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No renuncies a nada en Navidad: diez trucos para no engordar ni un gramo

No renuncies a nada en Navidad (si hablamos de comida)

Llega la Navidad, y con ella las consabidas cenas, reuniones, comidas y demás 'guateques' en los que acabamos bebiendo y comiendo de más. Que si Nochebuena, que si Nochevieja, que si salida de empresa... al final no hay semana en diciembre en la que no nos demos un homenaje. Y, seamos honestos, en España cualquier excusa sirve para salir y ponerse hasta arriba de todo.

Se calcula que un día navideño comemos, aproximadamente, 7.000 calorías. Y por cada 7.000 calorías extra un adulto medio aumenta un kilo.

Es francamente difícil estar a dieta, o intentar controlarse en esta época del año. Pero ¿es igual de difícil no engordar nada a final de año? ¿O quizá estamos destinados, irremediablemente, a ganar unos gramos en diciembre? Pues no, amigo: es más que posible no aumentar números en la báscula en Navidad.

Se calcula que un día navideño comemos unas 7.000 calorías. Y por cada 7.000 calorías extra ganamos un kilo

Muy sencillo. Solo hay que seguir una serie de recomendaciones y consejos básicos. Recogemos los diez más importantes y que has de empezar a aplicar ya si no quieres que los Reyes Magos vengan con grasa bajo el brazo:

1) Tranquilidad

No se va a acabar el mundo ni va a haber ninguna guerra mundial, así que no es necesario que comas por una semana, amigo. Es cierto que con el sueldo que tenemos no nos podemos permitir con normalidad ciertas comidas, como marisco, pero no hace falta que arrases con todo.

El truco está en comer de todo pero poco. Es decir, no te tienes por qué constreñir. Al revés, ya que si sientes que no puedes ingerir hasta un límite, te entrará ansiedad y acabarás comiendo más. Se trata de coger un poco de aquí y un poco de allá, evitando sobre todo los hidratos.

No hace falta que te comas todo

Puedes comer proteínas, las que quieras, pero tampoco nos pasemos, y menos si hablamos de cenas. Además, a todo ello hay que sumarle el alcohol que vayas bebiendo, que todos sabemos que aumenta el apetito (o a veces tienes que comer para no dar es espectáculo entre copa y copa). 

Lo dicho: tranquilidad. No te ansíes ni te reprimas, pero elige lo que te metes en la boca con la cabeza y no con la vista.

2) Desayuna

Desayunar es fundamental, y no solo en Navidad. Has de comenzar el día con una comida rica en proteínas e hidratos de carbono complejos, de lo contrario estarás todo el día picando de aquí y de allá o, lo que es peor, devorarás en las siguientes tomas.

En Navidad solemos saltarnos el desayuno. ¿La razón? Porque por la noche nos hemos dado un homenaje que para qué. Lo suyo es que te acuestes con el estómago medio vacío, es decir, que cenes poco, para así tener hambre por la mañana.

Un truco que puedes hacer es quedarte con las ganas de probar ese postre tan rico, y guardártelo para la mañana siguiente

Recuerda que las calorías que tomes por la mañana no 'valen' lo mismo que las de la noche. Lo que ingieras a primera hora del día, lo quemarás al final de la jornada (a no ser que te comas un rinoceronte). Además, al desayunar aceleras tu metabolismo, es decir, la velocidad con la que el cuerpo quema calorías estando en reposo.

Un truco que puedes hacer es quedarte con las ganas de probar ese postre tan rico, y guardártelo para la mañana siguiente. Así podrás comerlo y saborearlo, y no engordarás.

3) Cuidado con los canapés

Los canapés son el diablo de las dietas. Parecen inofensivos. Ahí, tan pequeñitos y coquetos, pero son una bomba de relojería. Sobre todo porque suelen estar cargados de hidratos: las bases de hojaldre, las salsas, los fritos... 

Que no te engañen. Coge solo aquellos que veas más 'limpios'. Es decir, aquellos que sepas claramente qué son y, más o menos, de qué están hechos y cómo están preparados. No sirve de nada que te estés aguantando todo el día para luego echar todo por tierra con cinco bocados.

Una buena opción es la proteína acompañada de verduras

Ojo, no se trata de que no comas ninguno, sino de que, una vez más, elijas bien. Los de marisco, carne o pescado son la mejor opción. Huye del fiambre, pues tiene mucha grasa. Los fritos ni olerlos. Y los dulces, lejos.

