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Televisión

HACIENDO ZAPPING

La muerte de Antonio Gasset y la ausencia de voces originales en la TV actual

El comunicador tenía un estilo propio alejado de lo políticamente correcto y de cualquier moda transitoria, surrealista por momentos. Era un presentador de culto de los que ya no quedan

-Era una voz tan original y tan diferente que siento una enorme pena. Antonio Gasset, uno de mis ídolos televisivos. Qué rejonazos metía cuando daba paso a la publicidad. Y qué divertido era contando cualquier cosas, siempre con ese aire como entre deprimente e irónico, incluso diría que bohemio. Y cuánto sabía de cine y qué bien lo contaba, claro. Cuando hace unos años dejó Días de Cine, el programa de La 2 que presentaba, casi me da algo. Como hace un momento, cuando me he enterado de su muerte. Hacía mucho tiempo que no lo veía, pero era como si su presencia no se hubiera ido.

Pocas veces me pongo así en las conversaciones televisivas con mi amiga enfurecida, pero en esta ocasión, ante la pérdida de Gasset, está justificado dejarse envolver por la melancolía. Ella ha llamado y ni siquiera le he dejado hablar.

-Justo por eso te he llamado, querido, pero no me has dado ni tiempo a decírtelo.

-Sabía que llamabas por eso.

-Claro. Porque sabía que era de tus favoritos. Pero claro, hacía ya muchos años que no presentaba. Así que si querías verlo, te tenías que buscar sus vídeos en Twitter o en Google.

Todo el mundo tiene un estilo propio, claro, pero el suyo era tan marcado, tan distinto al resto, tan fuera de lo común, tan alejado de lo políticamente correcto y de cualquier moda transitoria, tan surrealista por momentos...

-Eso hacía yo. Y lo seguiré haciendo. Para mí era, es y seguirá siendo un presentador de culto. Un comunicador sin igual. Todo el mundo en la tele tiene un estilo propio, claro, pero el suyo era tan marcado, tan distinto al resto, tan fuera de lo común, tan alejado de lo políticamente correcto y de cualquier moda transitoria, tan surrealista por momentos... Gasset tuvo la virtud de distinguirse por ese sello personal, pero es que además era especialmente didáctico en sus explicaciones. Conseguía que reflexionases sobre tal o cual película, tal o cual actriz, tal o cual festival, pero sin olvidarse de dar la información básica. Un genio, como digo, porque aunar ambas cosas, los datos y la originalidad al contarlos, es muy complicado. En fin, una pena.

-La verdad es que no quedan muchos tipos así en la tele, ¿verdad?

-Mira, eso sí que es una reflexión que da en el clavo.

-Lo he dicho por decir.

-Sí, pero es exactamente eso lo que está pasando. Ya no hay voces así de originales ni talentosas en la televisión. Ni así de cultas. Te pido cuatro nombres y no me das ninguno. Y esto entronca, además, con el aspecto físico, porque hoy día parece impensable que alguien así pueda presentar un programa.

-Yo no le vi muchas veces, pero estos días, viendo sus vídeos que circulan por todas partes, decía algunas cosas que son divertidas, muy ácidas, sí, pero también demasiado fuertes...

-Para algunos sería elitista o faltón o incluso desagradable, impropio para estos tiempos de La última tentación y Secret Story, las fake news, la censura puritana y los juicios sumarísimos en Twitter. Tal vez hoy no hubiera durado ni tres telediarios. Mira lo de Boyero y el Festival de San Sebastián. Es para llorar.

-Quizás por eso llevaba tiempo fuera de circulación.

-Claro, como he leído a un tuitero, mucho aplaudirle ahora pero nadie le ofreció un espacio para que siguiera haciendo lo que hacía cuando salió de Televisión Española acogiéndose a un ERE. Ya sabes, somos unos sepultureros fenomenales.

-Spain es así de hipócrita.

-Ojalá en TVE repusieran ahora todos los programas que presentó en Días de Cine. Eso sí me reconciliaría con la tele que se hace, pero es justo lo que no va a pasar.

-Bueno, vale, ¿pero comentamos ya lo de La última tentación o no?

-Feliz finde, amiga.

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