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Cultura

'Suicide Squad: Kill the Justice League', un fallido cóctel de ideas que no honra el legado de la saga Arkham

El videojuego sobre el caótico escuadrón de DC Comics ensamblado por Rocksteady aterriza con bastantes más sombras que luces, apostando por un juego como servicio que trae las dosis justas de diversión y cuyos problemas iniciales han saboteado su éxito

Imagen publicitaria del videojuego 'Suicide Squad: Kill the Justice League' Warner Bros

Corría agosto de 2020, en plena pandemia de la COVID-19, cuando vimos en la DC Fandome el primer tráiler de Suicide Squad: Kill the Justice League, el nuevo videojuego de la compañía Rocksteady sobre el universo de DC Comics. Tras crear la maravillosa trilogía de Batman Arkham, el estudio británico afrontaba el ambicioso reto de traer otra IP cercana al murciélago más famoso del mundo.

Esta vez, y tras lo mostrado en la DC Fandome, Rocksteady apostaba de lleno por el Escuadrón Suicida, un grupo de villanos que hizo su debut en The Brave and the Bold en septiembre de 1959. Desde entonces, la Fuerza Especial X, al mando de Amanda Waller, ha sido protagonista intermitente en la historia de la Liga de la Justicia y sus implicados.

Tanto es así que en 2016 y 2021 tuvimos la oportunidad de ver al escuadrón en la gran pantalla, aunque con diferente resultado. Si la primera cinta, dirigida por David Ayer, fue una vergüenza cinematográfica, la segunda, con James Gunn a la cabeza, dio una oportunidad de redención a los lectores y fanáticos del grupo de criminales más famosos del mundo.

Warner Bros y Rocksteady unían sus caminos por primera vez desde 2015, año en el que Batman tuvo su gran final en la anterior generación. Para Warner, la salida de este Suicide Squad: Kill the Justice League era una bala de plata que no podían dejar escapar, pues su anterior entrega del universo DC, Gotham Knights, fue un fracaso estrepitoso.

Motivos para la esperanza había de sobra. Primero, por el buen hacer de Rocksteady en el pasado, creando un universo jugable que ya es historia de la industria del entretenimiento. Además, del Escuadrón Suicida se podía sacar mucho jugo, ya que su componente macarra y el carisma de personajes como Harley Quinn o el Rey Tiburón podían servir de guías. Sin embargo, y por desgracia, este Suicide Squad: Kill the Justice League no será venerado ni una décima parte de lo que han sido el trío de entregas de Arkham.

¿Merece la pena Suicide Squad: Kill the Justice League?

En Vozpópuli hemos podido jugar a Suicide Squad en su versión de PS5, cortesía de Warner Bros. Lo primero que llama la intención, independientemente de su pésimo y accidentado tutorial de inicio, es la apuesta de Warner por un shooter en tercera persona con gran dosis de looteo, enfocado a un juego como servicio, algo que provoca que el jugador esté incómodo con lo que tiene entre manos desde que visualiza por primera vez el menú.

Intuimos que Rocksteady quería crear un juego que fuese alimentado durante meses, quizá un par de años, con temporadas y añadidos como Fortnite o Borderlands, creaciones que claramente toma como referencia, pero el gatillazo es de época.

Sus ansias por convertirlo en un cooperativo online les ha llevado a tener unos servidores en absoluto capacitados para ello, provocando la caída en red tan sonada en su estreno. Cada vez que pausas Suicide Squad y trasteas con él, te invade la sensación de que quieren venderte skins y todo tipo de artículos. Una verdadera lástima.

La trama, que resucita al Batman de la saga Arkham gratuitamente, se desarrolla de forma precipitada, sin dejar tiempo ni líneas de guion para poder entablar una mínima empatía con el escuadrón suicida. El doblaje al castellano, aunque aprueba, podría haber sido bastante mejor.

El combate es demasiado confuso, con innumerables elementos en pantalla que estropean el ágil sistema implementado. Las misiones son repetitivas, teniendo que repetir los mismos objetivos una y otra vez en un mapa que no aporta nada a la experiencia jugable.

Las secundarias, metidas con calzador, son un calco de las primarias. Evitarás a toda costa completarlas. El compendio de horas que puedes tirarte jugando tras completarlo no ofrece grandes recompensas.

Oleadas de enemigos, defensa de infraestructuras y poco incentivo para desarrollar las habilidades de las que disponen los personajes. Estos últimos, independientemente de cuál elijas, no se nota gran diferencia.

Un videojuego sin profundidad, lineal, que no ha aprendido de los errores de la competencia, como fue ese Avengers. Ni tan siquiera el enorme universo de DC Comics hace que este Suicide Squad tenga un mínimo de personalidad. Si te dijeran que es un free to play para divertirte con tus amigos, te lo creerías.

Por último, aunque reseñable, hay que decir que gráficamente luce bastante bien. Pero claro, en un shooter así el apartado visual está en una segunda categoría. En los principales, como son la jugabilidad, contenido, historia y diversión, suspende con ahínco. Desde Vozpópuli, y con total honestidad, no podemos recomendarlo. Y menos a precio completo.

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