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Política

Franco "pasea" a Marlaska mientras Carmona se deja querer para la Alcaldía de Madrid

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, Marlaska y Manuela Carmena, esta semana en Madrid

"No va por ahí", dice de manera enigmática una fuente muy próxima a Pedro Sánchez cuando se le insinúa la posibilidad de que el hoy ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acabe siendo el candidato del PSM a la Alcaldía de Madrid en las elecciones del 26 de mayo de 2019.

Irán o no irán por ahí los deseos del líder del PSOE, pero lo cierto es que el primer contacto de Sánchez con Marlaska, hace menos de un año y estando el primero todavía en la dura oposición a Mariano Rajoy, tuvo como objetivo convencerle de que aceptara la patata caliente que supone enfrentarse a la actual alcaldesa, Manuela Carmena, muy probablemente para quedar cuarto tras Podemos, PP y Ciudadanos.

Desde entonces han pasado muchas cosas. La principal, que Marlaska es hoy ministro del Interior por obra y gracia de quien hace meses le propuso cubrir un vacío que va para 30 años ya que el último alcalde socialista de Madrid, tras el histórico profesor Enrique Tierno (1979-85), fue Juan Barranco (1987-89)-.

En el PSM las bases quieren primarias y muchos dudan de que Marlaska acepte, primero, someterse al voto de la base; y si pierde, quedarse como teniente alcalde "en el mejor de los casos"

Tan es así, que muchos en la federación madrileña del PSOE dudan de que, aunque ahora coquetee con la idea, finalmente el ministro acepte bajar a un reto de tan incierto futuro "y cuyo único premio consistiría, en el mejor de los casos, en dejar de un ministerio de Estado para ser teniente alcalde en el equipo de Carmena". Eso, después de someterse a unas primarias internas que las bases del PSM no van a perdonar a Sánchez si estuviera pensando en improvisar algún tipo de dedazo, avisan fuentes consultadas por Vozpópuli. 

De momento, algo se ha movido esta última semana. De la mano del secretario general del PSM, José Manuel Franco, Marlaska estuvo en la agrupación de Chueca -bastión del colectivo LGTBI- con la titular de Justicia, Dolores Delgado, y con Ángel Gabilondo, entre otros. Oficialmente, los dos ministros iban a hablar de los 150 primeros días del Gobierno de Sánchez, pero todo el mundo estuvo con la lupa viendo desenvolverse al ministro del Interior candidato, "y no lo hizo mal", señala una de las fuentes.

Porque, para un partido diezmado por treinta años de bajas y derrotas electorales frente al PP, que todo lo lee en clave de familias y recuento de fuerzas en las agrupaciones, "el solo hecho de que Grande-Marlaska aceptara el ofrecimiento en estas condiciones es toda una señal".

Como también lo son las palabras de la ministra de Industria, Reyes Maroto, que en todas las quinielas aparece como participante en esas primarias, diciendo el martes 30 de octubre en RNE que ella está muy a gusto en su ministerio, pero también "a disposición del presidente" para lo que él quiera disponer. 

"Pedro Sánchez no puede fallar (con la elección) y lo sabe, se juega mucho, probablemente hasta que Gabilondo sea presidente de la comunidad", señalan algún dirigente. De ahí que todas las posibilidades estén abiertas, incluida la más remota: que el cabeza de lista en junio de 2015, Antonio Miguel Carmona, defenestrado como portavoz municipal a los dos meses de ser elegido por 249.152 madrileños, vuelva a ser cartel electoral. Él se está dejando querer y en privado no rehuye el reto, según diversas fuentes: "si me lo ofrecen, lo pensaré"

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