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Política

Abascal, dolido: Casado 'mata al hermano' tras veinte años de relación

Pablo Casado y Santiago Abascal en una imagen de archivo.

Pablo Casado pronunció este jueves en el Congreso de los Diputados uno de sus discursos más celebrados como líder del Partido Popular. Todos los análisis coinciden en que con sus palabras el presidente popular quiso marcar distancias con Vox y erigirse en principal valedor del centro derecha. Pero en la sesión de la moción de censura se rompió algo más. Se quebró, tal vez sin posible enmienda, la relación personal entre Casado y Santiago Abascal

Si seguimos la teoría freudiana sobre las relaciones familiares, podría concluirse que de alguna manera el presidente del PP mató al hermano. Nadie en Vox, y menos aún el propio Abascal, lo esperaba. No lo vieron venir. Tenían dudas sobre el sentido del voto del PP y podían esperar la negativa. Pero lo que les sorprendió fue la virulencia con la que se empleó Casado. Y, en especial, se quedaron estupefactos por los ataques directos al candidato de la moción. 

El rostro de Abascal cuando subió a responder a Casado era un poema, sí, pero de los más tristes. Al presidente de Vox se le notaba sorprendido, desde luego afectado y acaso noqueado, por las palabras de alguien con quien siempre se había llevado bien. Él mismo lo verbalizó al decir que se sentía "absolutamente perplejo". "No esperaba para nada que esta fuera su intervención". "Se ha unido a la brutal caricatura de Vox y de Santiago Abascal, al que usted conoce bien y sabe que no es el que ha descrito"

Una amistad forjada frente a ETA

En esa frase está la clave del desagrado que sentía Abascal. Porque lo cierto es que hasta este jueves los líderes de PP y Vox se llevaban bien. Su relación era buena desde que se conocieron veinte años atrás. Casado fue elegido presidente de las Nuevas Generaciones del PP en 2001. Abascal fue elegido presidente de la misma organización en el País Vasco en 2000.

Eran los tiempos más duros para el PP vasco, colocado en la siniestra diana de ETA. Casado viaja con cierta regularidad a Euskadi. Allí ambos mantuvieron mil y un encuentros. Eran fieles y firmes defensores del aznarismo. Idolatran a la entonces presidenta de los populares vascos, María San Gil, también aznarista de pura cepa. Compartieron duros momentos frente a la banda terrorista. "Yo a Santi lo conocí escoltado", afirmó Casado en varias ocasiones. 

Distintos caminos en el PP

Años después, coincidieron en Madrid, donde Casado escalaba en el PP de Mariano Rajoy mientras Abascal trabajaba para la Comunidad de Madrid antes de dejar el partido para fundar Vox. Distintos caminos pero siempre con buen trato entre ambos. A veces coincidieron en tertulias del programa El gato al agua de Intereconomía. Siempre mantuvieron un trato cordial. Y siempre lo habían mantenido, aunque fuera con más distancia, cuando Vox irrumpió en el panorama político y se convirtió en tercera fuerza más votada. 

Pero este jueves eso se acabó. Casado lanzó numerosos dardos personales a Abascal. "Hoy se censura usted a sí mismo". "Es un salvavidas para Sánchez". "Ambos nos quieren llevar a una batalla". "Esta moción de censura la dispara contra el partido que le ha dado trabajo quince años". "Quería cortar las dos orejas del PP y ha acabado de monosabio de Pablo Iglesias". "Cuanto peor para España, mejor para usted". "No le gustamos; entendido. A nosotros, usted tampoco". "Usted ya tenía cargo público en el PP cuando yo estaba en el colegio". "Ha cambiado de chaqueta". "Usted ya es parte del problema de España". 

Demoledoras acusaciones que, como ya se ha dicho, provocaron estupor en la bancada de Vox. En el PP, en cambio, causaron innumerables aplausos, como si esas palabras fueran una forma de quitarse por fin una espina que tenían clavada en lo más hondo. La mayoría cierra filas con el líder y considera que el discurso de Casado era una necesaria defensa del partido tras los numerosos ataques lanzados por Vox contra los populares en los últimos años. 

Sin embargo, no todos en el PP están de acuerdo con esos ataques a Abascal. La exportavoz parlamentaria del PP Cayetana Álvarez de Toledo defendió el discurso de su jefe de filas, pero censuró "la impugnación ad hominen a Abascal". "Fue una injusticia y un error". A su juicio, las "complicidades personales" quedan heridas de muerte desde esta moción de censura. 

Parece que nada volverá a ser lo mismo entre PP y Vox tras este debate, aunque los socios y las estrategias siempre cambian en política. Pero lo seguro es que la relación personal entre Casado y Abascal nunca será como era antes de este discurso. 

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