Desde que Javier Merino y Mar Flores anunciaran su separación, las noticias acerca de los motivos no han parado de multiplicarse. En el programa ‘Sálvame’ apuntaron la posibilidad de que la modelo podría haberle sido infiel a su marido y podrían existir unas fotos y para que no se publicaran, Merino concedió una entrevista. A esta polémica, se suman las palabras de Alessandro Lecquio, ex de Mar, que ha asegurado que Mar buscó con Merino “un matrimonio de conveniencia” después de sus intentos frustrados con otras parejas, entre ellas con Fernando Fernández Tapias, con el que Mar estuvo porque le iba a regalar una casa, según el tertuliano que además añade que trató de advertir al empresario de que él se estaba viendo con Mar y éste le llamó “muerto de hambre”.

Mar Flores nos sorprendió a todos en la madrugada del pasado viernes santos con un escueto comunicado publicado en su Instagram en donde se hablaba de su separación inminente del empresario Javier Merino. Después de más de 15 años de matrimonio y cuatro hijos en común, el empresario habla ahora para '¡Hola!' en donde dice que es defintivo y que “la última decisión la he tomado yo”

Mar Flores y Javier Merino se separan tras 18 años de matrimonio. Así lo anunciaba la modelo de 46 años en la madrugada del pasado viernes a través de un escueto comunicado publicado en su cuenta de Instagram, donde además pide respeto por sus hijos. Sin embargo, antes de estos años, Mar tuvo un pasado lleno de hombres que no son precisamente anónimos.

Si Mar Flores se hubiera enamorado de Johnny Depp otro gallo le habría cantado. Mar parece nueva en estas lides de la prensa rosa a pesar de la paliza mediática que le dieron en los 90. El consejo de Johnny con sus novias siempre ha sido el mismo: “Nunca des explicaciones”. Mar, a estas alturas y después del vapuleo público, todavía no lo ha aprendido.

Pensando en colocar las cuantiosas ganancias que acumulan con sus profesiones artísticas, muchos famosos se han lanzado a invertir en diferentes sectores, entre ellos la hostelería, sin caer en la cuenta de que para poder competir en un sector con profesionales de tanta valía no basta con salir en el papel couché o ser más o menos popular. Unos años, en el mejor de los casos, como locales de moda donde sus amigos y la gente guapa se dan cita para pasar más tarde al olvido. Como bien dice el proverbio español,  “zapatero a tus zapatos”.