Pensiones, funcionarios y deuda se comen el 50% de los Presupuestos; los jóvenes, el 3%

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2023 destina 190.685 millones de euros a las pensiones de un gasto consolidado total de 485.986 millones, es decir un 40%, porcentaje que se eleva al 43% si se le suman los 20.502 millones que se dedican al salario de los funcionarios, y al 50% si se tiene en cuenta el gasto que se dirige a los intereses de la deuda, 31.275 millones. Todo ello engrosa el 53% si se añade el polémico incremento del gasto en Defensa. Sin embargo, las llamadas políticas de juventud se llevan 12.741 millones, apenas el 3%.

Son las grandes cifras de un texto que aprobó el Consejo de Ministros este martes y que ha entrado este jueves en el Congreso de la mano de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y del que el Gobierno ha resaltado un gasto social histórico, que crece un 11% y se sitúa en 266.719 millones, sin contar los fondos europeos, y supone el 58,5% del gasto consolidado nacional, que se perfila en cerca de 456.978 millones, un 7,6% más que en 2021.

Las pensiones suponen 190.687 millones, un 11,4% más. Aquí se incluye la revalorización con el IPC, que el Gobierno estima en un 8,5%, a la espera del dato de noviembre, lo que supondría ya 15.300 millones, a lo que se añade el efecto sustitución de las pagas que salen del sistema y las que llegan, con aumento de pensiones y prestaciones, que elevará a más de 17.000 millones la cifra. A lo que se podría añadir una subida de las pensiones no contributivas mayor, que todavía no se contempla. Cabe recordar que este año se acordó un alza del 15% entre julio y diciembre de 2022.

En lo que respecta al sueldo de los funcionarios, el Gobierno ha pactado con UGT y CCOO una subida del 2,5% que podría alcanzar el 3,5% según cómo evolucionen el PIB y el IPC. Este alza, junto con el aumento de la plantilla, supondrá 20.502 millones, un 6,6% más, y envía un mensaje de subidas según estas magnitudes a comunidades autónomas y ayuntamientos.

El gasto en Defensa sube un 25,8%, de 9.791 millones a 12.317 millones, para cumplir con el compromiso con la OTAN, un aumento que en principio sería del 8,4%, con fondos europeos, al que se le añaden casi 2.000 millones en concepto de programas de modernización de las fuerzas armadas que concede el Ministerio de Industria a las empresas de Defensa. Estos créditos llevan a alegar, como ya dijo la propia Yolanda Díaz este verano, aunque ahora Podemos se rasgue las vestiduras, que la subida queda fuera porque no computa en el límite de gasto no financiero.

En concreto, el techo de gasto o límite de gasto no financiero se sitúa de nuevo en una cota histórica de 198.221 millones con fondos europeos, un 1,1% más, y se destinan 31.330 millones a los intereses de la deuda, un 3,7% más, en un escenario de subida de tipos.

La inversión pública crece un 33,1%, de los 8.900 millones a 11.867, un incremento, como el del gasto social, histórico. El cuadro macro revisado a la baja este martes prevé un fuerte aumento de la inversión en maquinaria y bienes de equipo, del 9,5%, y de la inversión en construcción del 8,4%, más del doble de la prevista en 2022 (3,8%). Estas estimaciones contrastan con la de que el consumo de los hogares crecerá un débil 1,3% el año que viene, mientras que el público lo hará a un ritmo más débil aún, 0,4%. Se desploman también las exportaciones, que han tirado del PIB este año (del 17,9% al 7,3%).

Y se estanca el mercado laboral. El empleo crecerá un 0,6% (cuatro veces menos que este año) y la tasa de paro retrocederá sólo dos décimas (del 12,8% al 12,2%). Con todo, la partida de desempleo baja un 5,3% a 21.278 millones.

Al día siguiente de que el Gobierno aprobara las Cuentas y revisara su cuadro macro a la baja en su previsión para 2023 al 2,1%, seis décimas menos que a finales de julio, este miércoles el Banco de España ha realizado una fuerte revisión a la baja de sus previsiones económicas para el próximo año. El supervisor bancario espera ahora que la economía crezca un 1,4% en 2023, lejos del 2,8% que pronosticó en junio y del 2,1% del Gobierno y deja en papel mojado las previsiones que sustentan los Presupuestos.

Ingresos récord

El Gobierno mantiene sus previsiones del Programa de Estabilidad de acabar 2023 con la deuda en el 112,4% y el déficit en el 3,9%, por encima de los objetivos del 60% y del 3% que recomiendan las reglas fiscales de la UE. Este año proyecta cumplir con un límite del déficit del 5% gracias a abultado colchón que le proporciona una recaudación histórica por la inflación.

En concreto, prevé ingresar al menos 30.000 millones más en todo el ejercicio, hasta 35.000 millones más. Sin embargo, no plantea ninguna medida de alivio fiscal para lo que queda del año. El pasado jueves Hacienda anunció, tras la ofensiva de bajada de impuestos que ha emprendido el PP, a la que se están sumando comunidades socialistas, una rebaja del IRPF para rentas bajas por 1.881 millones, que afectará a más de 4 millones de contribuyentes ya en las retenciones de 2023, y una reducción de retenciones para autónomos por 184 millones.

Es decir, un alivio fiscal de 2.065 millones el año que viene, mientras se niega a deflactar el IRPF, y prevé ingresar 19.000 millones más en 2023, 8.000 millones más en el IRPF. Los Presupuestos de 2023 contemplan un incremento de los ingresos no financieros del 6% respecto a la previsión de cierre de 2022, y un total de ingresos tributarios, antes de la cesión a entes territoriales, de 262.781 millones, 18.710 más, un 7,7% por encima del avance de la liquidación. En un escenario en el que la previsión de inflación para el año que viene se acerca al 4,1%, la estimación del deflactor del consumo privado del Gobierno. La inflación se situará en 2023 en un 5,6% para Banco de España.