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Política

El 'caso Villarejo' acaba con la ministra Delgado

Los audios del excomisario en los que se escuchaba a la fiscal o las anotaciones con su nombre en la agenda del polémico mando hicieron insostenible su continuidad

Delgado en el Congreso.

La fiscal Dolores Delgado no continuará al frente del Ministerio de Justicia, según informan fuentes gubernamentales. Deja el Ejecutivo desgastada por las informaciones del caso Villarejo. El excomisario, en prisión provisional desde hace más de dos años, la grabó durante una comida a la que acudió junto al entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en 2009. 

Deja el Departamento con la satisfacción personal de haber impulsado la exhumación del exdictador Franco. Ella estuvo presente en el Valle de los Caídos como notaria mayor del reino. Para entonces el Gobierno de Pedro Sánchez ya la había dado por amortizada. Solo la interinidad del Ejecutivo en este periodo de repetición electoral ha permitido que continuara en el cargo.

Los audios del excomisario acabaron publicados en prensa publicados por Moncloa.com. Todo el mundo pudo escuchar a Delgado hacer comentarios junto a varios mandos policiales sobre la condición sexual de Fernando Grande-Marlaska. El hasta ahora compañero de gabinete en el Consejo de Ministros era entonces juez de instrucción de la Audiencia Nacional donde ella desempeñaba funciones de fiscal.

Anotaciones en la agenda

Su figura se desgastó de forma irreversible cuando en mayo del año pasado se levantó el secreto de sumario de una de las piezas secretas del caso Villarejo y salieron a la luz anotaciones con su nombre y citas en la agenda de Villarejo, siempre en compañía del ex juez Garzón. Este caso, que se instruye en la Audiencia Nacional no tiene visos de remitir, más bien todo lo contrario. 

El llamado caso Tándem es una hidra de mil cabezas que crece a medida que los investigadores van analizando la interminable fonoteca del excomisario. Delgado ha mantenido en todo este tiempo su relación de amistad con su anterior compañero en el Juzgado Baltasar Garzón. El exjuez, expulsado de la carrera, ejerce como abogado. Entre otros, su despacho defiende al excomisario Enrique García Castaño, durante una década colaboró con Villarejo en muchas de las actividades ahora bajo sospecha.

Se investigan delitos que van desde el cohecho a la organización criminal. La agenda privada incautada a Villarejo después de su detención permitió a la Policía detectar varias anotaciones sobre lo que consideran “contactos” entre el polémico mando y el exjuez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. Así obra en el sumario de la pieza separada Pit al que tuvo acceso este periódico y en el que, según los investigadores, Villarejo identifica al exmagistrado como “Balta”, “BG” o “Mago”. 

Otra de los apuntes sobre BG y Lola

Así como los investigadores identifican a “Balta” o “BG” como Baltasar Garzón, eluden hacer lo propio sobre otros de los nombres que figuran en las anotaciones como es el caso “Lola”. Estas anotaciones corresponden a diferentes momentos del año 2017. Uno de los informes aportados por la Policía a la Audiencia Nacional destaca, por ejemplo, una anotación del 8 de mayo de ese año en la que se lee escrito a mano “BG Vernos mañana”. El 23 de mayo de 2017 aparece otra anotación con la inscripción “comida mañana con BG, Lola y Andreu”

En los audios se escucha a Villarejo usar el nombre de "Lola" para referirse a la ministra. Estas anotaciones vienen a poner en cuestión que el contacto entre Delgado y el polémico mando fuese limitado a la comida de 2009 en la que fue grabada, si bien es cierto que hasta la fecha no han trascendido nuevos audios. 

La ministra niega esta relación siempre que se le pregunta por ella. Fuentes del Departamento de Justicia admitieron a El País tres contactos de este tipo entre la ministra y el excomisario: una ocasión en la que "se saludaron"; la vez que coincidieron en la comida en el restaurante Rianxo de Madrid en el año 2009 y una comida organizada por Garzón a la que asistió "en el café".   

Decisiones sobre la Abogacía del Estado

Desde Moncloa difunden como un éxito de su gestión que "ganó" el juicio del procés porque la Abogacía del Estado cambió con su llegada su acusación de rebelión por sedición, que contemplaba penas más bajas. Ese cambio de criterio fue interpretado por la oposición como una cesión del Gobierno a los independentistas. Finalmente fue la tesis jurídica que se impuso en la sentencia del Tribunal Supremo.

La última polémica sobre su influencia en la Abogacía del Estado ha sido el escrito en el que los servicios jurídicos del Estado defendían que el exlíder de ERC, Oriol Junqueras, pudiera salir de prisión para tomar posesión de su acta de eurodiputado. Tan solo unas semanas antes, el Ejecutivo había sacado pecho porque el Estado había defendido en Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) la misma postura del Parlamento Europeo, contraria a la inmunidad del condenado por sedición. 

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