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Los políticos hacen campaña en TV: del patinazo de Sánchez al accidente de Rivera y Soraya

Pablo Iglesias, durante su entrevista en 'El Hormiguero'

Dicen los expertos en política que una buena parte del electorado valora más la simpatía de los candidatos que el contenido del programa de sus partidos. Es decir, que en la sociedad pesa más la campechanía que las propuestas. Más allá de evaluar la desazón que pueda producir esta teoría, lo cierto es que los asesores de campaña de los políticos españoles la han interiorizado, como se demuestra en que esta semana varios de los rostros con más opciones de ocupar los más altos despachos del Gobierno durante la próxima legislatura hayan recurrido a la televisión para hacer campaña en programas que, en principio, están pensados para que exhiban su lado más amable. Algunos, como Soraya Sáenz de Santamaría o Albert Rivera, sufrieron algún percance. También Pedro Sánchez, aunque, en este caso, recibió más daño su reputación que su físico.

El líder de los socialistas acudió a Televisión Española para participar en un especial informativo en el que se sometió a las preguntas de la periodista, Ana Blanco, y de doce ciudadanos elegidos por TVE. Durante el programa, el candidato derrapó al atribuir a su partido la Ley del Divorcio, aprobada en 1981 durante el segundo mandato de UCD. "Hace muy poco tiempo, anteayer, como quien dice, en España no había divorcio. Y fue un partido socialista (PSOE), en un Gobierno socialista, con Felipe González, quien lo aprobó”, aseguró, en una respuesta que provocó una reacción instantánea de las redes sociales. A las pocas horas, al ser preguntado por el motivo de su error, Sánchez se justificó, al precisar que, en el momento en que se aprobó esa normativa, sólo tenía 9 años.

El espacio lo vieron 2,2 millones de espectadores y registró un 11,1% de cuota de pantalla, algo superior a la media de La 1 (del 10% en octubre), pero por debajo del seguimiento que tuvo Rajoy durante su comparecencia en el mismo especial informativo el pasado 26 de octubre, de 2,4 millones de personas (12,4% de share). Es decir, en este aspecto, el presidente ganó el pulso la jefe de la oposición. Eso sí, en ambos casos se vieron superados por El Intermedio y El Hormiguero.

'El Hormiguero' batió su récord histórico de audiencia con la entrevista a Pablo Iglesias

Por este último programa, el de Pablo Motos, han desfilado últimamente los tres candidatos de PSOE, Ciudadanos y Podemos, además de la número 2 en Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría. El último en hacerlo ha sido Pablo Iglesias, que no bailó, como la vicepresidenta, pero tocó con la guitarra un tema de Javier Krahe. Eso sí, no fue Cuervo ingenuo, como ha hecho en anteriores ocasiones. Quizá por innovar. O quizá por la posición de su partido, favorable a respetar los acuerdos con la OTAN, al contrario de lo que defendía hace unos meses. Vamos, como ocurrió con Felipe González, a quien está dirigida la letra de esa canción.

El paso del líder de Podemos por El Hormiguero no estuvo exento de polémica, puesto que el presentador le animó a podar un árbol en cuyas hojas aparecían escritos una serie de temas (Ley Mordaza, Valle de los Caídos, Monarquía, etc.) sobre los que Iglesias debía mostrar su acuerdo o su desacuerdo. En el segundo caso, arrancaría la hoja. Pues bien, tras cortar una en la que figuraba la palabra “Monarquía”, Motos dio paso a publicidad y, cuando finalizaron los anuncios, el árbol había desaparecido, lo que fue interpretado por muchos como una posible censura. Más allá de esta cuestión, lo que está claro es que Atresmedia sacó provecho de la visita del político de la formación de extrema izquierda, puesto que El Hormiguero batió su récord histórico de audiencia.

Deportes extremos en campaña

Otro de los espacios que tradicionalmente han elegido los políticos españoles para demostrar su pericia más allá del estrado y la mesa de reuniones es el presentado por Jesús Calleja. No hay más que recordar la participación en el programa de José Luis Rodríguez Zapatero, que, bastón en mano, realizó una ruta por los Picos de Europa junto al aventurero  en 2008. O la de Pedro Sánchez, a quien los espectadores pudieron ver el pasado diciembre colgado de la hélice de un aerogenerador. Recientemente, han sido Sáenz de Santamaría y Albert Rivera los que han participado en Planeta Calleja, en dos ediciones del programa que aún no se han emitido. Y, en ambos casos, han sufrido accidentes, aunque sin consecuencias.

El candidato de Ciudadanos decidió competir en un rally junto al presentador leonés, pero durante la prueba perdieron el control del automóvil y dieron varias vueltas de campaña. La vicepresidenta también tuvo un percance durante un viaje en globo aerostático que terminó de forma precipitada, después de que el aparato chocara contra la copa de un árbol, supuestamente, por una ráfaga de aire traicionera.

Negociación sobre los debates electorales

Otro asunto importante, relacionado con la televisión, que ocupa estos días a los fontaneros de los partidos políticos es el de los debates que se realizarán durante la campaña electoral. Y, como era de esperar, la polémica no ha tardado en aparecer. Principalmente, porque las cadenas privadas han ofrecido a PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos la celebración de un coloquio a cuatro bandas en el que estén representados sus candidatos a la Presidencia del Gobierno. En las fuerzas de la oposición ha habido, como mínimo, predisposición para negociar. Pero Mariano Rajoy no quiere oír hablar de una cita de estas características y a lo único que se ha ofrecido es a mantener un cara a cara con Pedro Sánchez.

De momento, se barajan varias opciones. Desde un debate entre los portavoces de ocho partidos, que se ha ofrecido a dirigir Televisión Española, hasta varios vis a vis informales que quiere retransmitir Antena 3. Ahora bien, la única cita confirmada es el coloquio entre Rivera, Sánchez e Iglesias que se retransmitirá en la web de El País.

Juan Luis Cebrián no se ha resignado a quedarse sin el protagonismo que Rajoy le había arrebatado para estas elecciones tras negarle un canal de TDT y ha organizado un encuentro  al que el PP ha declinado asistir. Cuentan fuentes acreditadas del sector que el presidente ejecutivo de Prisa tuvo esta idea para vengarse del Gobierno tras no darle una licencia para la televisión en abierto, a sabiendas de que Rajoy se negaría a asistir. Y, de momento, lo que ha conseguido es poner en un aprieto a los populares, cuya silla se quedará vacía en el debate. Desde luego, hay cosas que nunca cambian.

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