Ruth Gómez.
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En España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social del informe AROPE se sitúa en un preocupante 26%, la cuarta más alta de Europa, solo por detrás Rumanía (34,4 %), Bulgaria (32,2 %) y Grecia (26,3 %). En otras palabras, más de una cuarta parte de la población de nuestro país vive en situación de privación material severa o en hogares con intensidad de trabajo muy baja.
Uno de los problemas asociados a la escasez de recursos materiales es que condena a quienes la padecen a sufrir dificultades de acceso a derechos fundamentales, como una vivienda digna, una alimentación adecuada o una educación superior de calidad. Pero hay entidades y organizaciones que con su trabajo contribuyen a paliar esta situación, ayudando a estas personas a tener acceso a derechos fundamentales.
El sueño de Ruth Gómez, una joven catalana de 19 años, estudiante de segundo curso del doble grado en Ciencias Política y Gestión Pública y Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona es dedicarse a la política en un futuro. “De la política me atrae su capacidad de cambiar el mundo, de mejorarlo. Me gustaría influir en las decisiones del Estado y ayudar a cambiar lo que yo creo que son injusticias institucionalizadas y normalizadas en nuestro día a día”, explica.
Sin embargo, ese sueño estuvo muy cerca de esfumarse antes incluso de que pudiera llegar a ser formulado en voz alta. Y no por falta de merecimientos o de determinación de su protagonista, sino por razones económicas. “Mi familia es monoparental y los recursos son muy limitados. En casa solo entra el sueldo de mi madre y es un sueldo bajo”, comenta.
Desafortunadamente, en la España de 2023 la universidad puede quedar muy lejos para muchas personas por cuestiones meramente económicas
Según el informe "La contribución socioeconómica del sistema universitario español", elaborado por CRUE y la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas (CSS), la universidad es un importante ascensor social y una palanca que ayuda a los jóvenes de familias desfavorecidas a ascender profesionalmente. El mismo informe, sin embargo, reconoce que el acceso de muchos de estos jóvenes a la universidad está limitado por factores como el nivel de renta familiar o el estatus profesional de los progenitores.
La realidad es que, desafortunadamente, en la España de 2023 la universidad puede quedar muy lejos para muchas personas por cuestiones meramente económicas. Tasas académicas, matrícula, transporte, material…
Ruth Gómez cree que no se debería juzgar a nadie por su nivel económico ni asumir que todos disfrutan de las mismas oportunidades “No deberíamos dar ciertas cosas por sentadas. A pesar de que existan escuelas y universidades de acceso público, hay personas que no pueden acceder a ellas y que quedan excluidas del sistema académico”, lamenta.
Se estima que la educación superior aumenta la probabilidad de tener un empleo cualificado hasta en un 31,4% y posibilita cambiar la situación social respecto a la del origen familiar. En ese contexto, un eficaz sistema de ayudas al estudio, tanto públicas como privadas, resulta esencial para evitar que nadie se quede atrás. Banco Santander lleva más de 27 años apoyando la educación de personas en situación de vulnerabilidad a través de sus Becas Santander. Uno de esos programas, las Becas Salario Ítaca UAB-Santander, están precisamente diseñadas para apoyar a estudiantes que, como Ruth, desean y merecen la oportunidad de labrarse un futuro mejor, pero su situación no se lo permite.
Desde su creación en 2009, este programa ha logrado que más de 280 estudiantes de familias con dificultades económicas hayan podido cursar estudios universitarios. La beca supone una ayuda mensual de 500 euros a lo largo de toda la carrera, además de la gratuidad en la matrícula y otros gastos de campus.
La educación superior aumenta la probabilidad de tener un empleo cualificado hasta en un 31,4% y posibilita cambiar la situación social respecto a la del origen familiar
Para acceder a estas becas no solo hay que acreditar una situación familiar con escasez de recursos, sino también un expediente académico excelente. “En casa siempre me han educado en la cultura del esfuerzo. Han fomentado mi curiosidad y me han animado a elegir el camino profesional que más me gustara”, expone Ruth Gómez, beneficiaria de este programa.
El camino, sin embargo, no ha sido sencillo. Los estudiantes que viven en entornos complicados no lo tienen fácil para brillar en los estudios. Hay problemas, distracciones, amistades que no siempre son las más adecuadas… Hace falta mucha fortaleza mental y perseverancia para mantener el foco. También Ruth tuvo momentos en los que llegó a dudar de que lo conseguiría. “Las becas tienen unas plazas limitadas y todo depende de la nota media de esa convocatoria. Yo saqué un 9,5, que unos años es suficiente y otros no. Afortunadamente, en mi año sí lo fue y logré la beca”.
La mitad del ingreso mensual que esta joven natural de Tarrasa recibe por su beca Ítaca la destina a ayudar a pagar el alquiler y otros gastos de su casa. La futura doble graduada tiene claro que “de no ser por la beca no podría estar cumpliendo mi sueño de ir a la universidad y estudiar la carrera que siempre quise hacer”. Esta estudiante cree que se necesitan más iniciativas como las de Banco Santander para que la igualdad de oportunidades sea algo más que un bonito eslogan. “Ayudan a igualar a las personas que proceden de entornos desiguales”, asegura.
Para Ruth Gómez, la beca Salario Ítaca es una auténtica puerta hacia el futuro. Aunque la idea de dedicarse a la política sigue instalada en su cabeza, a medida que avanza en sus estudios el Derecho le va gustando también cada vez más. “Es más divertido de lo que me habían contado” reconoce, por lo que no descarta la abogacía como otra posible salida laboral de futuro.
En realidad, de eso se trata, de tener un ‘futuro’, de disfrutar de oportunidades que de otro modo quedarían fuera de su alcance. ¿Qué les diría a otras personas que ven cómo esas opciones se diluyen por una situación económica desfavorable? “Que luchen, porque siempre hay alguna salida a la que aferrarse. Que no escojan el camino fácil de dejarse llevar. Y que, si de verdad quieren llegar a ser alguien, por muchas dificultades que encuentren, no dejen de intentarlo”.