A mediados de 2007, el estallido de la burbuja generada por las hipotecas ‘subprime’ en EEUU daba el pistoletazo de la salida a una crisis que ha repercutido especialmente en el sector inmobiliario. Un año después, las grandes empresas españolas del sector se desangraban con pérdidas que sumaron algo más de 8.000 millones de euros. Cuando se cumple el quinto ejercicio de la crisis, los números rojos se han multiplicado por más de dos.