Fernando Simón y su negro futuro si llega a presidir la Agencia Estatal de Salud Pública

Cuando Fernando Simón dejó de ser útil para Pedro Sánchez, desapareció. No solo sus intervenciones públicas han sido prácticamente nulas desde hace un año, también su participación en reuniones de la Ponencia de Alertas, como afirman fuentes internas. El gran regalo que le tenía preparado el Gobierno de Sánchez, la Agencia Estatal de Salud Pública, se ha pospuesto de tal manera que, teniendo en cuenta los plazos que maneja el Ministerio de Sanidad, no estaría lista hasta septiembre, poco antes de unas elecciones en las que el PP sale ganador en todas las encuestas (incluyendo el CIS de Tezanos). En conclusión, el futuro de Simón se antoja cada vez más negro.

Esta semana, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, acompañaba su anuncio de que las mascarillas dejaban de ser obligatorias en el transporte público con una novedad. El Consejo de Ministros había aprobado la tramitación por la vía de urgencia del anteproyecto de Ley para la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública. Después de meses sin noticias de este organismo, anunciado en su día en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la ministra ha pisado el acelerador para la puesta en marcha del proyecto.

No obstante, no sirve de mucho que al PSOE le entren ahora las prisas, al menos no a Fernando Simón, director del Ccaes, que era el que sonaba con más fuerza para dirigir la agencia. Una vez que el anteproyecto llegue al Congreso, lo normal es que las leyes se demoren unos cinco meses, aunque este plazo se puede reducir aplicando el criterio de urgencia.

Tras su aprobación por las dos cámaras, Congreso y Senado, se pondrá en marcha un plazo de un máximo de seis meses, como afirman fuentes del Ministerio de Sanidad, para crear sus estatutos. Será este reglamento, no la Ley, la que determine tanto su ubicación, como qué organismos dependerán de la Agencia y la forma de elección de su dirección.

Si nos atenemos a un plazo habitual, la Agencia no estaría lista hasta diciembre de 2023, en plenas elecciones generales. En el mejor de los casos, estaría lista en septiembre. Si para entonces este órgano estuviera creado y Fernando Simón lo presidiera -siempre ha sonado su nombre como el favorito del Gobierno de Sánchez-, no estaría mucho tiempo al frente. En el Partido Popular no guardan un grato recuerdo del epidemiólogo. Es más, el ex presidente popular, Pablo Casado, llegó a pedir oficialmente su dimisión y calificó su gestión de la pandemia como "muy mala".

Por otra parte, la actual dirección del PP ha expresado sus dudas sobre si el proyecto ideado por el PSOE será lo suficientemente sólido. "Ahora nos preocupa más la normativa, aspectos claves como son las relaciones con las comunidades autónomas, régimen jurídico, dotación de recursos, objetivos, indicadores, trabajo en red, nodos temáticos, etc., todo esto es lo importante, si no tiene un buen diseñó será un acto fallido más de este gobierno", apuntan fuentes del ámbito sanitario del PP.

La desaparición de Fernando Simón

Fernando Simón pasó de copar más minutos televisivos que 'La ruleta de la suerte' al ostracismo más monástico. La salida de Salvador Illa del Ministerio de Sanidad afectó a su estatus. Fuentes cercanas al epidemiólogo afirman que su sintonía con la ministra Carolina Darias nunca ha llegado a ser tan buena como con el exministro.

De hecho, Darias y su ex jefa de gabinete, Mercedes Pastor, tomaron la decisión de sentarlo en el banquillo tras la remodelación del Gobierno de Sánchez. Pusieron fin a las habituales ruedas de prensa de Simón, una decisión que el epidemiólogo aceptó de buen grado y que benefició al Ministerio a la larga, al reducir el ruido mediático.

El protagonismo de Simón también ha ido desapareciendo de la Ponencia de Alertas, en la que ha sido sustituido últimamente por su mano derecha, María José Sierra. El epidemiólogo ha sido un juguete roto más de Sánchez, que como Atila, avanza en el terreno político sin dejar cadáveres, condenando a sus otrora imprescindibles al mayor de los olvidos.