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Las rutas del cáncer: enfermos que tienen que recorrer 200 kilómetros para curarse

Imagen de una ambulancia del servicio de Emergencias de Castilla y León.

Padecer cáncer y tener que emprender una larga ruta para curarse es durísimo. Lo viven a diario pacientes de Ceuta, Ávila, Teruel, Segovia, Albacete...que a veces recorren hasta 200 kilómetros para recibir radioterapia porque en esas localidades no existen unidades donde recibir el tratamiento. El desgaste emocional es brutal. Pero, también es altísimo el coste económico: hasta 2.481 euros de euros (tras quince sesiones) en gastos de comidas, desplazamientos, alojamientos, contratación de cuidadores, productos farmacéuticos o la pérdida de ingresos por no poder acudir al trabajo...Es una estimación realizada por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para denunciar las deficiencias en el acceso a este tratamiento en España. 

Los datos figuran en un extenso y detallado documento ("Acceso al tratamiento de Radioterapia en España") en el que ambas sociedades llevaban tiempo trabajando y que ha visto la luz esta semana. El informe pone el énfasis en los numerosos costes -directa o indirectamente- derivados del tratamiento y la merma en la calidad de vida que generan los continuos desplazamientos y tiempos de espera que deben sufrir los enfermos en aquellos municipios o provincias donde no existen unidades de radioterapia, todavía demasiados en España.

De esos pacientes, según una encuesta realizada por ambas sociedades -entre 1.736  pacientes que estaban recibiendo tratamiento en un total de 55 hospitales, entre enero y junio de 2019- casi un 30% deben hacer un trayecto diario de entre una y dos horas para poder acudir a su tratamiento; mientras que para otro 30% estos trayectos superan las dos horas, llegando incluso a alcanzar las cuatro horas de viaje solo para el desplazamiento.

Viajes dramáticos desde Ceuta

Viajes interminables que son especialmente dramáticos si se emprenden desde lugares como la Ciudad Autónoma de Ceuta que lleva años pidiendo al Gobierno que implante una unidad de radioterapia en su hospital, como explican a Vozpópuli desde la formación política Caballas. Una unidad que aliviaría el sufrimiento de los enfermos de cáncer que, durante el confinamiento, tuvieron que viajar en un ferry hasta Algeciras (Cádiz) para curarse porque se cancelaron los vuelos diarios en helicóptero para su traslado al hospital gaditano. 

En los 25 millones de euros del Fondo Extraordinario que el Gobierno -con competencias sanitarias en la ciudad autónoma a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) del Ministerio de Sanidad-, transferirá al ejecutivo ceutí se contemplan 12 millones destinados a gastos sanitarios de la lucha contra el coronavirus. Caballas había pedido que parte de ese dinero se destinara a dotar de radioterapia a la ciudad autónoma. Sin embargo, explican a este digital, finalmente no se contempla esa opción.

Por ahora, los enfermos deberán esperar para disponer de ese servicio sanitario. Como Ceuta, ciudades como Teruel, Huesca, Segovia, Ávila, Soria...carecen de este tipo de unidades. En Canarias, el pasado otoño, la Consejería de Sanidad iniciaba el expediente de contratación del proyecto del búnker de radioterapia del Hospital Doctor José Molina Orosa (Lanzarote). El coronavirus ha dado al traste con esos planes.

Un 25 % de enfermos necesitarán radioterapia

Desde SEOR, su presidente, Jorge Contreras, incidía esta semana en la importancia de la radioterapia en la curación de los pacientes con cáncer y el alto nivel de esta técnica en España tanto a nivel científico como de recursos técnicos. Entre un 20% y un 25% de las personas que tienen esta enfermedad van a necesitar más de un tratamiento radioterápico a lo largo de su enfermedad.

