Elecciones generales 2023

Feijóo y Vox se estrellan contra Sánchez: el PSOE podrá repetir el 'Frankenstein' con permiso de Puigdemont

La pírrica victoria del PP y el hundimiento de Vox dejan a la derecha muy lejos de la mayoría. Pedro Sánchez da por hecho que las urnas avalan la continuidad del gobierno de coalición y sus socios independentistas

Feijóo y Vox se estrellan contra Sánchez: el PSOE podrá repetir el 'Frankenstein' con permiso de Puigdemont
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Fiejóo, el domingo. Vanesa Nérida

Sorpresa y de las gordas. Alberto Núñez Feijóo ha ganado las elecciones del 23 de julio. Pero la victoria del PP, más que amarga, ha sido pírrica y probablemente inútil frente a la dulce derrota de Pedro Sánchez. La resistencia del presidente del Gobierno, que ha mejorado sus resultados de hace cuatro años, coloca al PSOE en disposición de mantener La Moncloa si logra unir a todos sus aliados de investidura (Sumar, PNV, EH Bildu, BNG) y consigue, al menos, la abstención del partido de Carles Puigdemont.

"El bloque del PP y Vox ha sido derrotado. Ha fracasado", ha dicho un eufórico Sánchez, que parecía dispuesto a lanzarse a la investidura sin dudarlo. "Somos más, muchos más lo que queremos que España avance y así seguirá siendo".

El 23-J agudiza todavía más la división entre bloques que sufre España desde el 2015. De un lado, el PSOE y los partidos nacionalistas y separatistas al grito de "¡No pasarán!" en Ferraz. Y, de otro, el PP y Vox, con el "¡Qué te vote Txapote!" en Génova.

Sánchez arrasa en Cataluña

El mapa de España se ha teñido de azul, pero no con la intensidad del 28-M, como si fuera un país diferente al de hace un mes y medio. Los populares han ganado en 40 de las 52 provincias, pero se han visto perjudicados por la movilización de la izquierda. El PSOE ha arrasado en Cataluña -19 escaños, siete más que en 2019-, ha ganado en Navarra y el País Vasco y ha resistido mucho mejor de lo esperado en comunidades como Madrid o Andalucía en las que había sido vapuleado hace unas semanas.

Por su parte, Feijóo gana 3 millones de votos, 12 puntos, 47 diputados con respecto al Pablo Casado de hace cuatro años y la mayoría absoluta en el Senado. Pero se ha estrellado contra sus propias expectativas, alentadas por la contundente victoria de mayo y unas encuestas tan triunfalistas como erróneas. El líder del PP ni se ha acercado a los resultados que vaticinaban los sondeos. Sus 136 escaños, con el 99% del voto escrutado, están muy lejos del suelo de 150 diputados que vendía Génova. Y son la principal causa de que el bloque la derecha se haya quedado muy lejos de una mayoría absoluta que se daba por supuesta hace 24 horas.

Feijóo, en un Génova que pretendía estar de fiesta pero no podía, ha dicho que su candidatura es la única posible para gobernar España como lista más votada. Todo lo demás, ha asegurado, "es un anomalía", porque históricamente siempre gobierna el ganador de las elecciones. "Los españoles han dicho que dialoguemos", ha asegurado. "Creo que mi deber es abrir el diálogo para intentar gobernar nuestro país de acuerdo con la victoria electoral del PP. Le pido al PSOE y al resto de fuerzas que no bloqueen el gobierno de España una vez más".

Debacle de Vox

Los sondeos han acertado poco, pero han dado en el clavo con Vox. El partido de Santiago Abascal, que ha culpado a Feijóo, los medios del PP y a todo el que pasaba por ahí de su debacle, ha perdido 19 escaños y 700.000 votos. Se queda en 33 diputados que no sirven para dar el vuelco electoral que se esperaba y que sí lograron en las autonómicas y municipales del 28 de mayo.

El gran triunfador de las elecciones ha sido, curiosamente, el derrotado. Sánchez ha perdido. Pero sale reforzado de las urnas. El adelanto electoral que precipitó tras la debacle de mayo ha funcionado. Y el discurso del miedo hacia la derecha ha surtido efecto. El PSOE ha mejorado sus resultados con respecto a hace cuatro años -gana 1 millón de votos- y se ha quedado a poco más de un punto del PP y menos de 200.000 papeletas. Un empate técnico.

"Teníamos que decidir qué rumbo tomar. Un rumbo de avance o de retroceso", ha dicho Sánchez. "España ha hablado bien claro. El bloque que quería derogar todo lo logrado estos cinco años ha fracasado".

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, saluda a los militantes y simpatizantes del PSOE en Ferraz. EFE/Rodrigo Jiménez

Un nuevo 'Frankenstein' con Puigdemont

Sánchez está en disposición de seguir cuatro años más en La Moncloa. Pero tendrá que calcular el coste que está dispuesto a asumir, porque los partidos del Frankenstein son más decisivos que hace cuatro años. Los escaños de PSOE y Sumar (153) están muy lejos de los 169 de PP y Vox. Los síes -y no solo abstenciones- de PNV, EH Bildu, ERC y BNG son ahora imprescindibles. Ni aún así sería suficiente. Sánchez contaría con 172 diputados y necesitaría, al menos, la abstención de los siete escaños de Junts per Catalunya.

El presidente deberá calibrar ese precio que está dispuesto a pagar por estos apoyos de cara a una investidura. Si no los acepta, España se dirigirá inevitablemente a un nuevo bloqueo y a la repetición electoral.

Los escaños que ha perdido el Gobierno de coalición con respecto al 2019 son los de Sumar. Pero Yolanda Díaz, con 31 diputados, ha obtenido un resultado muy similar al de Pablo Iglesias, que logró 35, y salva los muebles como nueva lideresa a la izquierda del PSOE.

"Hemos dicho en nuestra campaña que había gente muy preocupada en nuestro país, y hoy creo que la gente va a dormir más tranquila. Hoy la democracia ha ganado y hoy la democracia sale fortalecida. Hemos ganado, hoy tenemos un país mejor. Hemos hecho posible cambiar la vida de la gente y cambiar aun país mejor”, ha dicho la vicepresidenta en su valoración electoral.

Más información