Política

La última reunión entre PSOE y Junts anticipa la ruptura total: "Lo hemos intentado, se acabó"

El lunes, los negociadores del PSOE, ya sabían que los siete diputados de Carles Puigdemont votarían en contra del decreto

  • Carles Puigdemont. -

Los negociadores de Pedro Sánchez que viajaron el pasado lunes a Waterloo (Bélgica), para reunirse con Carles Puigdemont, retornaron a Madrid sabiendo que Junts no iba a apoyar los decretos que se votaron este miércoles en el Congreso. En el marco de ese encuentro, tras constatar las “diferencias insalvables” entre ellos, los de Puigdemont les avanzaron el sentido de su voto. Aunque en un ejercicio de clara desinformación, el martes, fuentes del Gobierno trasladaban en privado a los periodistas que se había producido “un acercamiento con Junts” que nunca existió.

El expresidente catalán y su mano derecha, Jordi Turull, les dejaron claro en esa cita que “o cuestión de confianza”, a lo que el PSOE se opone, “o hasta aquí”. Es decir, que “no tiene sentido mantener un Acuerdo de Bruselas que incumplís permanentemente”. 

En el partido de Puigdemont, que el pasado viernes verbalizó su ultimátum en una rueda de prensa en Bélgica, consideran que “lo hemos intentado” dando margen a la negociación. Pero “ante los menosprecios” de los socialistas, que “no han pactado gran parte de los plazos fijados ante el mediador” y además rechaza tramitar la cuestión de confianza que le exigieron a Sánchez, “se acabó” su apoyo al PSOE. “No tiene sentido alargar lo que no funciona” explican en Junts. Únicamente un giro de 180 grados de los socialistas, aceptando tramitar en la Mesa del Congreso dicha cuestión de confianza, podría revertir la situación. Aunque en el entorno de Puigdemont, que desde diciembre apuesta por romper, lo ven “altamente improbable”.

De aquí a que la Mesa del Congreso decida dar carpetazo definitivamente a la proposición no de ley de los junteros, a lo largo del mes de febrero, todavía se podría producir alguna nueva cita en el extranjero. Pero tras el resultado de la del pasado lunes en Waterloo, lugar hasta el que nunca habían viajado los emisarios de Sánchez, y que en cierta manera supone también la imagen más gráfica de la humillación, en el entorno de Puigdemont no le ven sentido a una nueva reunión si se produce en los mismos términos. “El único mensaje que queremos recibir del PSOE es el que respetan la democracia y se abren a debatir nuestra cuestión de confianza en el pleno”, señalan. Todo lo que no sea eso, añaden, “no tiene sentido debatirlo”. Es condición sine qua non que Francina Armengol tramite la solicitud para seguir hablando

Hacía la ruptura

La opinión mayoritaria entre los dirigentes de Junts consultados por Vozpópuli coincide en que “el próximo paso es la ruptura”. Carles Puigdemont espera que el Gobierno les dé el “argumento necesario y definitivo”, en forma de rechazo a la cuestión de confianza, para poder cargar la culpa de la ruptura a los socialistas. Aunque los independentistas aseguran que motivos ya tienen, por los “constantes incumplimientos” por parte del Ejecutivo, al no ser pactos públicos tienen más difícil la justificación.

En la dirección de Junts hay quienes no descartan, cuando se consume la ruptura definitiva, algo que podría ocurrir en las próximas semanas, hacer públicas las actas ante el mediador para que la ciudadanía pueda “comprobar el grado de incumplimiento”

Sin confianza en Sánchez

En JxCat dicen que su confianza en Sánchez “es ya inexistente”. Aunque admiten que nunca han confiado mucho en su palabra, ya que “es un trilero de manual”, señalan que “le dimos un voto de confianza pensando en que al necesitarnos para seguir en Moncloa cumpliría con lo concedido”. Y “no ha sido así”. Creen los junteros que en el PSOE “son conscientes que ya no cuenta con la confianza de la mayoría del Congreso” y que “por eso rechaza tan siquiera debatir la cuestión de confianza”.

“Si quiere seguir en el poder sin capacidad para gobernar, aferrado solo a eso, al poder, él sabrá” manifiestan. Pero en su opinión “no parece una actitud muy democrática”. Si eso ocurre, además, avanzan que “estudiaremos qué herramientas legales tenemos para impedirlo y forzar elecciones”.

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