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Opinión

El coeficiente intelectual de Yolanda Díaz

Yolanda Díaz
Yolanda Díaz. Gabriel Luengas / Europa Press

La inteligencia es un bien escaso aunque pocos lo advierten o reconocen. Pensamos que somos inteligentes. Admitimos los fallos de memoria, eso sí, pero nadie echa de menos ser más listo, que no es lo mismo que desear saber más.

La inteligencia se mide por la capacidad de resolver ante hechos favorables o adversos, pero resulta que solo un 2% de la población tiene un cociente intelectual (CI) superior a 130, umbral para entrar en la lista de superdotados. Entre 90 y 110 uno puede darse por satisfecho.

¿Y qué decir de los que rondan los 60? La lengua les reserva una retahíla de adjetivos más o menos ajustados a sus carencias. Para unos bien podría servir mameluco, zoquete o adoquín. Para quienes las muestran con abuso de voces malsonantes, deslenguado o maldiciente. No faltarían los patanes y cenutrios. Para los cortos de mollera en general, y no quiero decir en quién estoy pensando, sirve palurdo, berzotas o gaznápiro. Menos afortunados son los que inspiran por su rostro, carapán, carapiña o caracandado, que le viene al pelo a un popular político. A las mujeres choni que hablan indignadas y a gritos les cae de lujo bocachancla y bocabuzón. Otros se quedan, de manera más humilde, en cantamañanas o zascandil. Esto en lo que se refiere a los suspensos, a esas personas que facilitan entender lo difícil que resulta salir de la adolescencia.

En el lado de las mentes bien armadas, parece como si un coeficiente alto fuera exclusivo de grandes científicos, pero no es así. Y como ya podemos dar nombres propios, diremos que el actor James Woods, ¡pásmense!, alcanza un CI de 180. El cineasta Quentin Tarantino, 160. La actriz Sharon Stone, 152. París Hilton y Arnold Schwarzenegger están en los 135, seguidos de una larga lista de destacados. A la gente inteligente le resulta fácil pasar desapercibido porque sabe qué decir y qué callarse. A los tontos se les nota todo porque el deseo de parecer listos y hacer declaraciones los delata. Y a eso quería llegar.

Doña Yolanda vive en su mundo, en un pisito de 443 m2 del madrileño paseo de La Castellana, con ideas tan peregrinas como sentirse comunista y subir el SMI unos eurillos para que los pobres, que ella no sabe dónde están ni lo que son, vivan mejor

No contamos con medios para medir la inteligencia de nuestros políticos salvo fijarnos en ciertas habilidades elementales como la percepción, la atención, la memoria, la planificación y sobre todo el lenguaje, y en cómo se enfrentan a los desafíos. La otra solución sería aplicarles el test de CI. ¿Se dejaría la señora Díaz? Pensará, claro, conocido el resultado, que eso no puede ser verdad, que eso no vale para nada. No haría falta llegar a tanto, yo la sometería a un dictado de cuarto de la ESO para comprobar su ortografía, porque las carencias de su expresión oral nos conducen directos al suspenso. Consta que sabe leer y escribir, pero en lectura de libros fijo que es escasita, porque las personas perspicaces tienen ambición por curiosear, sed de conocer, dotes para comprender, presteza para preguntar y agilidad para aprender, y la señora Díaz no encaja en ese modelo.

Doña Yolanda vive en su mundo, en un pisito de 443 m2 del madrileño paseo de La Castellana, con ideas tan peregrinas como sentirse comunista y subir el SMI unos eurillos para que los pobres, que ella no sabe dónde están ni lo que son, vivan mejor. Como no los tiene por vecinos, no entendió que con sus medidas condenaba al paro a 270.000 trabajadores (según informe del Instituto Juan de Mariana), gente humilde de pequeñas y medianas sociedades radicadas en barrios de provincias de modesta estructura económica.

