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Economía

El pacto con Birmingham abre la puerta a Ferrovial para vender el área de servicios con su joya británica

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial (dcha.), e Íñigo Meirás, consejero delegado

Las paredes del Ayuntamiento de Birmingham han sido en las últimas horas testigos silenciosos de reuniones clave para el futuro del grupo constructor y de infraestructuras español con mayor capitalización bursátil. La Administración británica ha aceptado finalmente las condiciones para resolver el contrato que concedió en su día a Amey, filial británica de Ferrovial, para el mantenimiento de las carreteras de la ciudad, lo que no sólo pone fin a nueve años de pesadilla para la compañía controlada por la familia Del Pino sino que, además, abre la puerta a que pueda retomar su plan original de venta de la división de servicios, una de las más importantes de los últimos años.

El contrato de Birmingham impactó de tal manera en el balance de Ferrovial que tiñó de rojo sus resultados de 2018 debido a las provisiones que la compañía se vio obligada a realizar como consecuencia del deterioro sufrido por Amey a consecuencia de la concesión. Las disputas con las autoridades del municipio británico, que se reproducían prácticamente desde el inicio de la relación, en 2010, habían dejado a Amey en una delicada situación, toda vez que los ingresos por la realización de los trabajos de mantenimiento en las carreteras de la ciudad no llegaban a sus arcas, bloqueados en reclamaciones judiciales y penalizaciones por la supuesta baja calidad de los servicios prestados.

La sombra de Carrillion e Interserve, destacadas compañías británicas del sector de la construcción que entraron en quiebra en los últimos años, llegó a pender sobre Amey como consecuencia del conflicto de Birmingham. Una situación que recordaba a la que tenía cuando, a comienzos del presente siglo, fue adquirida por Ferrovial, bajo la condición de que lograra uno de los suculentos contratos para la remodelación del Metro de Londres a los que aspiraba (y que terminó consiguiendo).

Pilar fundamental para que Reino Unido sea el principal mercado de Ferrovial, junto con la participación en el aeropuerto de Heathrow, Amey es el principal atractivo de la división de servicios que el grupo que preside Rafael del Pino ha puesto a la venta. Sin embargo, en las condiciones en las que se encontraba por la situación en Birmingham se había convertido en todo lo contrario: un elemento repelente del interés de los inversores.

Protección contra la insolvencia

A finales de febrero, al hilo de la publicación de sus resultados anuales, Ferrovial anunció una provisión de 774 millones de euros como resultante de la depreciación del activo llamado Amey, que tuvo que terminar por excluir del citado proceso de venta. Sin embargo, la situación se ha revertido de forma notable.

Tras el acuerdo tácito entre las partes, aprobado por el Ayuntamiento de Birmingham después de diversas reuniones celebradas entre el martes y el miércoles, en las próximas horas se hará oficial la resolución de un contrato que le costará a Ferrovial cerca de 350 millones de euros pero que contribuye a desbloquear una operación valorada en casi 10 veces más.

El acuerdo incluirá aspectos que diluyen en gran medida los temores de los interesados en hacerse con el negocio de servicios de Ferrovial. Aunque el pacto que se rubricará en breve contempla un notable pago inmediato y en metálico por parte de Amey (en torno a los 225 millones de euros), el cumplimiento del resto de las contrapartidas se desarrollará en un periodo de cinco años, en el que la filial británica de Ferrovial estará  protegida contra la insolvencia por las entidades financieras que participaban en el contrato.

Opciones abiertas

En las últimas semanas, cuando comenzaba a vislumbrarse la posibilidad de acuerdo para poner fin a su calvario particular en Birmingham, Ferrovial no tenía tomada aún una decisión al respecto de qué hacer con Amey. En cualquier caso, siempre podría proceder a una venta individual, al margen del resto del área de servicios.

El hecho de que la resolución del contrato se haya producido de forma temprana incrementa la posibilidad de que Ferrovial decida demorar un poco más la operación para terminar de volver a integrar a Amey en el proceso. A esto ha contribuido el hecho de que el Ayuntamiento de Birmingham también tenía la espada de Damocles del tiempo sobre la cabeza, ya que la ciudad albergará los Juegos de la Commonwealth en 2022 y necesita con urgencia un nuevo contratista para tener las carreteras en perfecto estado para el evento.

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