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Mémesis

El hombre que disparaba ajedrecistas

El pistolero y su arma

Trabaja con muy poca luz porque molesta a los jugadores. No puede hacer nada de ruido, molesta a los jugadores. No puede sacar una ráfaga, moverse demasiado rápido o disparar con flash. Todo puede distraer a los jugadores. Depende solo de un gesto, de su pulso y de esperar discretamente arrodillado en primera fila el momento adecuado para capturar esa expresión, ese pensamiento silencioso que subraye una jugada o un estado de ánimo delator. Así trabaja un fotógrafo especializado en el circuito internacional de Ajedrez.

"Este imponente ajedrecista es de Namibia, la foto es de la Olimpiada de Estambul 2012 en la que fuí el fotógrafo oficial."

 

Parece imposible que con un ‘decorado’ tan sobrio, a veces rancio y siempre tan limitado salgan unas fotos tan expresivas y bellas. A pesar de retratar escenarios similares son todas las fotos distintas, porque capturan rostros de hombres y mujeres enajenados y entregados al pensamiento. Esto solo es posible gracias al talento de gente como David Llada (Oviedo 1978) uno de los fotógrafos más importantes del circuito y que ha publicado no solo en las mejores revistas del gremio sino en todos los diarios de tirada nacional. No es casualidad.

"Esta es la cabeza de cartel de mi planeada exposición fotográfica, "The Thinkers". Carlo Manzano, foto tomada en el London Chess Classic 2014."

 

En cada uno de los retratos de David hay tensión contenida suficiente como para cargar varias bombas atómicas. Es imposible no sentirse atraído por sus fotos. Las manos, la mirada, la angustia postural de unos jugadores que no posan, que están a menos de un metro del fotógrafo pero infinitamente lejos de la escena, embebidos en el ejercicio neuronal de uno de los deportes más exigentes que se conocen.

“Hay muy poco margen pero mucha tensión. Un jugador sentado enfrente de otro. No se están diciendo nada, no se están moviendo pero la batalla de ideas y el intercambio de ingenio es muy grande. Si esperas un ratito siempre te va a surgir un gesto de preocupación, de audacia o la típica mirada asesina que tiene cualquier deportista de élite”

"Najla Krifa, de Túnez. Foto en la Olimpiada de Tromsø (Noruega) 2014. Entre las fotos que componen "The Thinkers", hay retratos hechos en Moscú, Estambul, Nueva York, Shanghai, Londres, Las Vegas, Sao Paulo, Noruega, México..."

 

David es un trotamundos del ajedrez. Ha viajado por 49 países y tiene fotos de jugadores de todas las nacionalidades, y cuando dice todas recalca:  “... absolutamente todas. Tengo retratos de personas de TODOS los países del mundo. Muy pocos fotógrafos pueden decir esto. Solo en las olimpiadas de ajedrez —mi torneo favorito— participan más de 150 países”. El ajedrez profesional no es un deporte de masas pero este juego milenario es uno de los más extendidos del mundo. Un deporte de una inmensa minoría.

"Esta foto la hice en la india el 23 de noviembre de 2013. Aparte de ser mi 35 cumpleaños, ese fue el día en que Magnus Carlsen se convirtió en Campeón del Mundo. Es una foto que a la vez tiene valor artístico e histórico. Aunque ni siquiera se le vea el rostro, es un retrato. El retrato de un joven triunfador, alguien con mucho carisma al que los medios adoran y los patrocinadores se rifan."

 

David es fotógrafo pero también empresario, periodista, consultor, padre y ahora trabaja a medio camino entre Londres y San Sebastián asesorando a una empresa de apuestas deportivas. Todo combinado con el calendario internacional de torneos. Su verdadera pasión. Esa que le hace jugar por lo menos media hora al día aunque sea en el móvil y esperando al autobús.

 

Pero los comienzos no fueron fáciles. Tras llegar a escribir de ajedrez y ciencia con menos de 22 años en todos los periódicos de tirada nacional decidió coger la mochila:

“Me apunte a una delegación humanitaria y me fui a Iraq a cubrir el embargo como periodista freelance. Acabé haciendo reportajes prebélicos para agencias. Pero decidí dejar el periodismo cuando envié uno de mis artículos a uno de los grandes y me ofreció su contraportada por... 70€. Con 22 años renunciar a una contraportada jode pero al final dije que no.”

Asqueado del periodismo vendido como garrafón se pasó al mundo de las apuestas. Pero de alguna forma u otra el Ajedrez seguía estando siempre ahí. Un montón de amigos  entre ellos ilustres como Kárpov y Spaskile mantenían enganchado. De vez en cuando asistía a algún torneo como periodista, jefe de prensa e incluso siendo parte de la organización. Hasta que un día tras cobrar un bonus decidió invertir en un buen equipo de fotografía. Desde entonces no ha parado.

