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España

El Grupo Mixto, comodín del descontento: Podemos y Ábalos lo engrosan hasta los 8 diputados en solo medio año

El 'gallinero' del Congreso se ha convertido esta legislatura en el refugio preferido de las tránsfugas parlamentarias y de los protagonistas de las luchas partidistas

José Luis Ábalos, en su escaño del Congreso durante la sesión de control al Gobierno

La composición del Congreso de los Diputados es ahora diferente a cuando sus señorías ocuparon su escaño en la sesión de inicio de legislatura el pasado agosto, después de las elecciones celebradas en julio.

Entonces, el grupo socialista y Sumar aún no se habían desmembrado. Podemos había acudido dentro de la coalición -no sin algunos vaivenes previos- y el PSOE conseguía mantener sus 120 diputados, de momento unidos.

Ahora, los cuatro de Podemos se encuentran en el Grupo Mixto, donde habitan desde el pasado diciembre, acompañados a partir de hoy también por el diputado socialista José Luis Ábalos, quien lejos de cumplir con las expectativas y deseos de Pedro Sánchez y entregar su acta, será uno más junto a UPN, BNG y CC.

El Grupo Mixto del Congreso se ha convertido en el comodín del descontento y de las luchas partidistas, el refugio preferido de las tránsfugas parlamentarias, que conviven con los diputados que representan a los partidos con menos representación: Néstor Rego (BNG), Cristina Valido (CC) y Alberto Catalán (UPN).

El 'gallinero' es ahora, en mayor parte, el purgatorio en la Cámara Baja, alojando a cinco diputados de futuro incierto con la desaparición de Podemos en el aire y la suspensión de la militancia de Ábalos en el PSOE efectiva desde esta misma tarde.

Falta espacio y tiempo en el 'gallinero'

Después de su anuncio, algunos de los que serán sus nuevos compañeros de filas en el 'gallinero' del hemiciclo avisaron de que allí ya están justos y que casi no hay espacio, pues la nueva incorporación les ha vuelto a pillar con el pie cambiado. Además, ahora tendrán que acordar los repartos de los tiempos de cada intervención.

Sin embargo, Ábalos llega con un pan debajo del brazo, pues traerá más dinero al grupo: cada grupo parlamentario tiene una subvención fija de 30.346,72 euros mensuales y una subvención variable de 1.746,16 euros mensuales.

El sueldo del diputado también variará, pues dejará de cobrar el plus que tenía como presidente de la Comisión de Interior, a la que renunció ayer, y recibirá su salario como diputado raso, fijado en 2023 en 3.142,14 euros más otra cuantía mensual de 2.018,41 euros por ser diputado de una circunscripción distinta a la de Madrid.

Ábalos defenderá su honor en el Grupo Mixto

La llegada del socialista José Luis Ábalos al Grupo Mixto la ha anunciado él mismo este martes reflejando su enfado con el partido liderado por Pedro Sánchez, que le ha presionado para dejar su escaño ante el estallido del caso Koldo, la presunta trama de corrupción por la compra de mascarillas que salpica a su asesor cuando estaba al frente del Ministerio de Transportes.

"Defender mi honor desde el grupo Mixto me permitirá seguir defendiendo mis ideas con libertad de criterio y ojalá también asistir al final de esta partida conminando a los que quienes ahora pretenden echarme a la calle por la puerta de atrás", ha advertido durante su comparecencia el exministro.

"Si renunciara se interpretaría como un signo de culpabilidad, solo provocaría mi estigmatización, no ya política, sino personal", ha aseverado, dolido porque nunca se hubiera "imaginado fuera de estas siglas, a las que he entregado mi vida desde muy joven".

Ya ha formalizado su llegada

Ábalos, que ya ha formalizado su paso a este nuevo grupo, tal y como refleja la web del Congreso, se sentará en el escaño de al lado del diputado del BNG y subirá a la tribuna cuando así lo acuerden los cinco partidos políticos que componen ahora este grupo.

La composición del Mixto es muy variada, con diputados regionalistas y nacionalistas de derecha e izquierda, y donde por primera vez se ubica un diputado que pertenecía al PSOE y además veterano en las lides de su partido.

De hecho, Ábalos ha sido diputado socialista durante siete legislaturas y acumula hasta más de 16 años como parlamentario en el Congreso.

A la tribuna de oradores seguirá subiendo para defender sus ideas, según ha puntualizado, con la amarga ausencia del compañerismo, un "beneficio" que le hubiese "gustado tener".

Sin embargo, encara su futuro político deseando "asistir al final de esta partida, obligando a que quienes ahora pretenden echarme a la calle por la puerta de atrás tengan que mirarme a la cara".

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