Vox 'rescata' su moción contra Sánchez: "¿A cuántos votos para los PGE sale el indulto?"

La reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición por parte del Gobierno ha puesto en pie de guerra a los partidos de la oposición. Ciudadanos y Vox empujan al PP a presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, pero el dirigente gallego hace oídos sordos. Por ahora, en Génova no mencionan esta herramienta y se limitan a anunciar "propuestas" en el Congreso y en los parlamentos autonómicos para "mantener el delito de sedición en el Código Penal y tipificar de nuevo como delito el referéndum ilegal".

Para la formación naranja, la maniobra de Sánchez es "tan grave" que "en cualquier país normal, como mínimo, provocaría la presentación de una moción de censura por parte del líder de la oposición". Según la líder del partido, esta iniciativa serviría para frenar "la tramitación de esta infamia" en la Cámara Baja. Por su parte, Vox ha solicitado a la Mesa del Congreso la paralización de la reforma, pues considera que se trata de "un fraude de ley".

Además, ha recordado los motivos que le llevaron a registrar una moción de censura hace ya dos años, cuando se quedaron solos. "¿A cuántos votos para los PGE sale el indulto?", se preguntaban los de Abascal por aquel entonces. "No me canso de repetir esto cada vez que subo a esta tribuna, porque esta soberanía está hoy atacada por un proceso revolucionario y golpista diseñado por los enemigos declarados de la nación", insistió el líder de Vox.

En 2020, Arrimadas justificó su 'no' rotundo porque, entre otras cosas, la moción estaba abocada de antemano al fracaso y, además, porque a quien más beneficiaba era al propio Gobierno

En 2020, Arrimadas justificó su 'no' rotundo porque, entre otras cosas, la moción estaba abocada de antemano al fracaso y, además, porque a quien más beneficiaba era al propio Gobierno contra el que iba dirigida y, cuyos miembros, así como los partidos nacionalistas que le dan apoyo parlamentario estaban "felices". Era un contexto de pandemia y la formación naranja consideraba que, en aquel momento, la moción de censura era un "regalo" para Sánchez. "Parece un plan de Iván Redondo, la confrontación es la gasolina de este Gobierno Frankenstein...", opinaba.

Para la dirigente política, en medio de una segunda ola de magnitud por entonces impredecible, lo indicado era trabajar para "salvar vidas y empleos". Los 'populares' no solo no apoyaron la moción, sino que aquel día Pablo Casado escenificó su ruptura con un atónito Abascal al que le pillaron por sorpresa las palabras del ex líder del PP.

Ahora, dos años después y conocida la hoja de ruta del Gobierno para "pacificar" Cataluña, urge a Feijóo a registrar una moción contra Sánchez. El presidente de Vox coincide con Ciudadanos en que la primera fuerza de la oposición debe asumir sus "responsabilidades" y tiende su mano al político gallego para buscar un "candidato de consenso" y "desalojar" a Sánchez de La Moncloa.

La reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición es, según explicó Abascal este lunes, una prueba más de que el diagnóstico de Vox en 2020 "era acertado": "Merecía y merece una moción". Independientemente de que la suma de votos no sirva para que la iniciativa prospere, insisten en Vox.

El discurso de la moción de Vox

Varias son las alusiones al separatismo, golpismo y a los indultos que se hicieron en los discursos de la moción fallida contra Sánchez. Tanto en el de Ignacio Garriga, hoy líder de Vox en Cataluña, como en el del propio Abascal.

"Sánchez, Iglesias, separatistas y el partido de ETA, el Frente Popular, comparten una agenda de la que no se van a apartar. Esa agenda está forjada en torno a un objetivo y a una necesidad común. El objetivo: construir mayorías alternativas al orden constitucional para poner fin a la monarquía parlamentaria y el Estado de derecho. La necesidad: pervertir y malear las instituciones para protegerse de sus responsabilidades criminales y poder llevar a efecto su objetivo", arrancó Garriga.

