Expectación en Vilagarcía por el juicio que enfrenta a Laureano Oubiña y a los responsables de la serie ‘Fariña’

El Juzgado de Primera Instancia numero 3 de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) acoge este martes el juicio por la demanda interpuesta por el veterano contrabandista Laureano Oubiña contra Atresmedia, Netflix y Bambú por la emisión de Fariña, serie televisiva que, en opinión del demandante, lesionó gravemente su honor y el de su familia al incluir una escena en la que los actores que dan vida al capo gallego y a su entonces mujer, la fallecida Esther Lago, aparecen manteniendo sexo.

La polémica secuencia, interpretada por Carlos Blanco y Eva Fernández, aparece en el primer capítulo de la serie, justo cuando la Guardia Civil irrumpe en el caserón del capo para detenerlo en el marco de la Operación Nécora, gran redada antidroga que supuso el inicio del desmantelamiento, a principios de la década de los 90 del pasado siglo, de los grandes clanes del narcotráfico en Galicia. Oubiña asegura que no estaba manteniendo relaciones sexuales con su esposa cuando fue detenido y pide una indemnización de 1,5 millones de euros a las citadas empresas por haber incluido una escena que, además de ser falsa, considera de muy mal gusto y fuera de lugar al involucrar en la misma a una persona ya fallecida. Se refiere a Esther Lago, que murió en un accidente de tráfico en 2001.

La vista judicial de este martes tiene lugar después del fallido intento de conciliación que protagonizaron el demandante y los demandados. En esa ocasión, los representantes del contrabandista gallego afirmaron que la indemnización solicitada se dedicaría íntegramente a apoyar la labor que realiza una conocida asociación para rehabilitar a antiguos toxicómanos.

La serie Fariña, basada en un libro homónimo de Nacho Carretero, cosechó un excelente índice de audiencia durante su estreno en 2018, llegando a congregar a 3,4 millones de espectadores ante las pantallas y alcanzado un 21,5% de share. Su argumento narra cómo actuaban las principales bandas de capos gallegos en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, momento en el que muchos contrabandistas de tabaco se metieron de lleno en el negocio de las drogas debido a la enorme rentabilidad que les reportaba esta actividad.