Opinión

Zuckerberg y otros cambios de sentido

Facebook y otras redes fueron herramientas de comunicación controlada que hicieron ganar mucho dinero

  • Mark Zuckerberg, fundador de Facebook -

Una proposición semántica: el izquierdismo es un modelo de negocio basado en la esclavitud. Unos pocos se hacen con el poder, ya con violencia, ya con democráticos votos -verdaderos o de puchero-, ya ocupando todas las instituciones para eliminar la separación de poderes, etc. En la fase inicial despliega procedimientos totalizantes de publicidad engañosa, a la cual también disfrazan de “educación”. En la fase de consolidación y perpetuación, la publicidad del izquierdismo -algunos la llaman propaganda y también adoctrinamiento- se hace ostensiblemente ofensiva para el sentido común. Cuando ya tiene control total de instituciones y de medios, el negocio izquierdista procede a la resignificación, esto es a cambiar el significado de palabras, hechos, historia, obras de arte, documentos, etc. Tal faena bien la podemos denominar como atentados semánticos. Así destruyen el conocimiento de la realidad y abocan a cada vez más gente a problemas de ansiedad y desorientación cognitiva y emocional.

El izquierdismo en el poder trabaja mucho en actividades que sirvan para extraer recursos de los antiguos ciudadanos pasados por la reconversión industrial de la esclavitud. Para el poder, la vida humana tiene un valor de uso discutible, cambiante, degradado y programable según las necesidades en las operaciones tácticas como valor de cambio (el precio), pues le resulta imprescindible tener sujetos manipulables y amenazados. La criminal gestión de las inundaciones en Valencia supone la puesta en práctica de una brutal reasignación de sentido que se puede resumir así: los impuestos son para financiar a la banda que ha ocupado el poder y nunca para ayudas de emergencia ni para infraestructuras que puedan salvar vidas y haciendas en el futuro. Por la vía del cambio de sentido la gente genera connotaciones tan sarcásticas como doloridas para referirse al latrocinio institucionalizado: “no es magia, son tus impuestos”.

Facebook y otras redes fueron herramientas de comunicación controlada que hicieron ganar mucho dinero a las farmacéuticas y a los políticos sobornados al prohibir que se informara de que no hubo fundamento científico para las barbaridades que se impusieron a la población

Resulta que significado y sentido son asuntos bastante distintos. El sentido es la intención, consciente o inconsciente, de quien genera y transmite significantes y es también lo que el significante hace sentir en la subjetividad de cada cual. Si el significado del término impuestos es el de que se nos impone por coacción una sustracción de nuestras propiedades, tras la política de hechos consumados de la banda antiespañola que gobierna, la gente está perfectamente legitimada para decidir que no tiene ningún sentido pagar impuestos, amén de otras posibles medidas en defensa propia. La indignación también crea sentido.

Veamos otro fenómeno semiótico relevante. Zuckerberg hace campaña de acomodación del sentido de Meta a las nuevas circunstancias, como Disney o BlackRock, entre otros. En publicidad, esto se llama reposicionamiento de la marca. Las declaraciones de Zuckerberg definen las perversiones de su negocio. Ha dicho que la administración Biden le ordenó censurar cosas que afectan no sólo a los norteamericanos sino a todo el mundo. Facebook y otras redes fueron herramientas de comunicación controlada que hicieron ganar mucho dinero a las farmacéuticas y a los políticos sobornados al prohibir que se informara de que no hubo fundamento científico para las barbaridades que se impusieron a la población. Mucha gente le da un nuevo sentido al significante “pandemia”, creando el de “plandemia”.

El 'capitalismo de la vigilancia'

Dos cosas: 1) Las empresas de telecomunicación digital, gracias a los confinamientos, consiguieron un aumento exponencial de datos de la gente aislada y sometida a las mentiras, al miedo y a las amenazas. Para el año 2022, los ingenieros de la IA se felicitaban por los espectaculares avances conseguidos desde 2020. 2) Millones de pequeñas y medianas empresas cerraron, con lo que fortalecieron a las grandes multinacionales que vieron así eliminada a la pequeña competencia de los negocios locales. Añádanse impuestos confiscatorios para completar la destrucción. Los modelos de negocio de las grandes corporaciones digitales y del izquierdismo pueden compartir objetivos y procedimientos. Y Sánchez se siente protegido, puede vivir del negocio izquierdista y también del “capitalismo de la vigilancia”, según definición de la profesora Shoshana Zuboff.

Lo de Zuckerberg es para reflexionar. Echa la culpa a Biden de sus propias fechorías, y se ampara en la pestilente “obediencia debida”. ¿Teme el advenimiento de algo equivalente a los juicios de Nuremberg? Víctimas no faltan y abogados dispuestos tampoco. ¡Qué gran aportación semántica de Hannah Arendt: “la banalidad del mal”! El control social antihumano y la resignificación no cesan. La UE cancela la democracia en Rumanía y amenaza a los alemanes para que no apoyen proyectos patrióticos. Es coherente con el Foro de Davos: crear una conciencia colectiva de rebaño. Quieren acostumbrar a la población, mediante monitorización digital y controles biométricos, a que prescinda de la libertad, del pensamiento propio y del dinero en efectivo. En la UE, “democracia”, “libertad de expresión” o “desinformación” significan lo que la UE dicta en cada caso. Consecuencia: la gente se pregunta qué sentido tiene la UE. La pregunta se va a hacer mucho más angustiosa tras el cambio de rumbo geoestratégico que impulsa Trump. Europa queda como almacén con síndrome de Diógenes, basurero ideológico de lo que ya han barrido en USA.

Anuncia la resignificación del Valle de los Caídos. Eso implica que quiere que, en lugar de su sentido civilizador como monumento a la reconciliación y al honor por los caídos de ambos bandos, sea un espacio de barbarie vengativa

Está por ver si Estados Unidos consigue crear un modelo sólido de restauración civilizatoria. La salida de la OMS y de la farsa climática o la vuelta a la semántica de la diferencia sexual -hombre y mujer- son buenos cimientos.

En el diccionario Sánchez-español, que es similar al de Maduro-español, ser líder internacional anti Trump significa acelerar la destrucción de España. Sánchez quiere ser el gran descristianizador de España para continuar el proyecto del Frente Popular, agradar a los abyectos enloquecidos del Foro Económico Mundial y al belicoso islam. Anuncia la resignificación del Valle de los Caídos. Eso implica que quiere que, en lugar de su sentido civilizador como monumento a la reconciliación y al honor por los caídos de ambos bandos, sea un espacio de barbarie vengativa, sin sentido, para poder derribar la cruz. Y es que la cruz no es un significante de significado moldeable -que más quisieran-, es un símbolo cargado de sentido, no tiene resignificación posible y por eso su banda no para de deslizar la idea de que debe ser destruida, incluso con atentados no semánticos.

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