Potomanía, la adicción al agua existe: síntomas y consecuencias

La adicción al agua es un trastorno alimentario no especificado. Pese a los beneficios que tiene tomar este líquido, hay personas que padecen esta enfermedad que se conoce como potomanía y que puede tener contraindicaciones de seriedad. Cuando una persona consume más de seis litros de agua al día, debe consultar de inmediato a un médico puesto que puede tener consecuencias para la salud.

También llamada polidipsia psicogénica, quienes la sufren pueden llegar a ingerir entre ocho y 15 litros de agua al día y les resulta placentero, por lo que, según los expertos de Sanitas, puede considerarse una adicción.

Beber agua es muy importante para el organismo, ya que se distribuye por él de manera intra y extracelular. La cantidad que idónea para cada cuerpo está condicionada por la necesidad de que los líquidos corporales tengan el volumen y concentración para asegurar las funciones biológicas y así se desarrollen de manera óptima las funciones vitales. 

Para funcionar adecuadamente, todas las células y órganos del cuerpo la necesitan, ya que facilita el equilibrio de los fluidos corporales, de las sales disueltas en la sangre, y ayuda además a transportar nutrientes, regular la temperatura del cuerpo, lubricar las articulaciones, crear saliva y digerir la comida. El agua se absorbe en el organismo por el aparato digestivo y los riñones se encargan de eliminar el exceso como parte de la orina. 

Las personas con un estado de salud normal deberían beber entre un litro y medio y dos litros de agua cada día, según los informes de la Organización Mundial de la Salud. Beber agua en exceso podría provocar una hiperhidratación o sobrehidratación, que puede causar graves problemas de salud.

¿Por qué se da la adicción al agua?

La potomanía suele tener en un desequilibrio psiquiátrico su origen y se la relaciona estrechamente con desórdenes alimentarios como la anorexia o la vigorexia, ya que algunas personas consumen grandes cantidades para saciarse o aumentar el peso que están buscando de manera obsesiva.

“En algunos casos se pueden encontrar las causas de la potomanía en una alteración en el mecanismo de funcionamiento del hipotálamo. Esta es la región cerebral que, entre otras funciones, es responsable de que se mantenga la cantidad de agua necesaria para el organismo y de advertir de la falta de líquido emitiendo la señal de la sed”, explican los expertos. 

Una alteración en el mecanismo de funcionamiento del hipotálamo podría provocar episodios de potomanía neurológica. Además de estos problemas de carácter psicológico, también se puede generar la potomanía como consecuencia de enfermedades renales, patologías hormonales o desórdenes orgánicos, así como por la toma de algunos medicamentos que provocan un exceso de sed, como puede ser el caso de algunos diuréticos o antiinflamatorios. 

Cuáles son sus síntomas

Entre los síntomas que pueden hacernos sospechar de que padecemos esta adicción al agua uno de los más notables es que se puede llegar a sentir una gran ansiedad al no poder acceder de forma sencilla al líquido que se quiere beber en un determinado momento y que en ocasiones puede hacer que no se pueda seguir con las rutinas habituales por esto. 

Si una persona consume más de seis litros de agua al día (beber más de tres litros ya deja de ser beneficioso para el organismo), debería consultar a un médico para que le indique si puede estar ante un problema más importante.

Pueden aparecer también problemas para dormir, dolores de cabeza e incluso ataques de pánico. No resulta fácil identificar a estos pacientes, pero también suelen orinar con gran frecuencia.

Consecuencias de la potomanía

Cuando se altera el equilibrio entre los fluidos y los electrolitos nuestro cuerpo está hiperhidratado y esto puede provocar problemas físicos como:

• Calambres musculares. 
• Sensación de fatiga y cansancio.
• Náuseas y dolor de cabeza.
• Reducción de la concentración y pérdida de agilidad mental debido a la baja concentración de sodio en sangre.  
• Alteración de la función renal.
• Somnolencia.

Tratamiento

Como hemos indicado, cuando veamos que necesitamos beber más agua de la que deberíamos, lo primero que tenemos que hacer es acudir al médico. Lo ideal es que sean varios médicos los que tomen partido en el tratamiento, entre otros, un endocrino y un psicólogo. Es fundamental conocer cuál es la causa del problema para iniciar una terapia específica que atenúe los síntomas. 

El tratamiento más frecuente que se aplica a estos pacientes consiste en restringir el consumo de este líquido a un máximo de un litro y medio al día e introducir una dieta apropiada que no haga aumentar la sensación de sed. Esto se acompaña de un tratamiento psicológico adecuado para poder reducir la ansiedad y aumentar el autocontrol. 

Beneficios del agua (en su justa medida)

Una ingesta moderada de agua es muy beneficiosa para la salud. Tres cuartas partes del cerebro y el corazón se componen de agua, más del 80% de los pulmones y más del 92% de la sangre es agua. Entre los beneficios que aporta tomar entre litro y medio y dos litros al día se encuentran:

Alivio del cansancio. Cuando hay poca agua en el cuerpo, el corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre oxigenada a todas las células y los otros órganos. Si no estamos bien hidratados, se reduce el rendimiento muscular y nos hace tener esa sensación de agotamiento.  Beber agua reduce los calambres musculares.

Evita el dolor de cabeza. Una de las razones por las que puede darse una migraña también es la deshidratación. 

Ayuda en la digestión. Los alimentos se descomponen con más facilidad y facilita un buen funcionamiento del aparato digestivo, reduciendo el estreñimiento. 

Piel más joven. El agua también ayuda a tener una piel más sana y alejada de problemas como el acné o los síntomas del envejecimiento. Beber agua hará que tengas una piel más jugosa. 

Mejora el sistema inmunológico. Permite al organismo luchar contra enfermedades como los virus o gripes. 

Un aliento más fresco. El mal aliento es señal de que necesitamos más agua. La saliva libera bacterias y mantiene la lengua hidratada y además contribuye a reducir problemas dentales ya que es un protector natural.