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País Vasco

Sánchez inicia el deshielo con Urkullu tras sus pactos con Otegi

Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez, en La Moncloa.

Vuelve la senda del entendimiento entre Moncloa y Ajuria Enea. O entre Ferraz y Sabin Etxea. O en ambos ámbitos al mismo tiempo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, se reunirán el próximo febrero para explorar más fórmulas de acuerdo entre ambos. Este movimiento evidencia el acercamiento entre PSOE y PNV después de los pactos gubernamentales con Bildu

Es de sobra conocido que en las filas peneuvistas no gustó demasiado, por no decir nada, el acuerdo presupuestario entre el Gobierno y la coalición que lidera Arnaldo Otegi. Las tiranteces eran obvias aunque después el grupo parlamentario del PNV anunciase su respaldo a las cuentas públicas tras otro acuerdo con el Ejecutivo de coalición. Sin embargo, ahora parecen volver a acercarse. Porque tras el temporal siempre llega el deshielo entre estos dos socios. 

Durante las últimas semanas las tornas han empezado a cambiar. Primero ambos gobiernos, central y autonómico, anunciaron que habían llegado a un acuerdo para cerrar en marzo el traspaso de la competencia de Prisiones. Este martes el portavoz del Ejecutivo vasco, Bingen Zupiria, sorprendía en rueda de prensa al anunciar que Sánchez y Urkullu habían hablado el pasado sábado y habían quedado en reunirse en febrero. 

"Vías de acuerdo"

El encuentro tiene por objeto "profundizar" en la búsqueda de "vías de acuerdo" entre ambos ejecutivos que afectan a "todos los ámbitos de interés", en palabras de Zupiria. Sin embargo, todavía no hay fecha ni orden del día cerrados para la reunión. Esa falta de concreción demuestra precisamente que el Ejecutivo vasco quería exhibir la mejoría de su relación con el Gobierno.  

Sánchez y Urkullu no se reúnen a solas desde junio de 2018, cuando el primero llegó al poder tras triunfar la moción de censura contra Mariano Rajoy en la que tan decisivos fueron los votos peneuvistas. Desde entonces PSOE y PNV han llegado a acuerdos importantes. Entre otras cosas, ambos suscribieron pactos para las respectivas investiduras. Pero el acercamiento del Gobierno a Bildu a cuenta de los presupuestos zarandeó el tablero político vasco. 

Llovía sobre mojado. Porque Sánchez y Urkullu también han tenido algunos roces a raíz de la gestión de la pandemia y de algunas decisiones gubernamentales que no han gustado en la Lehendakaritza. Al mismo tiempo y sin solución de continuidad, las relaciones entre PNV y PSE funcionan a pleno rendimiento porque ambos gobiernan juntos. En ese contexto, el anuncio de la reunión entre los dos presidentes supone un cambio de tendencia. 

¿Y la reunión?

Además de la fotografía que buscará mostrar el regreso de la sintonía entre ambos gobiernos (y, de paso, entre ambos partidos), la reunión entre ambos servirá para más cosas. Sin duda estarán sobre la mesa tanto las competencias pendientes de ser transferidas como la gestión de los fondos europeos para combatir la pandemia.

Respecto al primero de esos asuntos la clave está en el inminente traspaso de Prisiones. Las fuentes consultadas por Vozpópuli apuntan a que Sánchez y Urkullu podrían escenificar el sello del borrador acordado en diciembre para que el Ejecutivo vasco inicie la gestión de Prisiones en marzo. Y en lo que concierne a los fondos europeos no puede perderse de vista que en diciembre el lehendakari reclamó por carta al Gobierno que cediese a las comunidades el control de dichos fondos. 

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