El Buscón

¿Dimite García Ortiz? Los mentideros dicen que en breve

¿El relevo? El trasiego de rumores apunta a un abogado vinculado al PSOE que no pertenece a la carrera fiscal


Que la situación del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, es insostenible no lo cuestiona ni su propio entorno. Fiscales que se tildan progresistas, de esos de lealtad probada, amistad de año y compañeros de correrías asociativas, ya se lo dicen en privado. “Pero Álvaro, así no puedes seguir”. Lo que deba al presidente del Gobierno y lo que oculte es la clave. Pero en Moncloa, más allá de los sobreactuados ejercicios de defensa pública de “su” fiscal general, empiezan a darlo por amortizado. Jurídica, procesal y personalmente, García Ortiz está abrasándose en un infierno del que él mismo es culpable desde el mismo día que dijo públicamente que “me responsabilizo de todo”. Incluso del cianuro.

Cuentan en mentideros, de Madrid a Barcelona y de Barcelona a Madrid, que García Ortiz, está a la espera del finiquito. Que la carrera fiscal está escandalizada. Que el uso de filtraciones prohibidas para intereses políticos de Pedro Sánchez contra Díaz Ayuso está más que probado. Y que se dirige de cabeza al banquillo de los acusados… sin siquiera haber declarado aún. Las declaraciones de los fiscales Almudena Lastra y Julián Salto han sido definitivas. Son una condena previa. Una sentencia preventiva. Y la inmensa mayoría de fiscales lo dan por hecho. Y nadie le pide perdón, que es lo que exigió Sánchez.

¿El relevo? El trasiego de rumores apunta ya directamente a un abogado vinculado al PSOE que no pertenece a la carrera fiscal. ¿Otra provocación? Sánchez lo tendría atado, y está agazapado a la espera.

Según esas versiones, no podrá ser Antonio Camacho, fiscal hoy reconvertido a abogado penalista, y ejerciente entre otros clientes como defensor de Begoña Gómez. Camacho no cuadra entre la rumorología precisamente porque quien dice saber de qué va la salida de García Ortiz… nos recuerda que es fiscal de carrera aunque no sea ejerciente. Fue secretario de Estado de Interior, y fue portavoz en su día de la Unión Progresista de Fiscales. Pero nada apunta hacia él aunque su nombre surja en los mentideros.

Quizás un conocido abogado, antiguo miembro del Consejo General del Poder Judicial, catedrático para más señas, y confidente años atrás de José Luis Rodríguez Zapatero durante el proceso negociador con ETA. El abanico de nombres empieza a crecer. Pero son apuestas a vuelapluma, quinielas ciegas. Lo que parece inminente, cuestión de semanas a lo sumo, es que García Ortiz no puede aguantar más. Señalado por sus compañeros, sumido en un desprestigio inédito, cansado personalmente… y con un proceso penal que apunta a una inhabilitación de libro. Sería, en su caso, otro miembro más del Valle de los Caídos que Sánchez acumula entre sus personas de confianza durante los últimos siete años. Fichas de quita y pon. Peones de un sanchismo que se desmorona.

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