"Steve es uno de esos tíos que se gana la vida jugando al ajedrez en los parques de Nueva York. Concretamente esta foto se la hice en Union Square hace un par de semanas. La mayoría de estos tíos son gente marginal (homeless, adictos, ex presidiarios,...) que duermen en el parque y se pasan el día jugando partidas rápidas a cambio de unos dólares: una veces apuestan contra ti, otras veces te piden un donativo. Muchos de sus rivales son ejecutivos que se paran a jugar unas partidas con ellos a la salida del trabajo, es una mezcolanza curiosa y efervescente.Un tío encantador y guapo. Le ha salido un club de fans desde que le hice la foto."

El tono de su voz cambia cuando habla estrictamente de Ajedrez y de sus amigos:

“...en realidad yo retiré a Kárpov [risas]. En los dos torneos que organicé (2007 y 2010) quedó el último. Si le vuelvo a invitar a un torneo no creo que venga y desde entonces tampoco se ha prodigado mucho [..] Ambos salimos en el Guinness de los Récords por una biografía que escribí sobre él publicada en México. Fue el libro más firmado por una celebridad. 2000 copias en una sola tarde.

[..]  Spaski es un tipo al que adoro. Me emborraché dos o tres veces con él, en México, en Bilbao,... es un tío con una personalidad y un encanto increíble.”

Hablamos de cómo ha cambiado este deporte. Del inmovilismo soviético y sus batallas mediáticas con los Estados Unidos a la era de los ordenadores, el Deep Blue y la globalización.

Se ha igualado mucho el nivel. Antes solía haber un jugador por encima de todos. Un segundo que se le acercaba y el grupillo detrás. Ahora por influencia de los ordenadores [en el aprendizaje y entrenamiento] hay un grupo mucho más grande de jugadores competitivos. Únicamente hoy el noruego Magnus Carlsen destaca un poco por encima del resto.”

Pero también tocamos temas conflictivos. No rehuye cuando le hago una pregunta que nos intriga a todos los legos en la materia ¿Por qué las mujeres no destacan nunca en el ranking profesional no siendo el ajedrez un deporte estrictamente físico? La respuesta está a la altura de la elegancia de sus fotos:

“El ajedrez profesional es un juego, aunque no lo parezca, tremendamente violento. Cualquiera del mundillo lo sabe. Requiere altas dosis de agresividad. Tienes que estudiar por donde vas a humillar y cómo vas a doblegar y hacer daño al otro constantemente. Quizás a las mujeres [a la mayoría] les falta ese punto de agresividad de la élite o ese talante asesino y son más conservadoras. [...] Yo he aprendido esto, por el tema de las apuestas, viéndolas jugar mucho al tenis. [...] Desde que soy padre también he aprendido que muchos comportamientos vienen predeterminados genéticamente [...] quizás este es uno de ellos. “

Aún así hay cosas ‘raras’ que no se entienden dentro del circuito profesional, cómo que las mujeres puedan presentarse al campeonato masculino pero los hombres no puedan presentarse al femenino, que también se organiza.

El ajedrez no es un deporte exclusivo para personas inteligentes. Otro mito a derribar. Cualquiera puede aprender a jugar e incluso competir hasta cierto nivel. De hecho hay estudios recientes que no ligan inteligencia y habilidad para jugar. Todo se aprende, todo se memoriza y algunas cosas hasta se olvidan.  David nos habla, por ejemplo, de las carencias de algunos jugadores.

“Yo conozco personas que no son especialmente brillantes y saben jugar muy bien al ajedrez [...] Entre los grandes maestros lo que sucede es que muchos se han entregado al ajedrez de una manera tan obsesiva que culturalmente, educativamente pueden llegar a tener lagunas importantes. A algunos les cuesta mucho relacionarse socialmente, son muy torpes o tontos en cuestiones cotidianas.”

"Esta es una de las mejores fotos que he hecho. Les había hecho fotos por separado y cuando se me encendió la bombilla y me di cuenta de que sus tatuajes 'coincidían' si los colocaba en esta postura, me entusiasmé y los estuve persiguiendo hasta conseguir sentarlos una frente al otro en el tablero."

El hombre que disparaba ajedrecistas sueña con dar clases de ajedrez algún día en la Universidad En Estados Unidos la docencia tiene muy buena reputación—. Mientras prepara su primera una exposición que no podría llamarse de otra manera. “Thinkers” es un paseo por 5 años de campeonatos, una alegoría al mármol de Rodin expresada en carne y hueso sobre un damero e impresa directamente en aluminio.

    

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