Galicia, en el horizonte de Feijóo

Galicia se lo dio todo y se lo puede volver a dar, pero también se lo puede quitar. Al menos eso es en lo que trabaja Pedro Sánchez, que ha detectado la posibilidad de descabalgar a Alberto Núñez Feijóo de la dirección del PP en las elecciones gallegas de principios del 2024.

El PP necesita una quinta mayoría absoluta en Galicia sin Feijóo como candidato. Pero el líder popular se la juega casi como si lo fuera. Es el relato que trata de instalar el PSOE, que solo necesita un escaño más en el pacto de todos contra el PP para presentar Galicia como el fin de la era Feijóo.

Sánchez está quemando todas las naves para lograr su objetivo. El presidente ha puesto a sus mejores gurús al servicio del candidato socialista José Ramón Gómez Besteiro, que vive prácticamente en Ferraz preparando la batalla electoral. Sánchez ha estado el fin de semana en el primer gran acto de precampaña en Galicia para dejar claras sus intenciones.

El PSOE cree que esta región puede ser la tumba política de Feijóo. Si el PP repite mayoría, Sánchez no pierde demasiado porque el PSOE viene de la tercera posición. Pero si consigue sacar al PP de la Xunta y repite Gobierno en el País Vasco, podrá argumentar que el ciclo de Feijóo está agotado. Y no faltarán barones del PP que se sumen a este discurso pidiendo un cambio.

Riesgos de Feijóo en Galicia

Nadie conoce Galicia mejor que Feijóo. Y las encuestas internas que maneja Génova indican que la mayoría absoluta está, de momento, a salvo. Pero la cosa puede ir precisamente de un escaño. Y la decisión del peculiar alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez-Jácome, de concurrir con su partido Democracia Ourensana a las autonómicas amenaza el actual reparto de escaños y, por lo tanto, la mayoría absoluta.

Ni cotiza en Bolsa que Pérez-Jácome, el PSOE, el BNG y Sumar (si consigue entrar) pactarán para echar al PP si tienen la posibilidad. Por lo tanto, un aviso a navegantes en Génova. Un buen resultado en el País Vasco es importante. Si el PP consigue condicionar el futuro gobierno vasco es importante. Pero no se puede descuidar Galicia.

La estrategia del PSOE, entregado a cualquier separatismo y nacionalismo, y ya sin límites morales con Bildu tras la infamia de Pamplona le permite pactar con la izquierda abertzale o el PNV en el País Vasco y seguir en el Gobierno. En Galicia, por supuesto, hará lo mismo. Ya tiene un acuerdo con el diputado del BNG en el Congreso y si hay que sumar a la lista ourensana y a todo el que pase por ahí, lo hará.

Las europeas, punto y final de Sánchez

El PP de Feijóo tiene un poder autonómico y municipal casi absoluto. Pero la digestión del resultado del 23-J todavía se le atraganta. Los cambios que se han acometido en Génova son todavía una incógnita. A favor de Feijóo está la búsqueda de talento externo a las camarillas habituales del partido que ha iniciado en las últimas semanas.

Las incorporaciones –alguna ya se ha producido- deben abrir el círculo que rodea a Feijóo, que es básicamente el de Galicia, e insuflar aire e ideas frescas a la dirección.

Galicia y País Vasco son el aperitivo de las elecciones europeas de junio, otra urna nacional menos de un año después del 23-J. Y no todo son riesgos, que los hay. También hay fundadas esperanzas de adelantar el cambio de ciclo si se hacen bien las cosas.

Si a Feijóo le va bien en las autonómicas, mantiene en todo lo alto la batalla contra la amnistía y llega a la cita europea con viento de cola, el PP tendrá la posibilidad de presentar las urnas como un referéndum contra el Frankenstein + Puigdemont y dejar a este Gobierno de Sánchez inenarrable herido de muerte.