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La excusa de Díaz Ferrán tras hundir Marsans: "Quería salvar miles de puestos de trabajo"

Ningún reconocimiento de culpa. Gerardo Díaz Ferrán, encarcelado desde la semana pasada por alzamiento de bienes y blanqueo de dinero en la quiebra del Grupo Marsans, aseguró en una carta remitida a un juzgado  que la polémica gestión que hizo  del conglomerado empresarial que presidía antes de su definitiva caída buscaba "salvar los miles de puestos de trabajo que dependían de sus empresas". Así se recoge en la respuesta que el propio ex dirigente de la CEOE envió a los administradores concursales que gestionaban su finanzas personales por orden del Juzgado de los Mercantil número 5 de Madrid. El informe, que recoge los párrafos más llamativos de dicha respuestas, ha sido incorporado por el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, al sumario que instruye en la Audiencia Nacional y que ha llevado a la cárcel a Díaz Ferrán.

El ex presidente de la CEOE aseguraba en el escrito que actuó con “la responsabilidad ineludible para cualquier empresario”

En concreto, los administradores solicitaron al empresario que explicara las causas que le habían llevado a la insolvencia. El 23 de diciembre de 2010, la representación legal del ex presidente de la CEOE remitió un escrito a éstos en el que detallaba las causas, en su opinión, de su quiebra. "Podemos resumir como hitos desencadenantes de esta situación, originada a grandes rasgos por la crisis mundial, la escasez de crédito general que sufría España y las mayores garantías que pedían las entidades financieras", recoge textualmente el documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli. Por ello, Díaz Ferrán asegura que él y su socio, el ya fallecido Gonzalo Pascual, tuvieron que "empezar a avalar personalmente los créditos para sus sociedades" a la vez que se veía abocado a pedir "hipotecas sobre sus bienes personales para la obtención de créditos de las empresas del grupo e, incluso, para garantizar los servicios de despachos como Uría", uno de los bufetes más prestigiosos y caros de Madrid.

El ex presidente de la CEOE insistía que hizo todo ello por "la responsabilidad ineludible para cualquier empresario" y con la única "esperanza de salvar los miles de puestos de trabajo que dependían de sus empresas y de seguir creando valor en un escenario de crisis mundial, y con especial incidencia en nuestro país".  Díaz Ferrán recalcaba que cuando cayó el Grupo Marsans, “la situación se torno irreversible, sin más margen de maniobra” y que para entonces ya tenía comprometido su “patrimonio directo o indirecto, de una manera u otra con entidades de crédito y otros acreedores”. El empresario puso como ejemplo de ello un préstamo sindicato solicitado en febrero de 2010.

“Sin margen de maniobra”

El empresario ahora encarcelado añadía que “llegados a este punto y sin margen de maniobra” decidió vender la mayor parte de su conglomerado empresarial entre junio y julio de 2010 ya que éste se encontraba “muy debilitado, sin generación de los recursos suficientes y con la necesidad de presentar y gestionar numerosos procedimientos concursales, que en su gran mayoría finalizarán en una liquidación”. En el escrito, la representación de Díaz Ferrán insistió que entonces el ex presidente de la CEOE “tuvo que empezar a avalar personalmente a fin de conseguir la financiación bancaria necesaria para poder atender los pagos urgentes que las deudas que pesaban sobre dichas sociedades”.  

Incluso, aseguró que había intentado “de todas las formas posibles mantener su conglomerado empresarial para lo que ha puesto a disposición de las empresas todo su patrimonio personal, hasta carecer de valor neto positivo debido a las abundantes cargas hipotecarias y embargos que pesan sobre él”. Al final de la carta, el ex presidente de la CEOE aseguraba que “visto con la perspectiva que nos da el tiempo” debería haber “cerrado empresas o grupos deficitarios anteriormente” como le recomendaban “su grupo de directivos”,  y que así hubiera podido salvar parte de su entramado. Sin embargo, Díaz Ferrán insiste que todo lo hizo “por intentar mantener todo el grupo y, por tanto, todos los puestos de trabajo”.

Vinculación “absoluta”

El documento de los administradores concursales también hace referencia a otro escrito del empresario presentado como “historia jurídica” del mismo. En este, se destacaba que el ex presidente de la CEOE compaginó “desde la pubertad sus estudios con el trabajo en la empresa familiar” y recalca que su vinculación con Marsans “ha sido absoluta”. “Hasta tal punto creyó en la viabilidad del negocio que se implicó en el mismo de forma absoluta, llegando a afianzar con todo su patrimonio personal las operaciones que iba realizado con sus sociedades con entidades de crédito y entidades financieras.”, se aseguraba antes de que recordad que en su trayectoria empresarial ha estado “implicado en numerosas apuestas empresariales, en algunas ocasiones él sólo, y en otras junto a otros empresarios”. Díaz Ferrán incluso presumió en el escrito “por su proximidad temporal y trascendencia pública” de haber ocupado la Presidencia de la CEOE.

Díaz Ferrán presumía en el escrito de que trabajaba “desde la pubertad” y que había presidido la CEOE

Sin embargo, todos estos argumentos no convencieron entonces a los administradores concursales que, sin bien admiten que las causas macroeconómicas expuestas por el ex presidente “pueden ser ciertas”, destacan que se guardaban “sus reservas en cuanto a la posible existencia de otras”. En este sentido, los tres peritos destacaron que no habían “dispuesto de suficientes elementos” entre otros motivos por la negativa del propio Díaz Ferrán a facilitar la documentación que le reclamaban para su informe “y todo ello a pesar de haber mediado una serie ininterrumpida de requerimientos”.

Tampoco el juez Eloy Velasco dio la semana pasada demasiada credibilidad a los argumentos que esgrimió en su defensa. En el auto en el que ordenó su ingreso en prisión eludible con una fianza de 30 millones de euros, el magistrado destacaba que Díaz Ferrán y su socio “acordaron con [Ángel] de Cabo Sanz una estrategia para alzarse con sus bienes y eludir las responsabilidades de una serie de procesos en las que su grupo empresarial se encontraba inmerso”. El escrito judicial resalta que la insolvencia del ex presidente de la CEOE es ficticia y que, de hecho, éste recibió varios pagos mensuales de 100.000 euros que debería alcanzar finalmente la suma de 8 millones de euros. 

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