Opinión

La propaganda china que no puede hacer Sánchez

Hubiera preferido ver vídeos de tanques, camiones del ejército, coches de bomberos, helicópteros militares y decenas de miles de soldados cargando con palas

  • Miles de voluntarios acudieron a Valencia. Sánchez salió corriendo. -

Hace unos días tuvo lugar un terremoto en el Tíbet. Vi un vídeo del Gobierno chino en el que movilizaba una cantidad de medios brutal y que, en menos de seis horas, llegaba a la zona catastrófica, a pesar de que esta es de difícil acceso y se halla a unos 4000 metros de altitud. Es un vídeo en el que el presidente chino hace un alarde de medios y presume ante el mundo de su capacidad de respuesta. No me cabe ninguna duda de que para su Gobierno, como para tantos otros, supondría una ofensa y una vergüenza que otros países le ofrecieran el envío de ayuda.

Había muchos comentarios sobre estas imágenes. Muchas personas afirmando que es solo propaganda, que al Gobierno de China no le importa su gente. No seré yo quien les dé la razón ni diga lo contrario, pero me resultan curiosas estas afirmaciones, cuando en nuestro propio país tenemos un partido a la cabeza que se hace llamar a sí mismo el partido de la gente, pero que no puede hacer un vídeo parecido ni aunque quiera.

La vergüenza, la impotencia y la frustración nos las tuvimos que tragar los españoles, sabiendo que el orgullo del presidente de esta nación solo asoma cuando le mentan a la mujer

La propaganda que hace nuestro Gobierno de su reacción ante una catástrofe, para ganarse los favores de la gente, no es enseñar a la población las docenas de camiones militares y de bomberos, helicópteros de última generación y los miles de soldados desplazándose para ayudar a las víctimas de la antojadiza naturaleza. Lo que hace nuestro amado líder es salir ante las cámaras, con su cara bonita, y hablarnos a todos los españoles de la incompetencia del presidente de la Comunidad, cuando este se queja de que se entreguen 24 millones de euros en ayudas directas del Gobierno español para Gaza, pero cero para los valencianos. Esa es la propaganda política a la que nos tienen acostumbrados todos. Señalarse los unos a los otros, descalificarse y crear nuevas reglas para el juego de la patata caliente, donde los únicos que perdemos siempre somos los ciudadanos.

Poco le importó a Sánchez que otros países le ofrecieran ayuda en los primeros días del paso de la gota fría en Valencia, debido a las lamentables imágenes que recorrieron el mundo entero, mostrando a los valencianos totalmente abandonados a su suerte. La vergüenza, la impotencia y la frustración nos las tuvimos que tragar los españoles, sabiendo que el orgullo del presidente de esta nación solo asoma cuando le mentan a la mujer.

Menos aún pareció importarle que se viera por todo el mundo que quienes acudieron a socorrer a las víctimas fueron sus propios vecinos. Vecinos tanto de pueblos cercanos como de comunidades autónomas lejanas, pero vecinos todos, al fin y al cabo. Su agradecimiento para los voluntarios movilizados fue etiquetarlos de extrema derecha, ante toda la nación.

Quizá al presidente chino no le importe la gente y solo le mueva su orgullo y su afán de demostrar su capacidad de medios, de movilización y de gestión. Pero cuando lo comparamos con el presidente del Gobierno de España, no hay asomo de orgullo y ni siquiera puedo poner ese quizá. Todo se queda en que no le importa la gente.

Tenemos un presidente y un Gobierno que no están a la altura tan siquiera de un dictador comunista, pero nos quejamos de las malas artes propagandísticas del segundo, mientras el primero tira de chequera para Gaza, Mauritania, Marruecos

Está la cosa complicada a la hora de elegir gobernantes, porque lo ideal sería poder elegir unos que se preocuparan por la gente y que actuaran en consecuencia. Pero si tuviera que elegir entre quien salva a su pueblo con un único fin propagandístico y quien no lo salva, me temo que gana el primero, aunque sea un dictador reconocido mundialmente.

Lo más triste de todo es que tenemos un presidente y un Gobierno que no están a la altura tan siquiera de un dictador comunista, pero nos quejamos de las malas artes propagandísticas del segundo, mientras el primero tira de chequera para Gaza, Mauritania, Marruecos y cualquier otro lugar que no sea el de su propia gente. Chequera cuyos fondos salen de nuestros ahorros y sacrificio, no lo olvidemos.

Me pilla esto ya muy cansada, amigos. Estoy cansada de ver cómo nuestros políticos se insultan, se menosprecian, se atacan, mientras sus bolsillos se llenan y los nuestros se vacían. Me harta este teatrillo sin sentido, en el que todos parecen muy enfadados por los problemas de la vivienda, de la economía, del paro, de la inseguridad y la violencia… Y señalan a los de arriba como culpables, sin darse cuenta de que los de arriba son ellos y los que no llegamos a final de mes somos nosotros. Hubiera preferido ver vídeos de tanques, camiones del ejército, coches de bomberos, helicópteros militares y decenas de miles de soldados cargando con palas, antes que ver a nuestros monarcas con los rostros manchados de lodo y a nuestro Adonis presidencial huyendo como alma que lleva el diablo.

Pero a veces una no puede elegir a sus gobernantes, por mucha urna que te pongan delante.

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