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Rato quiere abandonar cuanto antes Caja Madrid para no ser el presidente que enterró la entidad

El fin de Caja Madrid puede unir a Rato y Aguirre

Rodrigo Rato no quiere convertirse en el presidente que enterró la historia de Caja Madrid, la más antigua de las cajas de ahorros españolas, con 310 años de historia. El ex presidente de Bankia quiere acelerar su salida del cargo y para ello ya ha comunicado al consejo de administración de la caja su deseo de dejar la presidencia cuanto antes. De hecho, la intención de Rato es abandonar su puesto antes de la Asamblea General de la caja, momento marcado por la normativa legal, donde se escenificará la disolución de Caja Madrid y su conversión en fundación especial.

Sin embargo, Rato puede encontrar en Esperanza Aguirre una aliada inesperada para retrasar la conversión de Caja Madrid en fundación de carácter especial. Según una orden de la Consejería de Economía y Hacienda, aprobada el pasado 5 de julio, en este órgano recaerá la competencia de la composición y la definición de las normas de funcionamiento de los patronatos y de los estatutos de las fundaciones de carácter especial de la Comunidad de Madrid, provenientes de la transformación de cajas de ahorros.

Según se explica en esta norma, "los Estatutos deberán ser autorizados por el Protectorado de la Consejería de Economía y Hacienda. Finalmente, la inscripción de la transformación de la Caja de Ahorros en fundación de carácter especial en el Registro de Fundaciones de la Comunidad de Madrid requiere de la previa autorización de la transformación por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid".

En el Patronato de la fundación especial se integrará la obra social y el resto de activos procedentes de la transformación de una Caja de Ahorros. Precisamente, la obra social de Caja Madrid se verá sensiblemente reducida con su transformación puesto que pierde su principal fuente de financiación: los dividendos del banco cotizado. En el caso de Bankia, según las estimaciones del nuevo equipo directivo encabezado por José Ignacio Goirigolzarri, la entidad volverá a la senda de los beneficios, por tanto del reparto de dividendos, el próximo año.

El Consejo de Gobierno de la CAM tiene la última palabra en la transformación de caja en fundación.

El Patronato de la fundación especial de Caja Madrid estará formado por un mínimo de 13 y un máximo de 15 miembros, más el representante designado por la Consejería de Economía y Hacienda de la CAM. Tendrá un presidente, uno o dos vicepresidentes y un secretario.

Caja Madrid, al igual que el resto de las otras seis cajas que integran BFA-Bankia, se ha visto obligada a convertirse en fundación especial, tras la nacionalización del grupo. Según el primer decreto de reforma financiera, del pasado febrero, si una caja o grupo de cajas reducen su participación por debajo del 25% de los derechos de voto del banco a través del que ejerce su actividad financiera de forma indirecta, deberá renunciar a que la propia caja sea entidad de crédito y pasar a convertirse en fundación de carácter especial.

Hasta diciembre pasado, ese límite era el 50%, pero el Gobierno decidió flexibilizarlo para que no se convirtiese en un obstáculo a la recapitalización de las entidades. Precisamente, la situación de Bankia, donde las siete cajas controlaban poco más del 50% del banco cotizado en ese momento, forzó este cambio.

La nacionalización de BFA provocará la desaparición de los consejos de Caja Madrid, Bancaja y sus cinco pequeñas socias que, en conjunto, daban asiento a 139 consejeros, la mayor parte de ellos con importantes vínculos con el mundo de la política. Exalcaldes, exdiputados autonómicos, dirigentes sindicales, presidentes de asociaciones patronales deberán dejar sus atribuciones en estos consejos, por los que llegaban a cobrar de media dietas de más de 300.000 euros al año.

La entrada del FROB en el accionariado de BFA también supondrá la supresión de las asambleas generales de las siete cajas de ahorros, que cuentan actualmente con un total de 1.121 miembros. En sus reuniones, que se producían al menos dos veces al año, se repartían dietas por asistencia que iban de los 200 euros a los 1.000 euros. Ahora, según la nueva normativa de la CAM, los miembros del Patronato no percibirán retribución alguna por sus funciones, aunque permiten recibir dietas por asistencia con la finalidad de compensar los gastos que se deriven de la realización de dichas funciones.

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