La pandemia no frena a Amancio Ortega: un 90% de sus equipos ya están en los hospitales

La pandemia del coronavirus no ha frenado la instalación de los 450 equipos de diagnóstico y tratamiento radioterápico del cáncer donados por la Fundación Amancio Ortega. Más del 90% ya están instalados y dando servicio en los hospitales públicos españoles. Son datos facilitados por la entidad a Vozpópuli. En el primer semestre de 2021, la Fundación prevé haber culminado el programa de apoyo a la renovación del equipamiento tecnológico en los centros que arrancó en arrancó en 2015 en Galicia y, en 2017, se extendió al resto de comunidades.

Entre los últimos instalados un Acelerador Lineal y un equipo de Braquiterapia de Alta tasa -ambos de tratamiento de radioterapia- ya en funcionamiento en el Servicio de Oncología Radioterápica del madrileño Hospital de la Princesa, con una inversión que asciende a 3.547.480 euros.

El centro sanitario estrenaba esta misma semana una nueva área del cáncer, que incluye una Unidad de Hospitalización con 16 habitaciones individuales y un nuevo Hospital de Día Onco-Hematológico de 1.200 metros cuadrados, con 24 puestos para administrar tratamientos a los pacientes. La Comunidad de Madrid ha invertido más de un millón de euros en las nuevas instalaciones.

Más máquinas de las previstas

La donación de más de 300 millones de euros que la Fundación Amancio Ortega realizó en 2017 para la compra de equipos de última generación para radiodiagnóstico y tratamiento del cáncer marcó un antes y un después en la Oncología Radioterápica, en particular, y en la sanidad española en general, como siempre han recordado los médicos.

Hace un par de semanas, el Servicio de Oncología Radioterápica del Complejo Hospitalario de Badajoz, inauguraba el primero de los cuatro aceleradores que la Fundación ha donado a la región y que debía estar ofreciendo tratamientos desde marzo de 2020. La crisis sanitaria de la covid-19 paralizó su puesta en marcha.

Los otros tres se pondrán en funcionamiento en las áreas de salud de Cáceres, Mérida y Plasencia. Según información de la Consejería de Sanidad, en Cáceres está calibrándose y en el primer semestre del año estará en funcionamiento. En el caso Mérida ya está instalado y se ha construido el búnker que lo albergará, mientras que, en Plasencia, está terminándose el proyecto de construcción del búnker y estará disponible en el año 2022.

Más máquinas de las previstas

Desde la Fundación Amancio Ortega (FAO) explican a Vozpópuli que, lejos de las previsiones iniciales de 300 máquinas, finalmente son en torno a 450 los equipos que se habrán incorporado a los hospitales españoles. Es decir, "muchas más máquinas" de las inicialmente previstas en el programa desarrollado por la entidad.

Cada una de las consejerías de Sanidad definió los equipamientos concretos a adquirir de acuerdo con sus propios planes. La compra se realizó mediante procedimientos administrativos públicos.

¿Por qué? La explicación que aportan desde la Fundación es que cada una de las consejerías de Sanidad definió los equipamientos concretos a adquirir de acuerdo con sus propios planes estratégicos de renovación tecnológica. La adquisición se realizó mediante procedimientos administrativos públicos.

Desde esos primeros concursos, se han ido consiguiendo mejoras con las propuestas realizadas por los proveedores lo que a los departamentos de salud les ha permitido optimizar sus presupuestos y conseguir más equipación.

El ritmo de la pandemia

En total, de los casi 450 equipos que se acabarán instalando, 300 son de diagnóstico -mamógrafos, TAC, resonancias...- y algo más de un centenar de tratamiento, básicamente son aceleradores lineales. La previsión de la Fundación pasa porque, en el primer semestre de 2021, el programa de donaciones se complete, con una minoría de equipos que no entrarián en funcionamiento hasta 2022.

Pese a la pandemia de la covid-19, se ha conseguido mantener el ritmo del programa. Admiten que ha habido retrasos puntuales, por ejemplo en la instalación de aceleradores en centros que estaban especialmente saturados. Además, algunas regiones reconocen que la puesta en marcha de los equipos ha estado sujeta a diversos vaivenes de carácter administrativo.

El balance del programa, insisten desde la FAO, sigue siendo muy positivo. Reiteran que, del total de equipos, más de 400 ya están dando servicio. En 2021 habrá 276.239 nuevos casos de cáncer en España. Los médicos llevan tiempo advirtiendo del impacto de la pandemia en el tratamiento de los enfermos. Uno de cada cinco ha quedado sin diagnosticar. El empuje de la tercera ola no ha ayudado: varios hospitales se han visto obligados a suspender cirugías, pruebas o consulta, lo que acumula nuevos retrasos.

Las rutas del cáncer

Además, queda trabajo por hacer. El pasado verano, una estimación realizada por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), para denunciar las deficiencias en el acceso a este tratamiento en España, ponía sobre la mesa cifras sobre el altísimo coste -sin contar el emocional- para quien, todavía, en España, vive en una ciudad donde por ejemplo no existen unidades de radioterapia.

En Ceuta, El Bierzo (León), Soria, Palencia...todavía no hay unidades de radioterapia lo que provoca que los pacientes tengan que hacer a veces hasta 200 kilómetros para recibir tratamiento

Los datos figuran en un extenso documento ("Acceso al tratamiento de Radioterapia en España") que pone el énfasis en los numerosos costes -directa o indirectamente- derivados del tratamiento y la merma en la calidad de vida que generan los continuos desplazamientos y tiempos de espera que deben sufrir los enfermos en aquellos municipios o provincias donde no existen esos servicios, todavía demasiados en nuestro país.

La estimación de ambas sociedades es que el coste económico asciende hasta 2.481 euros de euros (tras quince sesiones) en gastos de comidas, desplazamientos, alojamientos, contratación de cuidadores, productos farmacéuticos o la pérdida de ingresos por no poder acudir al trabajo.

Es el caso de Ceuta, Palencia, Segovia (donde, por fin, se instalará tras el verano), El Bierzo (León), Soria... La falta de esas unidades provoca que los pacientes tengan que hacer largos y dolorosos viajes para tratarse en los hospitales de referencia. En algunos casos, traslados de hasta 200 kilómetros para curarse.