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Bienestar

Corazón a salvo: mitos que hay que derribar sobre las enfermedades cardíacas

La prevención es fundamental y no debemos descuidar nuestro corazón ni hacer caso a falsas creencias que pueden perjudicar nuestra salud

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Corazón a salvo: mitos que hay que derribar sobre las enfermedades cardíacas. Pixabay

El corazón es el músculo más importante de nuestro organismo. Esto lo sabemos pero no siempre lo cuidamos como deberíamos y nos olvidamos de que es fundamental para vivir más y mejor. El riesgo cardiovascular y la probabilidad de sufrir una enfermedad cardíaca está ahí y tenemos que prevenir y llevar a cabo controles rutinarios en los que poder detectar posibles problemas de salud antes de que vayan a más.

Por eso, debemos tirar abajo algunos mitos o creencias populares que nada tienen que ver con la medicina y que pueden provocar enfermedades que si se cogen a tiempo, no serán tan dañinas. 

A pesar de que se ha avanzado mucho, nuestro conocimiento sobre las causas y mecanismos por los cuales se produce la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en el mundo por delante del cáncer y las enfermedades respiratorias. Si bien la mayoría de los eventos cardiovasculares podrían prevenirse, sólo una parte muy pequeña de la población consigue llegar a los 50 años sin presentar ningún factor de riesgo cardiovascular. 

Según explican desde Melio.es, existen algunos factores de riesgo no modificables como son la edad, el sexo, o los antecedentes familiares que van de la mano de la predisposición genética, pero también nosotros podemos poner de nuestra parte llevando un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y practicando ejercicio de manera habitual evitando el sedentarismo, el sobrepeso, el tabaco y el alcohol.

Cuida tu corazón

A continuación derribamos algunos mitos que pueden hacer que tu corazón esté más sano y fuerte por más tiempo.

1- Los jóvenes no tienen problemas cardiovasculares. Falso. Cada vez es más habitual que las personas jóvenes tengan enfermedades como dislipemia o diabetes, que están directamente relacionadas con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en el futuro. Se recomienda que se comiencen a realizar analíticas incluyendo perfil lipídico y glucémico desde los 20 años y cada cinco años, incluso antes si existen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.

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A partir de los 20 años conviene hacerse revisiones y analíticas para prevenir enfermedades del corazón.Pixabay

2- Con el colesterol bien, no hay que preocuparse. Falso. El colesterol es un lípido que necesita unirse a proteínas transportadoras conocidas como lipoproteínas para circular por la sangre; entre estas proteínas se encuentran el HDL y el LDL. Estudiar el colesterol total junto con las proporciones de HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo) ha sido tradicionalmente la forma de diagnosticar y clasificar la dislipemia, que consiste en concentraciones excesivas de grasa en sangre o en proporciones que no son las adecuadas. Hacerse un estudio completo cada cierto tiempo es fundamental. 

3- No tengo diabetes si mis niveles de glucosa en sangre son normales. Falso. La diabetes se puede diagnosticar tan sólo con la determinación de la glucosa si este marcador está muy elevado (más de 200 mg/dl en ayunas) y si se presenta síntomas típicos como poliuria (orina excesiva), polifagia (hambre excesiva), polidipsia (sed excesiva) y pérdida de peso. Sin embargo, esta situación es infrecuente y lo más habitual es que las personas diabéticas no sepan que lo son. Por esto también hay que analizar en etapas tempranas este problema y diagnosticarlo cuanto antes con un test de resistencia a la insulina. 

4- Las mujeres se ven menos afectadas por las enfermedades cardiovasculares. Falso. A pesar de que en las primeras etapas de la vida el riesgo cardiovascular es mayor en los hombres que en las mujeres, se va igualando en edades más avanzadas y, según el Instituto Nacional de Estadística, en España mueren más mujeres que hombres por esta causa. La menopausia es uno de los motivos principales para que ocurra esto ya que con los cambios hormonales se produce mayor obesidad central, resistencia insulínica y tendencia a alteraciones del perfil lipídico que predisponen a la formación de placas de ateroma (masa de grasa).

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Hipertensión y diabetes, dos problemas que pueden provocar enfermedades cardíacas.Pixabay

5- Si tuviese hipertensión me daría cuenta. Falso. La hipertensión arterial afecta a uno de cada cuatro hombres y a una de cada cinco mujeres en todo el mundo, según la OMS, y lo más habitual es que no produzca síntomas. Si aparece algún síntoma, lo más frecuente son el dolor de cabeza, cansancio, náuseas o vómitos.

La presión arterial alta produce daño en los órganos que tienen mucha relación con los vasos sanguíneos y que son los más vitales, como el cerebro, ojos, corazón y riñones, además de promover y perpetuar la lesión del endotelio (capa más interna de los vasos sanguíneos) causante de la aterosclerosis. La forma de saber si tienes hipertensión es tan sencilla como tomarte la tensión arterial de vez en cuando.

6- La diabetes no es un peligro para mi corazón si me estoy tomando la medicación. Falso. El tratamiento de la diabetes con unos niveles de azúcar controlados puede disminuir el riesgo de sufrir enfermedades vasculares y/o retrasar su desarrollo, pero el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cerebrovasculares sigue siendo mayor que el de la población general.

Esto se debe a que suelen existir de manera simultánea otros factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad, vida sedentaria o consumo de tabaco. Controlar de forma adecuada estos factores de riesgo adicionales ha demostrado una mayor reducción de eventos cardiovasculares adversos, incluso más que un buen control metabólico de los niveles de glucosa en sangre.

7- La hipertensión es una enfermedad leve de la vejez. Falso. Aunque la hipertensión arterial es más frecuente en personas de mayor edad, no es ni una afección exclusiva de personas de avanzada edad ni es un problema leve: es uno de los principales factores de riesgo que contribuye al desarrollo de aterosclerosis y es considerada por la OMS como una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Se estima que en el mundo hay más de 1.200 millones de personas de entre 30 y 79 años con hipertensión.

8- Una dieta sin grasa previene las enfermedades cardíacas. Verdadero y falso. No todas las grasas son malas. Existen grasas como las saturadas y las grasas trans, que normalmente proceden de los productos industriales o ultraprocesados, que favorecen que se alteren los niveles de colesterol y de otros lípidos en el organismo, y por tanto el desarrollo de enfermedades cardiovasculares; mientras que hay otras como las grasas insaturadas y los ácidos grasos omega 3 que son protectoras. El patrón de dieta mediterránea, que incluye el consumo de grasas, ha demostrado que disminuye hasta un 29-69% el riesgo infarto de miocardio y 13-53% el de ictus. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, aunque la dieta es un factor muy importante, el principal condicionante de los niveles de colesterol es la producción endógena, es decir el colesterol que generamos en nuestro organismo. Existe una predisposición intrínseca a una tendencia de niveles de colesterol, por lo que hay personas con una dieta saludable que tienen niveles algo elevados de colesterol, o en algunas enfermedades que afectan el metabolismo de los lípidos, incluso muy elevados.

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