Falsear estadísticas

Como el universo de doña Yolanda son los barrios ricos, que los otros no los frecuenta, no puede ir más lejos, salvo en el Falcon, claro, que consta que es aficionada a usarlo. Díaz se siente orgullosa de subir un 73% el salario mínimo sin pensar en si destroza o no el trabajo. Para evitarlo, falsea las estadísticas y llama fijos discontinuos a quienes de vez en cuando hacen una chapuza. Si la dejamos pensar más, se le ocurren ideas tan peregrinas como el cierre temprano de los restaurantes o el control del vapeo.

La indagación es el motor de la inteligencia, la sed constante de conocimiento, pero doña Yolanda es ajena a esas cosas porque ella ya se sabe todo y no necesita esa habilidad llamada pensamiento crítico, ni siquiera tiene capacidad, si juzgamos cómo se expresa, para analizar la información de manera objetiva, evaluar evidencias, utilizar el razonamiento lógico y sobre todo la reflexión para llegar a conclusiones fundamentadas. Acabará como Pablo Iglesias montando un bar, pero en su barrio, para saludar a los camaradas ricos.

Acertado estuvo el filósofo francés Alain Chartier cuando escribió que nada es más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una.

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  • A
    Auraz

    Mire, estoy de acuerdo, pero hay mucha gente a la que nos se le puede decir la verdad simplemente porque no tienen capacidad para comprenderla. Prefieren (tal parece) que les regalen los oídos con mentiras. Recuerdo un memorable - por trágico- debate entre el candidado a ministro de economia del PP (Pizarro creo) y Solbes en el que aquél dio una verdadera clase de economía bien explicada y coherente frente a Solbes que soltó una perorata de idioteces, manipulaciones y mentiras impresionante y sin embargo ganó el debate. Es lo que hay.

  • M
    Manchego no nacionalista.

    "Acertado estuvo el filósofo francés Alain Chartier cuando escribió que nada es más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una.".

    Lo que no especificó Alain Chartier es que al que tiene "una sola idea"
    se le conoce por " IDIOTA y viene del griego ἰδιώτης idiṓtēs , del griego
    antiguo, uno, personal.

    También suelen decir las leyendas urbanas, que los seres humanos
    más torpes, son los que tienen dos neuronas, para distinguirlos de
    los caballos que sólo tiene una y por eso se cagan en los desfiles.

    Ahora bien, de la "Barbie Gallega, no está constatado documentalmente,
    que no se mee en las bragas tras sus discursos.

  • M
    maullador

    Los políticos españoles, con honrosas excepciones,son mayormente personas cuyo mérito principal es pertenecer al partido mucho tiempo, ser fieles escuderos del líder del momento, y no haber trabajado nunca en la empresa privada.
    Si llegan al gobierno se les asignan carteras que no guarda relación con sus conocimientos o preparación si es que la tienen, mayormente se premia el servilismo y sirven de floreros, o para crear leyes que perjudican más que ayudan,prima el sectarismo,la mala educación y solo les importa mantenerse en el cargo el máximo tiempo posible, por supuesto por los errores o la incompetencia nunca dimitiran y les importa nada los ciudadanos,sólo que les voten sus hooligans.

    • M
      Manchego no nacionalista.

      Has definido muy acertadamente lo que es un "político" en España.

      Es una pena que Franco que tantas cosas hizo bien a demás
      de los pantanos, la Seguridad Social, la lotería, las pagas de
      julio y diciembre, las casas baratas, el pluriempleo, la fe en
      el futuro o los sindicatos como los de ahora, por no citar
      la Monarquía, no dedicara más tiempo a diseñar como
      iba a ser el transito desde una "dictablanda" a una "dictadura",
      nos hubiéramos evitado muchos errores de procedimiento
      y sin duda nuestra "democracia" sería mejor.

    • A
      Auraz

      Me llama la atención que haga usted lo que tantos y defina las características de un "político" como si fuese lo mismo que decir un delfín por ejemplo. Existen políticos ladrones, mentirosos y corruptos y otros que son buenos administradores, gestionan bien lo público -que es para lo que están- y son serios y honrados. Los hay que son chorizos vagos y hay otros que realmente tienen vocación de servicio. El problema es que los corruptos y chorizos también unen a estas -"cualidades" las del engaño y la manipulación que, por desgracias, les funcionan muy bien.