Tal y como defendió, las mociones sirven para cambiar gobiernos, pero también para dejar constancia en la sede de la soberanía nacional de la falta de confianza de los diputados, en el Gobierno, así como del malestar que asola a la nación y la posibilidad de una alternativa que ofrezca a los españoles un camino distinto a la resignación.

"La existencia de partidos separatistas es una grave anomalía democrática, impensable en muchas otras naciones europeas. Pero aún más grave es que el presidente del Gobierno, que debe velar por los intereses de todos los españoles, haga política sólo para contentarles, porque de ellos depende que pueda dormir una noche más en la Moncloa", sostuvo Garriga.

Según explicó Vox hace ya dos años, la reforma del delito de sedición a la carta de los golpistas presos es solo una muestra más de lo que están dispuestos a hacer

Según Vox, los diputados del Psoe se habían rendido ante "los enemigos de la nación" para acordar el desmantelamiento del Estado de Derecho y la liquidación de la separación de poderes. "Pero más que una rendición, parece que se trata de una convergencia de intereses en torno al poder", apuntó el partido. "La reforma del delito de sedición a la carta de los golpistas presos es solo una muestra más de lo que están dispuestos a hacer", prosiguió.

"En menos de un año han pasado ustedes de afirmar, en palabras del señor Ábalos, que 'no procede en absoluto hablar de indultos' a manifestar el ministro de Justicia en sede parlamentaria, dirigiéndose a una diputada miembro de un partido que ha dado un golpe de Estado, que 'los indultos, esos que a ustedes les preocupan porque les tocan,
empezarán a tramitarse la semana que viene'", recordó Garriga.

Dirigiéndose al entonces ministro de Justicia Juan Carlos Campo el diputado de Vox señaló: "Usted es el notario Mayor del Reino de España y se está convirtiendo en el notario del separatismo. ¿A cuántos votos para los presupuestos sale el indulto? Un notario del Reino vela por la ley, no por la liquidación de los derechos y las libertades de todos los españoles".

Denunciaron el "proceso de destrucción de España"

El propio Abascal 'vendió' su moción contra Pedro Sánchez como una herramienta para "detener el proceso de destrucción de España". "Un proceso que empezó con Rodríguez Zapatero sumando a ETA a un frente común contra
toda la derecha democrática… Y que este gobierno, sumando a ETA y también al golpismo catalán, está acelerando en mitad de una epidemia", dijo.

Para el presidente de Vox, existía y existe "una mayoría de españoles que disiente con todas sus fuerzas del consenso progre que ha menospreciado nuestra nación y nuestra historia, y que pretende que el único futuro posible es el de una nación sometida o troceada". "Por eso hasta ETA, con toda su sangrienta realidad, está ya en la fiesta del consenso, porque saben que por este camino se debilita a España, y nunca, matando o sin matar, han tenido otro objetivo… Y por eso ahora se suman al consenso del Frente Popular lo mismo que los golpistas en Cataluña o que cualquier asociación de renegados", apostilló.

Y concluyó: "A ellos no les pido el voto. Ni siquiera considero que sean diputados legítimos de esta Cámara porque
han venido a ella con el único propósito de arruinar España. Aunque si fueran coherentes con eso que repiten tanto, de que Vox es una fábrica de separatistas, me votarían hoy. Hagan la prueba. No lo harán, porque también en eso mienten, como mienten en todo".

Preguntado este lunes por las últimas encuestas, entre ellas la de Vozpópuli, donde el PSOE frena la caída en picado de los meses anteriores, Abascal aseguró estar "muy convencido de la manipulación de las encuestas, de la manipulación mediática y de los tentáculos de los partidos en los medios de comunicación" y cree que Sánchez "está amortizado para los españoles". "Cuando haya elecciones, por eso las evita, Pedro Sánchez va a ser expulsado del poder", vaticina. Mientras tanto, invita a Feijóo a seguir sus pasos y presentar otra moción. Además de pedir a PP y Ciudadanos que secunden las movilizaciones contra el Gobierno que tendrán lugar en Barcelona y Madrid los días 19 y 27 de noviembre, respectivamente.