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Cultura

'Alone in the Dark', un acertado reinicio del primer clásico de terror en el mundo de los videojuegos

Jugamos en su versión de PS5 al remake del icónico 'survival horror' de los años noventa. Un regreso a los orígenes plagado de guiños, detalles e ideas que nos harán disfrutar. Pero, ¿está a la altura de las expectativas?

Imagen promocional de 'Alone in the Dark' THQ Nordic

El tiempo tiende a enterrar nuestros recuerdos en lo más profundo, como las tormentas que mecen la arena del desierto. A la saga Alone in the Dark le pasó exactamente lo mismo. Innovador y adelantado a su época, el primer título de la franquicia desarrollado por Infogrames creó un género desde cero. Hablamos, efectivamente, del survival horror.

Sobre su base, la de la indefensión más absoluta, se cimentó una idea de la que, años más tarde, beberían estirpes legendarias de las tres dimensiones como Resident Evil o Silent Hill. Todas ellas tocaron la cima para caer sin freno en el olvido, y solo una de las tres, la aventura zombie de Capcom, ha encontrado su hueco de nuevo en la era actual. ¿Lo habrá conseguido Alone in the Dark?

Cinco títulos vieron la luz desde su estreno en 1992, cerrando con Alone in the Dark: Inferno en 2008, el cual pasó por nuestras vidas con más pena que gloria. Ahora, en plena ola de nostalgia, Pieces Interactive ha desarrollado esta reinvención del clásico original de los noventa, el cual busca recuperar su parcela de gloria en un género que nació gracias a ellos.

Distribuido por THQ Nordic, a quien agradecemos la clave de PS5 que han proporcionado a Vozpópuli para probarlo, este Alone in the Dark llega a PlayStation, Xbox y PC en plena vorágine de un marzo colosal para la comunidad gamer que tendrá, aparte de este clásico renovado, nombres propios de la talla de Dragon's Dogma 2 o Rise of the Ronin.

¿Merece la pena Alone in the Dark?

La respuesta rápida es sí, merece la pena. El esfuerzo de THQ Nordic por revivir la franquicia otrora de Atari responde, seguramente, al éxito y la calidad que han tenido en la industria los remakes recientes de Resident Evil 2, 3 y 4.

Pese a ser un reinicio del clásico original de 1992, ha habido cambios significativos en la trama y la jugabilidad que merece reseñar. Amén de un apartado gráfico que luce bien pero que no consigue enamorarnos. Mantiene el componente survival horror, esa sensación de cuidar cada bala y todos los recursos a nuestro alcance, pues no sabemos cuándo podremos reabastecernos de nuevo. Sin embargo, miedo, lo que se dice miedo, se pasa poquito.

Empecemos por el inicio. Los actores David Harbour y Jodie Comer han sido los elegidos para dar vida, respectivamente, a Edward Carnby y Emily Hartwood en esta vuelta a la mansión Derceto. Si el punto de partida de Alone in the Dark era la contratación de Carnby por parte de Hartwood para investigar la mansión de su tío, aquí Derceto es una institución para pacientes con problemas psicológicos. Y hasta aquí los spoilers.

El juego está pensado para completar la trama con ambos personajes, con lo cual necesitaremos dos vueltas para darlo por finiquitado. En 15 horas puedes completarlo perfectamente. Aunque, la verdad sea dicha, el recorrido por Derceto varía bastante poco. A diferencia, por ejemplo, de Resident Evil 2 remake, donde los caminos de Leon y Claire eran muy diferentes, aquí apenas se diferencian.

Eso sí, la labor de Harbour y Comer es fantástica, consigues conectar con ellos desde el primer instante. Dentro del apartado jugable, los puzles y el combate están bastante diferenciados. Los primeros tratan de imitar a los originales, y te provocarán varios quebraderos de cabeza si no eres de esos jugadores que revisan absolutamente todas las estancias que te rodean. El hecho de separar ambas secciones resta terror a la aventura, pero el paseo por Derceto es tan absolutamente placentero y emotivo que eso queda a un lado.

Respecto a la lucha con armas de fuego, tendremos cuatro herramientas, así como armas cuerpo a cuerpo improvisadas. El que escribe estas líneas ha completado el videojuego en la máxima dificultad, y ahí los recursos son bastante preciados, por lo que el survival horror está bastante presente.

Volviendo a su apartado técnico, Alone in the Dark luce con suficiencia en lo visual. No es un triple A como otros títulos del género, pero cumple de sobra. En la versión que hemos jugado de PS5 no hemos tenido problemas, más allá de algún tirón en ciertas texturas. Al trabajo de David Harbour y Jodie Comer se suma una localización (que no doblaje) al castellano perfecta, que siempre es de agradecer por más que nos pueda resultar obvio.

Observándolo en perspectiva, este Alone in the Dark llega a nuestras vidas con una base sólida, siendo un juego que cumple con lo que promete, pero que podría haber dado mucho más. Queda ver qué tal funciona en ventas, lo que podría dar pie a hacer nuevos remakes de la saga, como ha pasado con Resident Evil y pasará con Dead Space. Lo podemos recomendar sin ningún problema a todos los amantes de la saga que quieran volver a sus tiempos de niñez. Derceto is back.

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