  • U
    Ulysses

    Juntar en un titular "Cociente intelectual" (lo de "coeficiente" es incorrecto) y "Yolanda Díaz" es un ejemplo de conjuntos en los que no hay, ni cabe, ningún tipo de intersección. Es como hablar de dos cargas que se repelen, a pesar de que una es positiva y la rubia teñida muy negativa.

  • Z
    Zafariche

    Ha de tener cuidado la sra. Yo—Yolanda, pues creo que ella usa la plancha todos los días en su «chabolo», como un día dijo en TVE chavista—bolivariana. No sabemos a quién se «plancha», pero como doble el gaznate hacia el suelo buscando la plancha, tendrá la muerte del loro. ¡Picos asesinos!

  • O
    Orencio

    Muy inteligente posiblemente no sea, pero ha demostrado que puede vivir del cuento con notable aprovechamiento. Nada menos que de vicepresidenta. Y los mejores emigrando. Por favor, qué país.

  • Z
    zan

    hola. estoy en un tren.

  • H
    HUNTER

    Tendrá un coeficiente de 75 y pensará que es un notable alto

  • D
    Derry

    Su cociente intelectual es similar al de sus idiotas votantes; al fin y al cabo, idiota vota a idiota.

  • A
    Aquiles

    A la Abrazadora , Besucona , achuchadora oficial del Reino de España ....ya la van a echar , en cuanto pasen las elecciones Vasca y Catalana ...

  • D
    Derry

    Podemos concluir que su IQ está entre 0 y nada; vamos, al mismo nivel que el búfalo cafre.

  • P
    Pingasso

    Va de eso....de cargarse las pymes y que las grandes multinacionales se queden con su mercado, al igual que poniendo trabas a los alquileres lo hacen por el bien de la gran banca, que ante el envejecimiento de la población y ausencia de negocio busca que la gente se hipiteque

  • N
    NormaDin

    La tucana es un horror como lo son todos y cada uno de los payasos comunistas incrustados en las instituciones; como dijera un poeta comunista de otra época, aquí no se salva ni Dios.

  • A
    ANTONIO CRESPO

    Cuando uno no sabe de economía es un ignorante, cuando los que no saben son cientos de miles se llama IDEOLOGÍA.

  • S
    syloxozi

    Salvo muy contadas excepciones, los políticos son mediocres con ambición. La política es la vía que explotan los mediocres para escalar socialmente. La señora Yolanda Díaz es un buen ejemplo y el señor Amancio Ortega un buen contra ejemplo.
    Además, el cuerpo social en este país es mas bien tendiendo a inculto cuando no a algo peor, y los políticos son un buen reflejo de ello. Y al ser personas muy expuestas a la opinión pública, al igual que los famosos, enseguida se les nota el pelo de la dehesa.
    Ambos factores se complementan pues es la proverbial incultura de nuestra sociedad la que encumbra a estos mediocres, que por mucha ambición que tuvieran nunca llegarían a nada si la gente no se dejara engañar tan fácilmente.
    El tópico de "tenemos los políticos que nos merecemos" es obvio, por eso es un tópico.
    Pero bueno, de buen nacido es cuidar de sus hijos tontos.

  • V
    vallecas

    Yolanda Díaz es una historia de éxito "personalizado" (que diría ella). Su familia, sus amigos tienen que estar muy orgullosos de ella. Ella misma, tiene que estar muy satisfecha, "soy la Vicepresidenta del Gobierno de España. ¡¡Toma ya¡¡".
    Yolanda es la vaciedad absoluta. La pregunta que nos debemos hacer como país, como sociedad es , ¿Cómo es posible que una persona así llegue a esas cotas tan altas de la política? ¿Cómo es posible que una persona tan hueca haya tenido un éxito personal tan arrollador?.

    El futuro es un problema para todos. Yolanda, de momento, está viviendo en un "sueño".

  • L
    Leonidas

    En general en este gobierno son todos o lerdos o malos, y no sé qué es peor. Por cierto, para vivir de los que pagamos impuestos, son listos, aunque creo que es que nosotros somos muy tontos