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Economía

El lobby del ladrillo pide acelerar licencias ante una ola de quiebras en la construcción

Grúas de una construcción.

La entrada en concurso de acreedores de la constructora Byco - 200 millones de facturación - es solo la última de una ola de quiebras en la clase media de la construcción. La Asociación de Promotores Constructores de España evita usar el término "ola" para describir lo que sucede pero reconoce estar "preocupada" porque "hasta 12 empresas más o menos relevantes" han caído en situaciones que bordean la quiebra - preconcurso o concurso - en el último año dentro de un sector con unas 50-60 empresas constructoras y que afecta a unas 1.000 subcontratas.

"Probablemente pueda caer alguna compañía más. Esperamos que lo peor haya pasado", dice el secretario general de la ACPE Daniel Cuervo a Vozpópuli. "Sucede que determinadas compañías se están viendo obligadas a presentar concursos de acreedores porque las cuentas no cerraron tras acumular pérdidas en ejercicios consecutivos". 

Cuervo corrobora la tesis que transmite un promotor a este periódico sobre lo que está sucediendo ahora como la consecuencia de compromisos asumidos por muchas de las constructoras en el reboom de 2017.

"Se comprometió mucha obra ese año, en parte por la sensación de repunte de 2017 y en parte porque se trata de por sí de un negocio con bajo margen y en él se busca volumen para atenuar pérdidas. Muchas constructoras se comprometieron con promotores a proyectos cerrados a un precio que les ha sido finalmente imposible cumplir.

"Se comprometió mucha obra en el 2017. Muchas se comprometieron con promotores a proyectos cerrados a un precio que les ha sido finalmente imposible cumplir"

Las promotoras, sobre todo las grandes, tienen sus planes de contingencia, pero las constructoras de la clase media, a la que se encargan la mayor parte de los proyectos en España, no tienen muchas alternativas, y algunas de ellas fueron inicialmente muy optimistas. Ofrecieron bajo en 2017 y tuvieron que acabar ejecutando alto, con casos de un 20% de sobreprecio...y eso conduce al concurso", dice una fuente del sector promotor a este medio.

Demora de licencias y falta de mano de obra

Según Cuervo, dentro de esa encarecimiento de la obra para los constructores sobresalen dos factores. El primero, la cada vez más escasa mano de obra, que lleva a la ACPE a pedir colaboración a las Administraciones en materia de impulso y "adecuación de la Formación Profesional a las necesidades reales de la construcción". El segundo, las demoras "de hasta 15 meses" para obtener la licencia de obra.

"Lo ideal sería que las licencias tarden tres meses como prevé la ley. Necesitamos que las Administraciones agilicen este asunto. Si tienes que esperar 12, 14 o 15 meses para tener la licencia de obra es muy difícil, casi imposible, poder acometerla con los costes cerrados con el promotor un año antes...Y menos si eso coincide con un incremento de los costes de mano de obra tan pronunciado en un período tan corto de tiempo", dice Cuervo.

Así, se hace eco de las quejas de otras voces del sector, que critican la falta de digitalización del área de gestión de licencias en la mayoría de los ayuntamientos y que conlleva además que, mientras un arquitecto desarrolla un proyecto desde 0 en alrededor de tres meses, la media de ayuntamientos tarda más de un año en comprobar si cumple la normativa.

"No se ha aprendido nada de 2007"

Algo más crítico sobre el sector y más preocupado sobre su futuro se muestra Manuel Lyon, secretario general de AMAEXCO, la patronal de las empresas de excavaciones y transporte de materiales de construcción de la Comunidad de Madrid. 

Estamos muy preocupados porque han caído en concurso una decena de empresas en los últimos meses y vendrán muchas más, no se si cinco o diez

"No se ha aprendido nada de lo que ocurrido en 2007. La situación de endeudamiento en el sector es grandísima. Estas empresas se constipan y les da una pulmonía. Todo afecta, que frena el residencial, que cae la inversión...Pero para estas empresas todo se agrava porque en muchos casos deberían llevar 10 vagones y llevan 100", dice Lyon, que denuncia maquillajes de cuentas.

"El Cofirming - cesión de la constructora a un banco para que gestione los pagos a subcontratas - es diabólico, estos pagos no se incluyen en las cuentas de resultados como pagos a proveedores de las constructoras, y así se generan muchas bolas ficticias. Ha habido mucho de cofirming en estos años", añade. "El tema de las licencias puede ser uno de los motivos, ya que no pueden seguir en la mentira de sus balances y al no existir ingresos sus faltas de liquidez salen a la luz. Además, es verdad que no es un sector atractivo para el obrero y cada vez menos para el transportista. Hay un problema real de falta de profesionales. Estamos muy preocupados porque han caído en concurso una decena de empresas en los últimos meses y vendrán muchas más, no sé si cinco o diez, pero hay una psicosis en el sector y hay que tomar cartas en el asunto, empresas y administraciones".

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