Sin embargo, tanto esta sociedad como la AECC, denuncian precisamente situaciones como la de Ceuta remarcando las desigualdades en el acceso a ese tratamiento en función de donde se viva. Los datos del informe de las dos entidades indican que, si el desplazamiento para acudir al tratamiento es en coche, la mayoría de las personas enfermas necesitan recorrer distancias cortas o moderadas: en un 32% de los casos esta distancia es superior a 61 kilómetros; y en el 18%, se incrementa a más de 100 kilómetros diarios por sesión.  Este último grupo de pacientes va a recorrer de media 193,2 kilómetros de ida y vuelta durante cada uno de los días que tengan que acudir a una sesión de tratamiento.

El uso de la ambulancia -en la que normalmente viajan varios enfermos- es más alto en el caso de las personas que residen a más distancia de la unidad de radioterapia

El informe detalla que el uso de la ambulancia -en la que normalmente viajan varios enfermos- es significativamente más alto en el caso de aquellas personas con cáncer que residen a mayor distancia de la unidad de radioterapia. Otro dato importante es que quienes usan este servicio tardan más en llegar a su hospital por las diferentes paradas que tiene que hacer la ambulancia para recoger a los enfermos. Luego están las largas esperas para volver a casa una vez que todos los enfermos acaban sus tratamientos.

Los mismos datos apuntan a que, si se analiza qué aspectos pueden estar influyendo en la percepción de dificultades relacionadas con el desplazamiento a los centros, se aprecia "cierta tendencia" a la concentración de respuestas relacionadas con los tiempos de espera y las distancias recorridas en Aragón, Asturias, Cantabria, y Murcia; y con porcentajes de respuesta muy cercanos a las anteriores en Castilla y León, Canarias, Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra.

Costes económicos asociados a los desplazamientos

SEOR y la AECC ilustran la desigualdad en los costes económicos que deben asumir los enfermos en esos desplazamientos frente a quienes reciben la radioterapia cerca de su domicilio. Citan como ejemplo el caso de una paciente que está recibiendo tratamiento de radioterapia por un cáncer de mama y que reside en un municipio de Albacete que puede recorrer 190 kilómetros (ida y vuelta) cada vez que acude a una sesión a su hospital.

Una vez finalizadas las quince sesiones de tratamiento prescritas habrá recorrido 2.850 kilómetros, con un gasto de aproximadamente 228 euros en combustible. El párking le ha ocasionado un coste adicional al final de las sesiones de 53 euros. El tiempo que invierten en los desplazamientos, añadido al de la sesión de radioterapia, suele implicar que en la mayoría de las ocasiones necesitarán hacer un consumo de comida  que genera un gasto añadido de 360 euros al final de las quince sesiones.

En tratamientos para paliar los efectos secundarios, un paciente puede gastar un total de 80 euros de media en productos farmacéuticos

En tratamientos para paliar los efectos secundarios, la paciente habrá gastado un total de 80 euros de media en productos farmacéuticos. Además, tendría que contratar a una persona cuidadora de un familiar dependiente -al que habitualmente cuidan la paciente o su acompañante, lo que le supondría un coste total de 500 euros.

A esas cantidades, se suman  la pérdida de ingresos por dejar de trabajar (la enferma y su acompañante) que se estiman en 1.260 euros entre los dos al final del tratamiento. Según el informe, el balance final de los gastos soportados por la paciente es de 2.481 euros directamente relacionados con su tratamiento. 

La diferencia en las ayudas públicas

Para poder hacer frente a los gastos de los desplazamientos de los enfermos de cáncer que tienen que trasladarse de su domicilio habitual a causa de una enfermedad, la administración pública pone a su disposición diferentes servicios y ayudas que se enmarcan en la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS) y en la Cartera de Servicios Complementaria de las Comunidades Autónomas.

En ese capítulo, tanto la AECC como la SEOR, y ante las diferencias percibidas en las distintas comunidades, piden que se actualice la normativa relativa al reembolso de los gastos de desplazamiento, manutención y hospedaje en las regiones que no lo han hecho en los últimos cinco años y que se armonicen "al alza" las cuantías de las prestaciones que las comunidades establecen de ayudas económicas para la compensación. 

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