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"Quien lo tiene que saber ya lo sabe": los whatsapps de la entrada de Ghali en España

El teniente general que asumió las órdenes de la mano derecha de Laya permitió el acceso en la base del líder del Polisario y su acompañante y, al término, confirmó que "todo" había "sido discreto"

El juez de Ghali sospecha que el Gobierno sabía que la Justicia le buscaba desde 2013
Brahim Ghali recibe al primer ministro saharaui, Bucharaya Beyun.

"El paciente viaja según mi información, con pasaporte diplomático argelino y su hijo tiene algún tipo de permiso de residencia en España. En todo caso, esto no es un problema. Quien lo tiene que saber ya lo sabe". Estas fueron las órdenes que el exjefe de gabinete de la entonces ministra Arancha González-Laya trasladó a la base militar de Zaragoza para permitir que el avión en el que viajaba el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, aterrizase en España sin pasar los controles y sin especial revuelo, a juzgar por la respuesta emitida por el teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez, que contestó que "todo" había "sido discreto".

Las comunicaciones, a las que ha tenido acceso Vozpópuli, fueron requeridas por el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza que investiga presunta falsedad documental con motivo de la entrada del activista saharaui en España. El magistrado Rafael Lasala solicitó estos whatsapps tras constatar que no había expediente administrativo de esta gestión y que las instrucciones se efectuaron por vía telefónica. Los mensajes se intercambiaron entre Camilo Villarino y el segundo jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, el teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez.

El primer mensaje se mandó a las 12.39 horas del 18 abril por parte del alto cargo de Exteriores. Éste se presentó y le dijo que le daría datos del avión. También le comunicó que había avisado al equipo de ambulancia que tenía que trasladar a Brahim Ghali a Logroño con el fin de que estuviera preparado en la base militar a la hora estimada de llegada. En estos mensajes Villarino nunca ofreció datos sobre la identidad de la persona en cuestión, pero sí trasladó que venía con "covid en grado avanzado" y con su hijo, según dijo.

"Si nos dan el indicativo de la aeronave le paso para que no haya problemas de autorización por parte del control del tráfico aéreo civil", dijo el teniente general, a lo que el mando de Exteriores contestó dejando claro que solo debían desembarcar el paciente y su hijo. Cabe recordar que, según los informes policiales que obran en la Audiencia Nacional, consta acreditado que Ghali ingresó en el hospital de La Rioja ese mismo día con la identidad falsa de Mohamed Benbatouche y acompañado, según recogieron, de su médico personal. Ambos provenían de Argelia.

El que fuera mano derecha de la exministra de Exteriores razonó que no supondría un problema la documentación que portara su acompañante y que eso ya lo sabía quien lo tenía que saber. "Copiado. A nosotros solo nos interesa la parte aeronáutica", precisó el teniente general. En otra comunicación, que se produjo cuatro horas después, el alto mando del Ejército del Aire confirmó que la aeronave ya salía del espacio aéreo español. "Avión en el aire. El piloto quería pagar tasas y no sabía que estaba en la parte militar. El buen hacer de la base ha solucionado todo. Confirmo que todo ha sido discreto menos la tripulación argelina", respondió.

"En Exteriores no citamos a Defensa"

Los interlocutores no volvieron a comunicarse hasta el 22 de abril. Para entonces, ya se había hecho pública la presencia del líder del Frente Polisario en España dando paso a una grave crisis institucional con Marruecos. A las 17.21 horas de ese día el exdirector de gabinete de la entonces ministra reenvió una información que llevaba por título: "El jefe del Frente Polisario, ingresado grave en un hospital de Logroño bajo un nombre falso". Adjunto a esa noticia, escribió: "En Exteriores no citaremos a Defensa. Un abrazo".

La filtración de que Ghali estaba en territorio español no solo provocó un duro enfrentamiento con Marruecos (que respondió alentando a miles de marroquíes a ingresar en Ceuta de manera irregular) sino que también obligó al Ejecutivo a dar respuesta de este asunto. La entonces ministra de Exteriores explicó que se le acogió por razones humanitarias, mientras que el Gobierno insistió en que no había entrado en España con pasaporte falso sin con el que viajaba habitualmente. Según estos whatsapps, Ghali no viajaba con identificación española, sino con "pasaporte diplomático argelino".

Del mismo modo su presencia derivó en la reapertura de dos procedimientos penales abiertos en la Audiencia Nacional contra el líder Polisario por delitos de tortura, terrorismo y lesa humanidad, entre otros. El magistrado Santiago Pedraz, tras acreditar con oficios policiales que el paciente ingresado con covid en Logroño era Ghali, acordó interrogarle por videoconferencia desde el centro hospitalario. El también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) respondió rechazando las acusaciones y asegurando que se trataba de una causa política.

Al término de su interrogatorio, que se produjo el 1 de junio, Ghali dejó el hospital dirección aeropuerto militar de Pamplona. Abandonó el país acompañado de tres personas más (entre ellos su médico personal) la madrugada ya del 2 de junio y sin portar documentación, de acuerdo con el último informe policial incorporado a estas diligencias. La Policía de Navarra confirmó que no entregó pasaporte alguno y que le permitieron abandonar sin problemas porque se trató de una "salida voluntaria".

Declaran este lunes

Estos hechos dieron lugar a la apertura de dos investigaciones, una en un juzgado de La Rioja, y otra en este que dirige el magistrado Rafael Lasala y que acabó asumiendo la abierta en Logroño. Los denunciantes, entre los que se encuentran el abogado Antonio Urdiales, pidieron que se investigase si el activista saharaui entró con su propia documental y siguiendo los controles fronterizos. Al respecto, el magistrado instructor comenzó a indagar este asunto y a recabar las declaraciones de los implicados, empezando por el general José Luis Ortiz-Cañavate, jefe de la base aérea de Zaragoza.

Las pesquisas terminaron por alcanza al exdirector de gabinete de Arancha González-Laya el cual respondió en un requerimiento solicitado por el juzgado que se comunicó con el teniente general por vía telefónica y por whatsapps y que dijo que "no era preciso" que el avión en el que viajaba Ghali pasara los controles de pasaportes y aduanas "siendo esta respuesta perfectamente coherente tanto con la práctica establecida como con la legislación vigente aplicable". El magistrado le imputó en la causa y le ha citado para tomarle declaración como investigado este lunes.

También comparecerá, pero como testigo, el teniente general que acaba de ser nombrado nuevo representante militar de España ante la ONU y la Unión Europea. No obstante, y a tenor de la judicialización de estas comunicaciones, la acusación popular que ejerce Urdiales ha solicitado al juez que le cambie la condición de testigo y le cite como investigado. Según razona, las comunicaciones "ofrecen dudas" sobre su participación en el operativo de entrada de Ghali en territorio español.

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