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Argentina acusa a YPF de tener una visión "de corto plazo" y no invertir lo suficiente

El vicepresidente argentino, Amado Boudou, culpó a la petrolera YPF, controlada por la española Repsol, de tener una visión "de corto plazo", financiera y no productiva, que a su juicio "se da de narices" con las necesidades del país suramericano.

"YPF ha tenido una política con una visión más financiera que productiva, en el sentido de que ha hecho exploraciones y descubrimientos que le han servido para computar en sus balances", dijo Boudou en una entrevista publicada hoy por el diario Página/12, de Buenos Aires.

Considero que, sin embargo, esa visión "no les ha servido ni a la empresa ni al país para que tenga un mayor nivel de producción y que sea una palanca más para el crecimiento de Argentina".

"Esta visión exclusivamente financiera y de corto plazo se da de narices con nuestro modelo económico y social. Es muy importante que las autoridades de la empresa interpreten esto y tengan una actitud que esté a la altura de las circunstancias", reclamó Boudou.

El vicepresidente aseguró que, mientras Argentina crece a tasas muy importantes, Repsol YPF disminuyó en términos absolutos la producción de petróleo y gas, el refinamiento de combustibles".

Tras una semana de rumores sobre una posible nacionalización de YPF, nunca confirmados ni desmentidos por el Gobierno, Página/12 preguntó en forma directa a Boudou si estaba entre las posibilidades "estatizar" la compañía.

La respuesta del vicepresidente a esa pregunta fue la siguiente: "Es un tema que hay que ver con claridad. El problema es la desnacionalización de nuestro sistema de hidrocarburos. (...) Las provincias han perdido un rol y son, por la Constitución, las propietarias del subsuelo. Es importante que tengan un rol preponderante porque en definitiva son las que reciben regalías".

Este sábado, el ministro de Planificación, Julio de Vido, ya había acusado a YPF, en la que Repsol tiene el 57,43 por ciento de las acciones, de haber realizado inversiones insuficientes en exploración, extracción y refino, y advirtió de que el Estado hará cumplir las leyes para que las petroleras tengan producción plena en los yacimientos.

El viernes pasado, el Gobierno argentino anunció la cancelación de incentivos a la producción de petróleo y gas por unos 2.000 millones de pesos anuales (459,7 millones de dólares), medida que afecta, además de YPF, a Panamerican Energy -de capitales argentinos y chinos-, a la brasileña Petrobras, a la estadounidense Esso y a la china Sinopec, entre otras.

YPF, cuya áreas ejecutivas están bajo la gestión del grupo argentino Petersen (dueño del 25,46 % de la petrolera), registro en los primeros nueve meses del 2011 una ganancia neta de 4.506 millones de pesos (1.036 millones de dólares), un 1,61 % menos que en el mismo período de 2010.

Con activos por valor de 52.861 millones de pesos (12.152 millones de dólares) y un patrimonio neto que al 30 de septiembre último ascendía a 20.763 millones de pesos (4.773 millones de dólares), YPF es la mayor productora de hidrocarburos de Argentina.

El Estado argentino es titular del 0,02 % de las acciones de YPF, pero tiene derecho a participar de las decisiones del Consejo de Dirección y poder de veto desde la privatización de la compañía, en 1999.

El restante 17,09 % de las acciones se cotiza en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York.

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