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Tambores de guerra en la patronal de la estiba por la crisis de los puertos

Los puertos, en el punto de mira por la liberalización de la estiba

Más problemas para los operadores portuarios. Al retraso en la aprobación del Real Decreto Ley con el que el Gobierno pretende liberalizar el sistema de la estiba, que ha dado una posición ventajosa a los sindicatos, se suma el hecho de que la patronal de las empresas estibadoras, Anesco, acudirá a las reuniones para tratar de alcanzar un acuerdo en posición de debilidad. La situación vivida en las últimas semanas ha provocado un terremoto en la entidad que agrupa a 41 empresas que operan en los puertos españoles, hasta el punto de que algunos de sus miembros ya han pedido la cabeza de su presidente, Joaquim Coello.

La tensión ha ido en aumento a lo largo de las últimas semanas, en las que los miembros de Anesco, especialmente los pequeños y medianos operadores portuarios, han visto cómo la presión de los sindicatos de la estiba daba sus frutos sin que la unión que proporciona la patronal hiciera, como reza el dicho, la fuerza.

De hecho, poco antes de que el Gobierno anunciara la inmediata aprobación del Real Decreto Ley para reformar el sistema de la estiba y cumplir así de una vez con la sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Anesco tenía convocada una reunión para claudicar ante los estibadores y aceptar sus exigencias en el convenio, especialmente la subrogación de trabajadores.

Sin embargo, la rápida intervención del Ejecutivo frustró la reunión. Pocos días antes, el Ministerio de Fomento convocó a Anesco para comunicarle que ya tenía en su poder todos los documentos relativos a consultas efectuadas a la Comisión Europea para proceder a elaborar y aprobar con urgencia el Real Decreto Ley. Por entonces, las empresas pidieron al Gobierno máxima rapidez porque la presión de los estibadores (por entonces empezaban a registrarse notables bajadas de rendimientos en algunos puertos) estaba siendo insoportable.

Posible escisión

Pero la norma ha seguido sin aprobarse y el desánimo ha cundido, especialmente entre los más pequeños de la asociación, que son mayoritarios en número pero que no cuentan con tanto peso como los grandes. Los mensajes que en los últimos días se han trasladado eran de pesimismo en torno al efecto del Real Decreto Ley que, en principio, el Gobierno iba a aprobar este viernes. La gota que colmó el vaso fue la sorprendente prórroga anunciada este miércoles.

Una buena parte de los miembros de la patronal se consideran engañados y abandonados por el Ejecutivo, pero también ha puesto en cuestión la labor de 'lobby' ejercida por la directiva. La división entre pequeños y medianos operadores por un lado y grandes por otro se ha hecho muy patente en las últimas semanas. Hasta tal punto que, incluso, no se descarta que la crisis que ha provocado en Anesco la difícil situación en torno a la reforma de la estiba pueda provocar una escisión en la patronal.

Los pequeños y medianos consideran que ellos son los auténticos perjudicados por el actual escenario, toda vez que los grandes grupos cuentan con muchas más opciones de hacer economías de escala y minimizar los efectos de las pérdidas que la crisis portuaria española pueda provocar.

De esta forma, la figura de Coello, que representa a Noatum (la antigua Dragados SPL, uno de los grandes grupos), como presidente de Anesco está en la picota. La reforma de la estiba podría acarrear más de un cambio en el sector.

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