Quantcast

Opinión

Mentiras, grandes mentiras... y muertos

La imagen de la tragedia: un aparcamiento reconvertido en depósito funerario

El escritor estadounidense Mark Twain opinaba con sorna que "hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas", lo cual viene como anillo al dedo en este asunto de los muertos por coronavirus, pasto de comentarios de todo tipo desde que un portavoz de las funerarias españolas alzó la voz para decirnos que no les cuadran las cifras ni de lejos porque con 1.700 féretros diarios "no damos abasto".

Luego echó sal gorda en la herida el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, acusando al Gobierno, nada menos, que de dar "una orden para ocultar el número real de muertos", sobre todo los más ancianos en residencias en las primeras semanas del brote. Pero, aún así, seguimos mirando para otro lado más que nada para disimular el pánico que nos produce que el virus esté a las puertas de nuestra ciudadela particular.

Contradicción escandalosa

Pero este lunes ocurrió un hecho que hizo imposible seguir manteniendo esa actitud social a pesar de la sospecha que nos infunden intervenciones como las de los funerarios o Monago y, también, por qué no decirlo, ver imágenes de decenas féretros apilados en los almacenes de los tanatorios como si fuera un Leroy Merlín cualquiera. Dos notas de prensa oficiales escandalosamente contradictorias entre sí nos hicieron reaccionar como lo haría cualquier otra sociedad civilizada. 

Una, el balance oficial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, donde se asegura que en marzo en esa comunidad se produjeron 1.921 fallecimientos "sospechosos de ser compatibles con Covid", y otra, del Ministerio de Sanidad, con el balance estatal diario reduciendo esa cantidad a 1.132, casi 800 muertos de diferencia (!!). Ahí es nada 800 muertos perdidos en la mentira estadístico de la que hablaba Twain.

El tema es tan aberrante en sí mismo para una sociedad que se tiene por humanista que el propio Ministerio de Justicia ha tenido que salir al paso de la sospecha/certeza ordenando a los registros civiles que le informen diariamente por e-mail de todos los muertos anotados en libros durante la jornada, especificando sonde se ha producido el óbito: hospital, domicilio... o residencia de ancianos

Porque aquí está la clave del escándalo. En las primeras semanas se han contabilizado solo los muertos en hospital. Como Francia o Alemania y otros países europeos, por cierto, que mejor no mirar a una China que declara solo 3.400 muertos en una ciudad, Wuhan, de varios millones de habitantes y cientos de miles de ellos infectados.

No creo que haya una "orden" de Sánchez para ocultar muertos. No le hace falta en esta España tan de ese siglo XIX que todavía apunta a mano los muertos en los libros del Registro Civil

Sinceramente, no creo que haya una "orden" de Pedro Sánchez como tal. ¿Para qué? No le hace falta en esta España tan de ese siglo XIX que bien relató Larra, donde los registros civiles no están todos informatizados -llevan más de una década intentándolo- y todavía se siguen apuntando a mano en los libros las defunciones, como revelaba este domingo mi amigo y compañero Tono Calleja en un espléndido reportaje.

Si acaso, lo único que hacen el presidente del Gobierno y sus ministros es aprovechar la incuria, la modorra patria, para edulcorarnos una realidad jodida por demás que conoceremos en toda su crudeza, no tengan duda, cuando el Instituto Nacional de Estadística y en censo ofrezcan en 2021 los datos a cierre de 2020 y podamos cruzarlos con los de 2019.

Pero para entonces ese será un temor menor -el muerto al hoyo y el vivo al bollo-, horrorizados como estaremos, me temo, salir de la recesión económica que se nos avecina: millón y medio de muertos vivientes en el paro a punto de acabar el subsidio del paro y abocados a las ayudas asistenciales, la famosa renta mínima, de poco más de 400 euros al mes. Entonces las mentiras estadística serán otras.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.