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Política

La cúpula de Podemos teme que Yolanda Díaz aproveche los problemas judiciales de Iglesias para asaltar el poder

Yolanda Díaz en el País Vasco con el Lehendakari Urkullu

Podemos vive en una encrucijada. El escrito del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón hizo tambalear los cimientos de la casa morada el pasado miércoles. Pablo Iglesias ha activado a sus colaboradores para buscar una salida, al menos en la comunicación política, antes de establecer una línea de defensa judicial. Al mismo tiempo, las voces que alertan sobre posibles traiciones ganan fuerza y las miradas se centran en la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.  

“Yolanda va por libre”. La frase va de boca en boca en las altas esferas de Podemos desde hace semanas. Pero el escrito del juez de la Audiencia Nacional y el temor a que el Tribunal Supremo acabe imputando al vicepresidente segundo han activado todas las alarmas. Hubo un encontronazo con la cúpula del partido ya en julio, después del batacazo en las elecciones gallegas. A partir de entonces, en Podemos creen que la ministra se ha quedado “sin partido” y que su acercamiento al PSOE es sospechoso.

Díaz se ha ganado la confianza de pesos pesados del Consejo de Ministros como Nadia Calviño y José Luis Escrivá: dos técnicos esenciales en la negociación de los fondos con Bruselas y que consideran la aportación de otros ministros morados al Ejecutivo como prescindibles. Y su figura va al alza desde hace varios meses. “Ha logrado seis acuerdos con los sindicatos y la patronal”, señalan sus defensores.

La ministra de Trabajo con otras ministras del PSOE y Pablo Iglesias

Apoyo de sindicatos y patronal

“Tiene el apoyo de los sindicatos, y esto es fácil, pero ahora incluso los empresarios la defienden”, agregan fuentes de Izquierda Unida y del ámbito sindical. Es decir, si Sánchez avanza en una remodelación del Gobierno después de los presupuestos (reducción de carteras, nuevos perfiles técnicos), Yolanda Díaz se perfila claramente como “intocable”, mientras que Iglesias empieza a cotizar a la baja.  

Dentro del partido morado, segmentos afines a Irene Montero han manifestado en más de una ocasión sus dudas sobre Díaz. Iglesias, de momento, intenta mantenerse al margen. Goza de una buena amistad personal con la ministra, pero algunos lamentan que la delegada de Trabajo “no sigue la línea”. Varias fuentes, que aseguran que "se palpa" en el ambiente el enfrentamiento de Díaz con otros miembros de Unidas Podemos, califican el choque con Montero de "la pelea de las peleas".  

El miércoles, cuando estalló el pánico tras conocerse el escrito del juez García-Castellón, Díaz fue la primera en reaccionar. Manifestó su apoyo personal a Iglesias. “Confío en él, el tiempo va a hablar”, dijo. Sin embargo, todas las fuentes consultadas rebajan el impacto de estas declaraciones. “Eso no es nada", sostiene uno de los dirigentes más veteranos de Podemos.

La "gira" de la ministra

Los encuentros de la ministra y sus viajes alimentan más sospechas. “Yolanda lleva semanas de gira. El miércoles estaba en el País Vasco, antes en Cataluña, Canarias… está creando un perfil propio”, acusan dirigentes del partido morado que recuerdan que la ministra no se ha sumado al ataque a la Justicia que impulsa Podemos.

Después del escrito de García-Castellón, que pide al Supremo abrir una investigación contra Iglesias por denuncia falsa, daños informáticos y revelación de secretos, el vicepresidente decidió contraatacar. Rechazó el jueves hablar de dimisión y tildó de “inconcebible” una imputación del Supremo. Aun así, la realidad es que en el partido hay mucha preocupación. Y empiezan las maniobras para afrontar la petición del suplicatorio al Congreso de la Sala de lo Penal del Supremo.

Iglesias espera que los socialistas se sumen a su cruzada. Intenta mezclar la investigación del caso Dina y del caso Neurona con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. El problema es que su situación judicial genera un cortocircuito frente a los intereses de la Moncloa.

Pablo Iglesias rechaza dimitir por el 'caso Dina' y se siente perseguido por sus ideas

"Es intocable"

Sánchez necesita ofrecer a la opinión pública una imagen de buena gestión y de recuperación económica, mientras que el vicepresidente empieza a enquistarse en sus asuntos personales. La Moncloa sabe que el debate público se centrará los próximos meses en la economía.

Hay que negociar los presupuestos, presentar las reformas a la Comisión Europea, negociar mes a mes su ejecución, buscar el apoyo de las Comunidades, trabajar codo con codo con los empresarios para la modernización… “Esto es como la entrada en la UE. Es un momento histórico y es patético que se tenga que hablar de la vida de Iglesias”, zanja un alto cargo del Ejecutivo de Sánchez.

De puertas afueras Díaz no tiene ningún interés en alimentar las voces que la describen como una alternativa a Iglesias. Pero en Podemos, donde están acostumbrados a traiciones y maniobras ocultas, creen que la situación judicial del vicepresidente es muy complicada y no quieren dejar espacio a la duda. Aunque sus defensores advierten: "Yolanda Díaz, en estos momentos, es intocable". 

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