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Política

El 'sorayismo' recupera espacio en el PP y presiona a Casado para negociar los presupuestos

Cuca Gamarra y Pablo Casado.

Pablo Casado ha dado esta semana un giro a su estrategia en la oposición. Algunos dirigentes vinculados a su rival en las primarias Soraya Sáenz de Santamaría han recuperado protagonismo en la cúpula del PP. El caso más significativo es el de Cuca Gamarra.

No es el único, si se tiene en cuenta el peso cada vez más evidente de de barones como el andaluz Juanma Moreno. Este grupo es proclive a buscar un pacto de Presupuestos con Pedro Sánchez. Casado lo rechaza de plano.

La exalcaldesa de Logroño fue uno de los principales apoyos de la Sáenz de Santamaría en la batalla por la sucesión de Mariano Rajoy. Y ahora ocupará uno de los puestos de mayor visibilidad del partido como portavoz popular en el Congreso en sustitución de Cayetana Álvarez de Toledo.

'Sorayistas' en la cúpula

Casado ha hecho otros nombramientos que pueden interpretarse como un guiño a este del sector del PP, que fue barrido de la dirección tras las primarias. El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha entrado como vocal en el comité electoral. Azcón también estuvo próximo a la exvicepresidenta en el enfrentamiento final con Casado.

Lo que queda del sorayismo en el PP resiste en ellos y en otros barones, como el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Tanto él como otros dirigentes territoriales, especialmente los que gobiernan, son partidarios de que Casado intente un acuerdo presupuestario con Sánchez. De momento, no lo hacen en público. Pero tanto Moreno como los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, creen que un acuerdo daría estabilidad a España y a las comunidades que deben gobernar. 

Fuentes del PP consultadas por Vozpópuli explican además que presidentes como Mañueco, Isabel Díaz Ayuso en Madrid o el murciano Fernando López Miras gobiernan en coalición con Ciudadanos. El partido naranja participa activamente en la negociación de los presupuestos a nivel nacional y pueden utilizarlo políticamente en sus respectivas autonomías.

López Miras dijo esta semana a El Español que está convencido de que el "PP hará todo lo que esté en su mano para alcanzar ese gran acuerdo necesario (con el PSOE) para sacar adelante unos nuevos presupuestos".

Negociar presupuestos o no

A pesar de esta presión y de cambios como el de Gamarra por Álvarez de Toledo, Casado se ha mostrado inflexible. La bomba que detonó la exportavoz popular al anunciar su salida por una supuesta etapa de entendimiento entre Casado y Sánchez ha producido el efecto contrario. El PP se ha cerrado en banda a cualquier acuerdo con el PSOE, incluida la renovación de órganos judiciales, que parecía avanzada.

Casado, que según algunas fuentes intuye elecciones a medio plazo, dijo ante la Junta Directiva de su partido que el PP estará ahí para la emergencia sanitaria. Pero se negó a convertirse en, dijo, "una muleta" de Sánchez.

"No podemos formar parte de la gobernabilidad de Sánchez porque somos su alternativa", aseguró. "No hay pacto posible con quienes piden la abdicación del Rey, la independencia de Cataluña y el blanqueamiento de los batasunos (...) Nadie aspira a ser ministro de Sánchez, sino a derrotarle en las urnas". 

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