanual del paro entre diciembre de 2007 y diciembre de 2008 llegó a ser ya del 130%. 

"Finalizaciones de obra"

En el caso concreto de la construcción, fuentes del mercado consultadas por Vozpópuli señalan distintos factores.

Uno de ellos tiene que ver con las inercias del sector y su sensibilidad a gérmenes de incertidumbre como el que se generó el último mes sobre, primero, la posibilidad dilatada de que se limiten las obras de construcción y, luego, sobre el alcance de esas limitaciones. Fuentes del sector apuntan que existen de hecho tareas de la construcción que, si bien están permitidas a día de hoy, son difíciles de realizar con garantías frente a la pandemia.

Paralelamente, otras fuentes inciden en la temporalidad de los contratos al tiempo que dan cuenta de casos en los que se han acelerado "finalizaciones de obra" como una salida más ventajosa tanto para la empresa como para los empleados que un ERTE, con el compromiso por parte de la constructora de dar al empleado de alta una vez que se normalice la situación. Esto es, que habría casos empleados que habrían optado por el subsidio del paro al de un ERTE y/o de parados que seguirían trabajando para la empresa.

Oleada de quiebras

Fuentes del sector señalan en un sentido más amplio que la actual crisis del coronavirus ha 'pillado' tanto a la construcción como al inmobiliario ya en una etapa de ajuste

Desde la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) reconocían a este periódico en febrero, tras conocerse el concurso de acreedores de Byco, que, en el sector de la construcción a nivel nacional - compuesto por unas 50-60 empresas constructoras, además de unas 1.000 subcontratas -, "hasta 12 empresas más o menos relevantes" habían caído en los últimos meses en situaciones que bordeaban la quiebra y que "alguna compañía más podría hacerlo en los próximos meses".

Y ello, explicaban fuentes del sector, tras un cóctel posterior al reboom de 2017 de constructoras "que se comprometieron con promotores a proyectos cerrados a un precio que les ha sido finalmente imposible cumplir", "escasez de mano de obra", "elevada burocracia y demoras de hasta 15 meses para obtener licencias de obra" y "maquillajes financieros".

"Estabilización" previa del inmobiliario

Algo menos intenso pero en una línea similar ocurría con el mercado de la promoción y venta inmobiliaria, como lo reflejaba la "estabilización" de los precios de la vivienda constatada justo antes de que estallara la pandemia. Ya en noviembre de 2019 comenzaban a asomar vientos de ajustes de plantilla en el sector.

La última previsión económica del Fondo Monetario Internacional ha llevado a tasadores de precios de vivienda a aventurar que el mercado inmobiliario se enfrenta en este 2020 a un shock, por la caída de la demanda, tan fuerte o más que el que sufrió en 2008.

"Un reajuste del sector se intuía, pero no para estar reflejado de la forma que aparece en el SEPE", afirma Monserrat Junyent, presidenta de la Federación de Asociaciones Inmobiliarias. "En cualquier caso, se han tramitado muchos ERTEs, la misma declaración del estado de alarma (14 de marzo) supuso un parón de la actividad. En el caso de la actividad inmobiliaria propiamente dicha estamos hablando de muchos comerciales que circulan por la calle, enseñando pisos, captando clientes...e incluso los tasadores, cuando hacen valoraciones, requieren el acceso a los inmuebles. A pesar de que ya no está el permiso retribuido, sigue estando restringida la posibilidad de visitas a inmuebles, y si bien existen otras formas, es difícil que alguien compre una vivienda sin verla. Ahora se están firmando operaciones que ya estaban ultimadas desde antes del estado de alarma".

El sector pide ayudas públicas ante el colapso de la construcción

Grandes agentes del sector inmobiliario propiamente dicho como Blackstone, Azora, Neinor o Vía Célere han renunciado de momento a ajustes de plantilla, aunque otros como ServihabitatIntrum o Cerberus han iniciado ERTE, avanzaron El Confidencial y este periódico.

La APCE y promotoras de vivienda como Neinor han reivindicado igualmente una mayor colaboración público-privada (que incluye desde la flexibilización de licencias y usos del suelo hasta ayudas económicas) para evitar que la actual crisis tenga "graves consecuencias en un mercado" ya con turbulencias en 2019.

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