La necesidad de liquidez ha llevado al grupo presidido por Florentino Pérez a vender incluso un activo del que no puede desprenderse: las acciones de Iberdrola que aún posee y que están ligadas a su emisión de bonos convertibles. La operación, por la que ingresa unos 540 millones de euros, lleva asociada una opción de recompra para poder hacer frente a sus obligaciones con los bonistas.