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Opinión

Florentino, Serrano y los pocos hombres que le quedan al presidente

Banqueros y empresarios energéticos dan la espalda a Pedro Sánchez en la presentación de su plan contra la guerra. Demasiado resquemor y preocupación por los 'hachazos' que se avecinan

Pedro Sánchez saluda a Florentino Pérez y a Alicia Koplowitz, entre otros empresarios. EP

No estaban todos los que son, sólo los que no tenían más remedio que estar. Pedro Sánchez ha pinchado de nuevo con su convocatoria a los mandamases del Ibex, que se mueven entre el recelo, el resquemor y la sensación de que al presidente del Gobierno le quedan los días contados. Los empresarios piensan en una foto muy distinta a la que perseguían este lunes Félix Bolaños y Óscar López: lo que más de uno vislumbra ya en el horizonte es la 'foto finish' de la legislatura.

Por el Auditorio 'El Beatriz' de Madrid, donde se presentó el Plan de Respuesta a la Guerra, pasaron quienes no tenían escapatoria por sus vínculos directos con el Ejecutivo, al que le deben, precisamente, su actual cargo y su elevado salario. Acudió puntual a la cita el presidente de Aena, Maurici Lucena, ex diputado y portavoz del grupo parlamentario socialista en el Parlamento de Cataluña. Y, cómo no, el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, el mejor fontanero que tuvo Sánchez en su carrera ascendente desde el destierro a La Moncloa.

Tampoco tenían fácil poner excusas los directivos que presiden compañías cuyos ingresos dependen algo -o mucho- de la Administración. Este es el caso de la presidenta de Red Eléctrica de España, Beatriz Corredor, quien también podría figurar en el párrafo anterior por su relación con Sánchez. La exministra llegó al puesto, remunerado con 546.000 euros, por decisión del Ejecutivo, haciendo valer la participación del Estado (20%) en el capital de la compañía. En circunstancias similares, pero sin dedazo de por medio, se encuentra el presidente de Enagás, Antoni Llardén, quien asistió a la presentación e intervino en una mesa de debate.

Los empresarios piensan en una foto muy distinta a la que perseguían este lunes el presidente del Gobierno: lo que más de uno vislumbra ya en el horizonte es la 'foto finish' de la legislatura

El tercer grupo de asistentes VIP era poco nutrido y lo componían empresarios que pueden sacar tajada, directa o indirectamente, de los millonarios fondos europeos. Acudieron a la llamada del líder socialista el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete; el de ACS, Florentino Pérez; y la actualmente consejera de FCC Esther Alcocer Koplowitz, quien mandaba en la constructora hasta que se cruzó por medio Carlos Slim.

A parte de algún rostro conocido más, llamaban la atención más las ausencias que los presentes en el auditorio madrileño. Y lo más sorprendente es el doble vacío que hicieron a Sánchez los empresarios energéticos y los banqueros. Ni rastro de Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Francisco Reynés (Naturgy), José Bogas (Endesa) o Antonio Brufau (Repsol), habituales algunos de ellos en actos de tal postín en el pasado, pero demasiado preocupados en el presente por las 'malas' intenciones del Gobierno.

No en vano, entre las medidas que ya están pasando a limpio los 'escribas' de Moncloa están el recorte de la retribución de las renovables, la revisión de los beneficios caídos del cielo o el zarpazo a las petroleras, que deberán apechugar con una parte de la bonificación de los carburantes.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Foto de familia de la presentación del plan económico de Pedro Sánchez contra la guerra.EP

Tampoco había banqueros, ni siquiera Ana Botín, otra de las Ibex que se ha dejado fotografiar en alguna ocasión en las presentaciones orquestadas desde Moncloa. También rechazó la invitación Carlos Torres (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), y el más veterano de todos, Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa. En la banca hay estos días más malestar con el Gobierno que ganas de figurar en sus eventos, como cuenta en Vozpópuli David Cabrera: "Están yendo muy tarde en todo".

Y, una vez más, se quedaron atendiendo sus muchos menesteres los empresarios familiares que se juegan 'su' pasta cada día en esta España revuelta, con el dueño de Mercadona, Juan Roig, a la cabeza. Por motivos de agenda, por falta de tiempo o porque no les dio directamente la gana, los grandes empresarios han preferido observar desde la barrera los próximos pasos del Ejecutivo.

Pocos querían hacerse una foto con un presidente que, probablemente, les va amargar el día este martes, cuando el Consejo de Ministros publique la letra pequeña del plan para evitar que España no se hunda -más de lo que está- con la guerra de Putin.

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