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Guillermo Marcos, usuario de las tarjetas opacas, desaparece de la web del Real Madrid como vocal de la Junta Electoral

La hemeroteca es, en no pocas ocasiones, demoledora. Y retrata a personas como Guillermo Ricardo Marcos Guerrero, uno de los beneficiarios de las tristemente famosas tarjetas opacas, en su caso en calidad de consejero de Caja Madrid.

Marcos es vocal de la Junta Electoral del Real Madrid nombrada por Florentino Pérez en 2012 y entre enero de 2003 y diciembre de 2011 gastó 131.000 euros con su citada tarjeta black, casi exclusivamente en restaurantes. También es presidente de la Unión de Organizaciones de Pequeña y Mediana Empresas (Unipyme). Hasta este miércoles, y pese al escándalo, no se conoce que haya dimitido de ninguno de sus cargos.

Sin embargo, alguien ha quitado su nombre y su cargo de la página web oficial del Real Madrid, en el apartado donde se enumeran todos los miembros de la Junta Electoral blanca. Allí figuraba desde que estalló el escándalo, y sorprende su desaparición porque nadie, ni el Real Madrid ni el propio Marcos, ha informado oficialmente de destitución o dimisión alguna.

Y sorprende especialmente que siga aferrado a sus cargos porque hace apenas siete meses, en marzo, Guillermo Marcos tenía intención de presentar su candidatura a presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) para, según sus palabras, "dignificar la imagen de empresas, sindicatos y partidos". Finalmente, decidió apoyar a Arturo Fernández, actual presidente, y no entró en la pugna electoral.

En unas declaraciones a madridiario.es, Marcos, presidente de Unipyme, señalaba que si salía elegido su intención era "trabajar, trabajar y trabajar, y dignificar la figura del empresario, que en la actualidad está maltrecha".

El exconsejero de Caja Madrid añadía: "Se está produciendo un deterioro social de la imagen de las empresas, sindicatos y partidos, a lo que evidentemente ha contribuido el posible fraude en los cursos de formación, pero la mayoría de los empresarios es gente honrada y trabajadora".

Y el hombre que apenas dos años antes había fundido en comer y beber la tarjeta opaca, llegando a apuntar dos comidas el mismo día a la misma hora ye en restaurantes diferentes, remataba: "Me preocupa cómo está el patio y si hay que pedir perdón a los ciudadanos se hará".

De momento no se conoce que él haya pedido perdón a nadie.

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