4) Medio polvorón

Otro truco que funciona muy bien es comer la mitad de todo. Es decir, si te mueres de ganas de, por ejemplo, un polvorón, es mejor que no te constriñas: coge solo la mitad. 

Parece una tontería, pero no lo es. Siguiendo con el ejemplo: un polvorón tiene 180 calorías. Si te comes medio, estarás ingiriendo solo 90. Aunque creas que no sirve de nada, no es así. Cada caloría extra cuenta al final del día, y si te vas relajando ("bueno, por un día..." o "es Navidad, qué más da por coger otro trozo de turrón") acabarás pagándolo caída la noche.

5) No vayas con el estómago vacío

No puedes ir con el estómago vacío a una fiesta de Navidad. Sería un suicidio nutricional. Si llegas con hambre a una cena y te empieza a entrar por los ojos la comida, tenlo claro: acabarás ingiriendo de más y además opciones nada sanas. Lo suyo es que piques algo sano antes de ir: puede ser fruta (una manzana, por ejemplo), frutos secos (unas nueces) o pavo (mejor elegir la opción reducida de sal).

No puedes ir con el estómago vacío a una fiesta de Navidad. Sería un suicidio nutricional

6) Ve hidratado (de agua)

Muchas veces confundimos la sed con el hambre. Nuestro cuerpo nos envía en ocasiones señales confusas, y pensamos que necesitamos comer cuando, en realidad, con un vaso de agua iríamos servidos. Por eso es importante que vayas bien hidratado a las quedadas navideñas.

Además, y siguiendo con el punto anterior, cuanto más lleno tengas el estómago, menos cantidad de comida desearás meter en él. Y el agua tiene cero calorías. Al respecto, una investigación publicada en la revista 'American Journal of Clinical Nutrition' demostró que la ingesta de agua aumentaba los efectos dieta. Los expertos llegaron a esta conclusión tras analizar 5.000 referencias de cuatro bases de datos de artículos científicos que relacionaran el consumo de agua con la pérdida de peso.

No te presentes con el estómago vacío

7) Habla con todos

Aunque lo que menos te apetezca en el mundo sea charlar con la pesada de Administración en la cena de empresa, has de hacerlo: mientras hablas, no comes. Es evidente, pero funciona. Te distraes y te olvidas de los canapés que van pasando a tu lado. Además, siempre es bueno ir de aquí a allá en estos eventos, pues la gente se relaja y habla de más. Y la información es poder, querido lector.

8) Mastica lentamente

Percibimos sensación de saciedad cuando llevamos tiempo comiendo, por ello es recomendable masticar lento para sentirnos satisfechos antes y así evitar consumir calorías de más. 

Los investigadores de la Universidad de Kyushu Fukuoka (Japón) lo demostraron en un estudio en el que señalaron que las "disminuir la velocidad con la que se come puede resultar efectivo a la hora de prevenir la obesidad".

Sabemos que estas fechas son difíciles de soportar sobrios, más para unos que para otros, así que ya que vas a beber, elige bien qué

Para comprobarlo dividieron a los participantes en tres grupos: unos, devoraban la comida; otros, comían 'normal'; y los últimos, lo hacían despacio. ¿Resultado? Aquellos que ingerían a un ritmo "normal" tenían un 29% menos de probabilidad de ser obesos

Así que, ya sabes, una vez que hayas elegido el canapé o postre correcto, disfrútalo.

9) Elige bien las bebidas

Sabemos que estas fechas son difíciles de soportar sobrios, más para unos que para otros, así que aunque lo recomendable sería que no consumieses nada de alcohol, sabemos que no lo vas a hacer. Entonces, lo más sabio es beber solo aquello que menos te engorde. O, al menos, limitar el consumo de lo que más te hace ganar peso.

Aquí tienes una lista de las bebidas espirituosas que más engordan. 

El vino blanco no es mala opción

10) Camina

Cuanto más te muevas, más calorías consumes y más aceleras tu metabolismo.

Así pues, siempre que puedas, ve caminando a las quedadas navideñas. Algunos trucos útiles: bájate una parada antes y haz el resto del trayecto caminando, no cojas el coche para desplazarte o date largos paseos.

Caminar a ritmo lento de 1,5 km/hora consume alrededor de 100 calorías. Es decir, medio polvorón.

¡Felices fiestas, lector!

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