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Opinión

La bolsa como lección para anticapitalistas

Ione Belarra en un mitin de Podemos en Madrid
Ione Belarra en un mitin de Podemos en Madrid Europa Press

Es bastante común, especialmente en quienes nunca han intentado emprender, menospreciar la labor de las empresas exitosas, como si fuera fácil montar un negocio y hacerlo rentable. Lejos de ser una opinión de usuarios anónimos de redes sociales, este error de percepción ha llegado a calar en personajes relevantes de la vida política, y no sólo en España. Quizás se deba a que en muchos países, y especialmente en el nuestro, la casta política se nutre de personas que, desde las organizaciones juveniles de sus partidos, llegan a la cima sin apenas conocer el mercado laboral, y aún menos el privado. No saben ni lo que es una pyme, el modelo empresarial más común, ni cómo funcionan las grandes multinacionales, ni siquiera las nacionales. De ahí que comparen (¿o es maledicencia?) los beneficios globales obtenidos en muchos países con los impuestos que pagan aquí, que confundan directivos con propietarios (los accionistas) y que pretendan castigar a los negocios que más dinero ganan, cuando eso es lo que provoca más beneficio social, y por supuesto más ingresos para el fisco.

Entre estos maledicentes/ignorantes, destaco a Ione Belarra (Podemos) que lanzó hace unas semanas la “propuesta” de incautar el 50% de todos los beneficios al Banco de Santander. Es decir, que los dueños de un negocio, los que arriesgan su capital (así ocurre en empresas grandes, en otras pequeñas -que son la mayoría- los empresarios suelen también trabajar) deben renunciar a gran parte de sus beneficios para pagar aún más impuestos de los que ya pagan (que son muchos ya que, por ejemplo, Santander paga impuesto de sociedades, la parte de cada nómina de sus empleados, así como los accionistas también cuando cobran el dividendo, y más si venden acciones con beneficios, claro) porque sí, como si ganar dinero fuera fácil, ¡Pues que Correos o Renfe o RTVE dejen de tener pérdidas si tan fácil es!

La mayoría compra acciones para venderlas a un precio superior y el cobro de dividendos es un argumento menor, al menos para el inversor medio

Lo cierto es que en España, como en todo el mundo, hay negocios de un mismo sector que ganan dinero y otras que pierden. Mercadona y Día o Inditex y Cortefiel han tenido diferentes evoluciones y por eso mismo hay que otorgarle mérito a quien lo hace bien y no minusvalorar el obtener beneficios, que es lo más positivo para todos. De hecho, como ya comentamos, el 50% de las empresas no llega al octavo año de vida y tan sólo dos de cada tres alcanzan al quinto. Invito, a cuantos creen que siempre se gana dinero en el mundo empresarial, que lo intenten o, más sencillo, que sean propietarios de una comprando acciones en la bolsa ya que según ellos siempre se gana, pero recuerdo que incluso en años de fuertes subidas hay cotizadas que pierden valor. La bolsa puede ser un ejemplo perfecto para todos aquellos que creen que tener una empresa y ganar dinero con ella no tiene mérito ya que convertirse en accionista de una es el menos complicado de los modos para comprobar si es cierto que tan sólo con la propiedad se obtienen beneficios seguros.

La bolsa empezó como un sistema para que los propietarios originales de las empresas cedieran parte de ella a cambio de repartir con los nuevos accionistas parte de los beneficios (dividendos), es decir, una forma de obtener liquidez sin tener que endeudarse y pagando con ingresos futuros. La mayoría compra acciones para venderlas a un precio superior y el cobro de dividendos es un argumento menor, al menos para el inversor medio. Dado que, históricamente, la bolsa (o más bien los índices) sube y es de los activos que más rentabilidad genera, se ha convertido en muy popular y muchos de los que tienen acciones (directamente o a través de fondos, incluso hay quien no sabe que las posee, por ejemplo en su plan de pensiones) no se paran a pensar que el ser accionista de una empresa nos convierte en propietarios de un porcentaje de ella, por lo que podemos equiparar lo mismo que nos pase a nosotros con lo que le pasa al principal accionista. Por lo tanto, si invertimos y no ganamos dinero, él tampoco. Porque de poco sirve que una empresa gane mucho dinero tras descontar inversiones, pago de deudas, impuestos etc. (algo que ya de por sí tiene mérito) si sus dueños, una vez cobrados los dividendos, tienen un activo que cada vez vale menos.

Todas las cotizadas irían siempre hacia arriba

Lo normal es que ciertos índices bursátiles históricamente suban, especialmente los estadounidenses, lo que no quita que la bolsa de Japón haya tardado 35 años en marcar nuevos máximos históricos o que la bolsa china pierda hoy un 50% de su valor desde su punto más alto hace 17 años. Es decir, que ni siquiera invertir a largo plazo en grandes economías, incluso en una de gran crecimiento como la china, garantiza que el dinero consiga generar más dinero. Y eso que hablamos de índices, que tienen la particularidad de, con el paso del tiempo, expulsar a las peores cotizadas y añadir a las mejores, si nos fijamos en valores concretos, en empresas de cualquier sector y de cualquier tamaño (por ejemplo la gigante Bayer cotiza a un tercio del valor que tenía hace una década y eso que la bolsa alemana está en máximos históricos, y qué decir de los accionistas de Telefónica, ni con todos los dividendos cobrados consiguen recuperar su inversión si compraron hace 24 años), sus diferentes evoluciones demuestran que obtener beneficios en el mundo empresarial no es algo fácil como algunos creen. Así pues, si fuera cierto que es tan sencillo ser empresario y ganar dinero, todo inversor bursátil ganaría siempre, darían igual las circunstancias del sector y la gestión de cada negocio, todas las cotizadas irían siempre hacia arriba y en la misma proporción pero… eso no pasa.

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  • V
    Variopinto

    La base de un anticapitalista es oponerse a todo lo que suene a capital. Para ellas y ellos, bolsa y acciones son significantes con otros significados.

    No es casual que prefieran ser activistas a accionistas, como tampoco bolsilleros antes que bolsitas.

  • V
    vallecas

    Las personas decentes estamos perdidas si ustedes, lo que escriben en periódicos, lo líderes de opinión insisten una y otra vez en darse cabezos contra un muro de hormigón.
    Belarra sabe que miente continuamente, miente cuando critica al Santander o a Inditex, sabe que la mayor parte del el negocio del Santander y de Inditex está fuera de España. Sabe que podrían cambiar de sede social mañana mismo.
    Para luchar contra las Belarras hay que ir contra su hipocresía y su cinismo, hay que ir a por ellos personalmente, su salario, sus pisos, su participación y aprovechamiento de este mundo capitalista donde viven como "marajás".
    Como creo que nadie leerá este comentario, seguirán ustedes dándose golpes contra el muro de hormigón mientras las "belarrras" se parten de risa.